Una historia de amor y solidaridad en Cipolletti: la justicia permitió que le donara un riñón a su excuñada

En el fallo se definió que se trata de una decisión envuelta en discernimiento, intención y libertad. Además resaltaron la decisión solidaria, el ofrecimiento y la gratuidad del proceso.

Hace 25 años una mujer de Cipolletti transita una difícil enfermedad renal. En los últimos años sobrevivió gracias a un tratamiento de diálisis. En 2020, ingresó a la lista de espera para recibir una donación de riñón, y fue su excuñada quien le pidió a la justicia un permiso para donarle su riñón pese a no compartir vínculo de sangre.

«Lo hago porque somos familia» dijo la mujer donante ante la justicia con lágrimas en sus ojos. Hace un cuarto de siglo una mujer de Cipolletti sufre una enfermedad renal, en 2020 ingresó a la lista de espera para poder recibir el mejor regalo: un nuevo riñón. Ninguno de sus parientes de sangre era compatibles para dicha ablación, sin embargo la luz de esperanza apareció con la hermana de su expareja.

Un juez civil de Cipolletti abrió las puertas al trasplante renal entre dos personas que no comparten vínculos sanguíneos. Para lograrlo, se presentó una medida autosatisfactiva, con el objetivo de vencer las restricciones impuestas por el artículo 22 de la Ley de Trasplante de Órganos, Tejidos y Células, que limita la ablación sólo a parientes consanguíneos.

«En este caso singular, la única persona con la clave de la compatibilidad resulta ser la hermana de la mujer que fue esposa del paciente. Fruto de esa unión, nació una niña. La donante, además de ser tía, carga con el honor de ser la madrina de esa pequeña luz» explicaron desde el Poder Judicial.

Ella fue sometida al escrutinio de los integrantes del Cuerpo de Investigación Forense del Poder Judicial, del Departamento de Servicio Social y de un fiscal de la Cuarta Circunscripción. Todos concluyeron que se trataba de una decisión envuelta en «discernimiento, intención y libertad».

Durante el proceso, se alzaron testigos que dieron cuenta de la conexión profunda entre el hombre y la excuñada, a pesar de no compartir lazos de sangre.

«Seguimos siendo familia, compartimos fiestas, navidades, cumpleaños. Siempre mantuvimos esa relación con él. Cuando la enfermedad arrojó la posibilidad de un trasplante en el horizonte, le dije que, si era necesario, me ofrecía», relató la donante ante la justicia.

Con pruebas testimoniales, pericias y la aprobación del equipo médico tratante, el fallo autorizó la donación entre vivos, sorteando la falta de lazos sanguíneos. En el fallo se resaltó la «generosidad que se desborda en el ofrecimiento, la gratuidad y la decisión solidaria» con el propósito de mejorar la calidad de vida de otra persona.

«Podré retomar una vida normal. Afrontaré entre un mes y tres meses de recuperación, sin esfuerzos y sacrificios, pero después recobraré una vida plena. Aunque pueda enfrentar problemas renales más adelante, no serán mayores que los riesgos inherentes a cualquier ser humano», afirmó la mujer en la audiencia judicial.


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