Los Cárdenas en Picún Leufú dicen que no hay una relación armónica con el proyecto eólico

A través de una carta de lectores, informaron de la pérdida de sus animales de genética desde la instalación del millonario emprendimiento en el campo de invernada.

No hay convivencia entre animales y aerogeneradores, no es verdad que el efecto sonoro es casi inaudible, perdimos nuestra producción y quedamos difamados como especuladores, somos sexta generación de Cárdenas Rañileo en estas tierras”, se lamentó Nelson Cárdenas, uno de los cinco hermanos que tienen su producción de chivas Mohair y ovejas Meriño a un costado del parque eólico de Neuquén.

La empresa de Vientos Neuquinos cercó 3.000 hectáreas del campo de invernada de los Cárdenas en la zona de Picún Leufú.

El campo de los Cárdenas tiene papeles ante la dirección de Tierras de la provincia, que los autorizó a alambrar, con nomenclatura catastral desde 2002 tras ser subdivida en 1988, declaración jurada de hacienda y ubicación en 1941 y constancia de asentamiento criancero en el lugar desde 1890.

Pero en el expediente judicial, la dirección de Tierras de Neuquén informó que eran «simples ocupantes de lote» bajo dominio de la provincia y que impedían actividades del proyecto eólico ya que la provincia en 2019 designó ese lugar como de «utilidad pública» para el desarrollo del parque.

Cárdenas recordó que cuando la familia impidió inicialmente el paso de las máquinas porque la empresa llegó al campo y ocupó el lugar de invernada con las máquinas sísmicas provocando continuos problemas para su producción caprina, fue entones que la provincia les inició una causa con una cautelar para que se pudiera desarrollar el mega proyecto eólico.

«Nunca se conoció la verdad, avanzaron, nos difamaron y terminamos casi sin animales. El ADI (la Agencia de Desarrollo de Neuquén) dijo que nos fuimos a instalar porque éramos especuladores y que queríamos el rédito económico por el parque. Y eso fue lo que quedó en la información de la esfera pública», replicó.

El juez Matías Nicolini dio por finalizada la cautelar (para impedir que los Cárdenas entorpezcan la construcción del Parque) y destacó en el fallo que tras los primeros escarceos, el desarrollo del mega proyecto se desarrolló «sin interferencia alguna» .

En el cierre de la causa, consideró que la reafirmación de los derechos sobre esa tierra anteriores al desarrollo millonario «no era materia de este proceso judicial» por lo que no se pronunció al respecto, pese a que en el expediente detalló conocer la documentación de posesión del lugar que presentó la familia y los diferentes expedientes tramitados hace décadas ante Tierras, entre otros organismos.

Cárdenas reafirmó que «tenemos 132 años en el lugar, no nos fuimos a instalar por el parque. Y ahora nos salió en contra el fallo y quedamos como especuladores». El criancero recordó que «para no ir presos» y a la espera de una buena respuesta judicial debido a que tenían la documentación en mano, «no nos acercamos más» a la zona aledaña a sus viviendas donde se instalaron los aerogeneradores. En tanto perdieron las pariciones de madres durante tres años y se mantienen con la poca producción de buena genética de Mohair y de Angora que sobrevivió en este tiempo.

«No inventamos nada, a cualquiera que vaya a hablar con nuestros vecinos les pueden contar la historia de los Cárdenas. El juez hizo una inspección ocular, le mostramos todo y nos falló en contra. La denuncia era para que no impidiéramos la construcción y nos quedamos afuera. Los animales que entran en la zona alambrada, se mueren de hambre», ejemplificó el productor.

Nelson Cárdenas se quejó de que a varios años de ese proceso, el gobierno de la provincia informa de que «todo está bien» en el parque eólico que los dejó arruinados, pese a que eran preexistentes a la actividad de la mega inversión millonaria a la que le abrió la puerta la Agencia de Inversiones de la provincia.

Indicó que «lo poco que nos queda lo seguimos manteniendo. Estamos luchando por tratar de salvar corderos y chivos, no nos acompañó el clima por los años de sequía. Con la empresa eólica nos desilusionamos tanto que no tenemos contacto. Nos impiden el paso por sectores del campo, nos cuesta mucho comunicarnos y los operarios nos maltratan, no hay una buena convivencia; los caminos que dejaron están en malas condiciones y teniendo máquinas, ni siquiera las prestan para arreglar el paso», cuestionó.


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