Bariloche «dinamitada» después del temporal de nieve

Los transportistas reclamaron por el estado de las calles después de la nevada. Taxistas y remiseros explicaron que no llegan a destino con algunos pasajeros y que, a la hora de la verificación técnica, reparar el tren delantero “cuesta un dineral”.

Hasta acá llego”, le explica el taxista a la pasajera. El viaje final termina dos cuadras más adelante en el barrio Malvinas pero la variedad y profundidad de pozos por toda la calle hacen que Roberto se decida a terminar antes el viaje que tomó en el centro.

Transitar durante el último temporal de nieve fue todo un desafío. Solo unos pocos hicieron caso a las recomendaciones de la Subsecretaría de Protección Civil de transitar con cadenas y neumáticos para nieve. Pero a más de dos semanas, circular por los barrios de la ciudad sigue siendo un reto por la gran cantidad de pozos que dejó la nevada del año.

Es muy complicado transitar especialmente en los barrios del Alto”, recalcó el taxista Roberto Recovsky.

Admitió que el municipio pasó las máquinas por las principales arterias donde transita el colectivo “pero con nuestra actividad, tenemos que pasar por muchos otros lugares. En El Frutillar, nevó más de 50 centímetros. Cuando se va a la nieve, pasás por las calles laterales y es un pozo tras otro”.

Taxista desde el 2001, Recovsky aseguró que “todos los años es la misma historia”. “Con unos pasajeros, tuve que agarrar por la calle Monteverde y está dinamitada. Consecuencia de todo esto, después vienen las roturas del tren delantero”, indicó.

Diego, un transportista escolar, destacó que por Villa Los Coihues “no se puede andar y tardás no menos de 10 minutos en hacer 10 cuadras por los pozos que hay. Ya le avisamos a los directores de las escuelas que llegamos tarde porque tenemos que circular a muy baja velocidad por el estado de las calles”.

Aunque destacó que en el barrio San Francisco IV, por ejemplo, “pasaron las máquinas con ganas. La Habana y Monteverde, por donde pasa el colectivo, quedó como la ruta 2. La semana pasada tenías que ir a vuelta de rueda. Eso sí, te metés por las calles de adentro y tenés pozos de 30 centímetros”.

Adrián Reyes, remisero, resaltó que “los autos terminan sumamente castigados. Cada 6 meses, taxis y remises tenemos que hacer la verificación técnica y la inspección municipal y llegás con los autos destruidos. El tren delantero es el que más sufre. No solo después de una gran nevada”.

Vamos lento porque casi todas las calles rotas ameritan ripio por los grandes pozos

Eduardo Garza, subsecretario de Servicios

Antonio Ramírez, otro transportista escolar, aseguró que “si bien hay mucho trabajo por hacer, ahora se reparan las calles y al día siguiente, ya está todo poceado por la cantidad de autos. Yo llevo 31 años de transporte y 10 años atrás, pasaban la máquina y las calles aguantaban un par de días por el flujo de autos”.

Ramírez reconoció que se ven máquinas trabajando en los barrios pero “en nuestro caso, nos tenemos que meter en todos rincones de la ciudad para poder buscar o dejar a los chicos”.

Calificó como “brava” la situación en la Delegación Pampa de Huenuleo y en algunos barrios del oeste como Virgen Misionera y Villa Llanquihue. “No se justifica mucho pasar la máquina cuando calles están mojadas porque el suelo está blando y no dura. En el San Francisco, por ejemplo, nieva y se seca rápido porque hay más viento en la zona. En El Frutillar, la nieve se acumula y pasa más tiempo para que se seque”, señaló Ramírez.

Taxistas y remiseros aseguran que muchas veces no logran llegar a destino. Foto: Alfredo Leiva

Recovsky reconoció que “es incómodo tener que decirle a la gente: te tengo que dejar acá. No es porque uno sea delicado. Si el vehículo se rompe, pierdo en el taller y días de trabajo. El otro día en el barrio Malvinas, había una laguna que atravesaba la calle y no sabés con qué te encontrás abajo. Circulás en primera y en segunda y vas esquivando pozos. Uno cuida el capital”.

Objetó que desde el municipio, “la excusa suele ser: no puedo pasar la máquina porque se hace barro. Pero prefiero el barro y no los pozos. Al vehículo lo lavo y listo”.

La decisión de la gran mayoría de remiseros de no trabajar los dos días del temporal de nieve generó una polémica.

“Solo quedaron trabajando un par de Duster por su cuenta porque son altas. Si hubiera maquinaria importante para un temporal así que limpie, se podría trabajar pero con estas calles, no podés”, indicó Reyes.

“No importa que tengas buenas ruedas -agregó el remisero- había hasta colectivos atravesados. Con un viaje que demora 10 minutos, de 100 pesos, demorás 40 minutos. No fue mala voluntad. Fue sentido común”.


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