Kirchner abre el juego para condicionarlo a Scioli

El expresidente habilitó el recorrido electoral en la provincia de Buenos Aires a varios potenciales candidatos por el Frente para la Victoria para condicionar al gobernador Daniel Scioli, quien sigue siendo el que mejor mide en el oficialismo. Uno de ellos es el intendente de Tigre, Sergio Massa. Dudas en el horizonte: el costo político por la inseguridad y el verdadero juego de Moyano, quien atemoriza a los empresarios cuando habla de una candidatura.

BUENOS AIRES (ABA).- Algo se volvió a romper entre el matrimonio presidencial y su gobernador bonaerense, Daniel Scioli. Dicen que la desconfianza es uno de los sentimientos más claros del ex presidente Néstor Kirchner, una marca indeleble de su personalidad. Cuando Scioli fue su vice tuvo que soportar un fuerte embate de la entonces senadora Cristina Kirchner, quien le replicaba a viva voz desde su banca la falta de compromiso con el Ejecutivo.

A decir verdad, el actual gobernador siempre tuvo muy clara la fidelidad a un proyecto y respeta a rajatabla los liderazgos, lo que no compartía, ni comparte ahora con menos elocuencia es el estilo confrontativo de los Kirchner.

¿Qué nuevo capítulo alteró una relación que parecía saneada? Al parecer el dúo de Olivos se dejó influenciar por aquellos visitantes celosos que les advirtieron de una posible traición del ex motonauta, quien mantiene un dique de diálogo con el Peronismo Federal.

Eduardo Duhalde y otros de ese grupo de opositores peronistas agitaron en cuclillas la posibilidad de que el mandamás bonaerense decidiera romper con el pingüino. Scioli les habría dicho “no”, pero los K nunca le creyeron.

Según fuentes cercanas al gobernador, lo que irrita a Kirchner es que Scioli mide mejor que él en cualquier encuesta y teme que parte del peronismo le pida que sea candidato a presidente.

Además, Daniel Scioli no se jugó ni a favor de la ley de medios ni del matrimonio igualitario cuando se lo pidieron desde el poder central.

Todos y nadie

A la primera que mandó el ex presidente a caminar la provincia de Buenos Aires fue a su hermana, la ministra de Acción Social Alicia Kirchner. Sus acciones directas –con ayuda social a sectores desprotegidos del conurbano–, asociadas a un fuerte enlace con la piquetera Milagro Sala, dejaron a distritos como el de La Matanza en control directo de la Rosada.

La irreversible afectación de Alberto Balestrini fue la peor noticia para Scioli, no sólo desde lo humano, sino también por no contar con alguien que más de una vez se atrevía a decirle que no a los procedimientos invasivos del gobierno nacional.

El titular de la CGT, el camionero Hugo Moyano dijo al asumir semanas atrás la conducción del PJ bonaerense que le estaba cuidando el lugar a Balestrini hasta que pudiera abrir sus ojos. Una frase para la tribuna que nadie creyó sincera.

El jueves pasado, al festejar el 80 aniversario de la Central Obrera, Moyano manifestó sus verdaderas aspiraciones: “¿por qué no pensar en un futuro presidente sindical?”. Su deseo de ser el Lula argentino choca con la realidad de las encuestas por tratarse de uno de los dirigentes con peor imagen, y no sólo entre los sectores medios. Sin embargo, acumula día a día poder. Y Néstor lo usa como fuerza de choque amenazante contra el empresariado que ya parece haberse cansado de sus maltratos y faltas de reglas.

Los Barones del conurbano recelan de Moyano y de su desmesurada ambición pero a la vez tienen una visión crítica de la estrategia electoral de Kirchner quien planifica lanzar listas colectoras.

Las alianzas transversales (muchos candidatos a intendentes que lleven a un mismo candidato a presidente de la Nación podrían acercar a Kirchner a un balotaje, pero dejaría desamparados a los caciques distritales).

Otro entusiasmado por la “soga” que le está dando Kirchner es el ministro de Economía Amado Boudou quien por ahora prueba apariciones de campaña a dos puntas. Realiza pintorescas peñas musicales en las que guitarra en mano despunta el vicio de cantante frustrado. Lo único que cambia es el repertorio ya que en capital federal interpreta rock nacional y en el conurbano, folclore, empanadas y vino.

A uno de estos encuentros cayó de sorpresa el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini, quien vigiló de cerca el show del entusiasta ministro de Economía. Es que a los Kirchner lo tienen un poco fastidiados el excesivo protagonismo de Amado quien reconoció hace poco tener un máster de la noche.

Quien volvió al fulbito de los domingos en la residencia presidencial de Olivos es el intendente de Tigre, Sergio Massa, quien mide bien en las encuestas que se realizan en la provincia de Buenos Aires. Éste coquetea con todos en el peronismo pero sabe que si quiere jugar en primera le conviene acercarse al fogón de los santacruceños.

Como jefe de Gabinete de Cristina, Massa había puesto en marcha un plan de instalación de cámaras de seguridad en la vía pública para los municipios, cuestión que ahora capitaliza a su favor mostrando eficiencia y cercanía con los vecinos: Kirchner sabe que de todos sus alfiles es el que más daño le puede ocasionar a Scioli.

Archivo

Horacio Caride


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