La biblioteca de Catriel, privada de todos los servicios 19-11-03

En su origen fue de YPF y ahora es pública. No tiene teléfono, electricidad ni gas y debe el agua

CATRIEL (ACA).- La biblioteca José Hernández -ubicada en pleno centro de Catriel- fue desde su fundación en la década del `70, una biblioteca privada, pertenecía a YPF. En la década del 80 pasó a ser pública. Ahora, sigue siendo pública aunque está privada de casi todos los servicios.

No tiene teléfono, electricidad ni gas. Tiene una deuda de agua, pero aún conserva el servicio. El edificio necesita revoque y pintura, pero esto es imposible dada la escasez de recursos.

Tiene sólo 120 socios. Vecinos de Catriel señalan que «la biblioteca se vino abajo por una rifa que organizó un privado y no entregó los premios». Es atendida por la mañana por una bibliotecaria rentada y por la tarde por un matrimonio joven que trabaja «ad honorem»,quienes están allí desde mayo.

Dicen que nunca vieron a nadie de la comisión, excepto la presidente Nora Cichinelli, que se encontraba de viaje por cuestiones particulares en Buenos Aires. Diariamente concurren alrededor de 100 chicos a estudiar en el lugar que posee unos 10 mil volúmenes.

Cuando un vecino que es nuevo en la ciudad de Catriel se llegó hasta allí, notó las carencias del lugar. Al consultar el por qué de las mismas, la bibliotecaria le comentó la situación, explicando que el servicio eléctrico no sólo fue cortado sino que -como sucede cuando la falta de pago es prolongada- les retiraron el medidor, según relató Luis Liberatore a FM «Brisas» de Catriel. Algo similar pasó con el servicio de gas y el agua aún no ha sido cortada dado que -si bien hay atraso en los pagos- la deuda aún es pequeña.

La cuestión es llamativa dado que por la comodidad de estar en pleno centro el lugar es muy visitado. De hecho, sólo entre estudiantes primarios y secundarios acuden allí unos 200 chicos por día a realizar tareas escolares e investigaciones de todo tipo solicitadas por los docentes. Asimismo poseen una sala de lectura que está al servicio de los usuarios, aun de los que no son socios, dado que se trata de una biblioteca pública.

Sin embargo la realidad de la institución es complicada. Los socios de distintas categorías que pagan su cuota social son solamente ciento veinte y la cuota es de tres pesos. En este concepto -único recurso del que se dispone- se recaudan en bruto trescientos sesenta pesos. De esa cifra, ciento veintiseis pesos se pagan como comisión a quien hace las cobranzas, quedando para la biblioteca la suma de doscientos treinta y cuatro pesos.


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