La concentración de gases de efecto invernadero alcanzó niveles máximos en 2018

Así lo aseguró la Organización Meteorológica Mundial (OMM), tras la realización de un estudio.

Las concentraciones de los principales gases de efecto invernadero en la atmósfera alcanzaron en 2018 niveles récords, incrementos que “hacen que el cambio climático sea más agudo, que las temperaturas suban y que los fenómenos meteorológicos extremos se multipliquen”, informó hoy la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

El dióxido de carbono (CO2) aumentó un 147%, el metano (CH4) un 259%, y el óxido nitroso (N2O) un 123%.

«La última vez que ocurrió en la Tierra una concentración de CO2 como la actual fue hace entre 3 y 5 millones de años, cuando la temperatura era de 2 a 3 grados más cálida y el nivel del mar era entre 10 y 20 metros superior al actual”, señaló la OMM.

El CO2 es particularmente dañino en un contexto de calentamiento global porque permanece en la atmósfera durante siglos, y en los océanos por más tiempo.

Desde 1990, el efecto de calentamiento que ejercen los gases de efecto invernadero de larga duración aumentó un 43%, siendo el CO2 el causante de aproximadamente un 80% de ese incremento.

“El futuro bienestar de la humanidad está en juego”, aseguró este lunes el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, durante una conferencia de prensa en Ginebra, y advirtió que “esta concentración de dióxido de carbono continúa y continúa, y el aumento del año pasado fue en promedio casi el mismo que hemos estado observando en los últimos diez años”.

El organismo informó que cerca del 40% del metano proviene de fuentes naturales como humedales y termitas, pero el 60% proviene de actividades humanas, como la cría de ganado, arrozales, minas, vertederos y la quema de biomasa.

Taalas explicó que «el óxido nitroso ha contribuido aproximadamente al 6% del calentamiento hasta ahora», y agregó que «proviene en gran medida de las tierras de cultivo y nuevamente se están rompiendo récords, con el crecimiento constante de la concentración”.

“Producimos el 85% de la energía global con minerales fósiles: carbón, petróleo y gas, y solo el 15% proviene de energía nuclear, hidroeléctrica y solar. Para tener éxito en la implementación del Acuerdo de París, deberíamos revertir esos números en las próximas décadas”, señaló Taalas.

El jefe de la OMM explicó que las regiones y países que más contaminaban “solían ser Europa y América del Norte, especialmente Estados Unidos, pero China se ha convertido en el emisor número uno, junto con un crecimiento bastante fuerte de emisiones también en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)”.


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