La conmovedora historia de los ganadores del Nobel de la Paz

Son Denis Mukwege, ginecólogo que cura a mujeres violadas en en Congo, y la yazidí Nadia Murad, exesclava del EI

Un médico congoleño y una yazidí que estuvo retenida por el grupo extremista Estado Islámico fueron reconocidos hoy con el Premio Nobel de la Paz por su trabajo para llamar la atención y eliminar el uso de la violencia sexual como arma de guerra.

Denis Mukwege y Nadia Murad “han realizado una contribución crucial para llamar la atención sobre este tipo de crímenes de guerra y combatirlos”, dijo el Comité Noruego del Nobel en su fallo.

“Denis Mukwege es un ayudante que ha dedicado su vida a defender a estas víctimas. Nadia Murad es el testigo que habla de los abusos perpetrados contra ella y contra otras”, agregó.

Mukwege ha tratado a miles de mujeres en Congo, muchas de ellas víctimas de violaciones en grupo. Hombres armados intentaron asesinarlo en 2012, obligándole a exiliarse temporalmente.

Murad es unas de las 3.000 mujeres yazidíes que se estima fueron víctimas de violación y otros abusos por parte de miembros de la milicia radical EI.

Logró escapar tras tres meses de cautiverio y decidió contar su experiencia. A los 23 años fue nombrada la primera embajadora de buena voluntad de Naciones Unidas para la dignidad de las víctimas del tráfico de personas.

Ginecólogo y víctima, respectivamente, Denis Mukwege y Nadia Murad encarnan una causa planetaria que supera el marco de los conflictos, como evidencia la ola planetaria #MeToo desatada hace exactamente un año por unas revelaciones de prensa.

“Denis Mukwege y Nadia Murad arriesgaron ambos personalmente su vida luchando valientemente contra los crímenes de guerra y pidiendo justicia para las víctimas”, indicó la presidenta del Comité Nobel, Berit Reiss-Andersen.

Un mundo más pacífico solo se puede lograr si las mujeres, su seguridad y derechos fundamentales son reconocidos y preservados en tiempos de guerra”, agregó.

Los nombres de Denis Mukwege, ginecólogo que cura a mujeres violadas en República Democrática del Congo (RDC), y de la yazidí Nadia Murad, exesclava de los yihadistas del EI y activista, ya figuraban entre los favoritos al Nobel de la Paz de este año.

– El hombre que “repara” a mujeres –

Denis Mukwege ha tratado a 50.000 víctimas de violaciones en el hospital de Panzi que fundó en 1999 en Bukavu, en el este de la República Democrática del Congo (RDC).

El médico estaba en plena operación cuando recibió la noticia en medio de una explosión de alegría en el hospital, según una de sus colegas.

El hombre que repara mujeres” –título de un documental que se le dedica– dice ver en esta violencia “armas de destrucción masiva”.

“Tenemos que trazar una línea roja contra el arma química, biológica, nuclear. Hoy tenemos que trazar una línea roja contra la violación como arma de guerra” declaró a la AFP en 2016.

La iraquí Nadia Murad, de la minoría yazidí, ha vivido en carne propia estos horrores.

Como miles de niñas y mujeres de su comunidad, la joven fue esclava sexual del EI en 2014, antes de lograr huir.

“Lo primero que hicieron fue obligarnos a convertirnos al Islam”, relataba a la AFP hace dos años. “Luego, hicieron todo lo que quisieron”.

Embajadora de la ONU para la dignidad de las víctimas de tráfico humano desde 2016, Nadia Murad –cuya madre y seis hermanos fueron asesinados por el EI– milita para que las persecuciones cometidas contra los yazidíes sean consideradas un genocidio.

“Nunca se acostumbra una a contar su historia, porque se revive cada vez” confiaba en su libro “Para que yo sea la última”. Pero “mi historia, relatada honesta y prosaicamente, es el arma más eficaz que tengo para luchar contra el terrorismo, y tengo la intención de hacerlo hasta que estos criminales sean juzgados”.

Tras el anuncio por el Comité Nobel, la ONU se congratuló por este “fantástico” anuncio que “ayudará a hacer avanzar el combate contra la violencia sexual como arma de guerra en los conflictos”.

La canciller alemana Angela Merkel saludó por su parte a “dos excelentes premiados que lanzan un grito de humanidad en medio de inimaginables horrores”.

Arma “barata y eficaz”

En todos los continentes, la violación causa centenares de miles de víctimas en los conflictos o en las campañas de opresión de las minorías.

Esta arma “barata y eficaz” destruye no solamente a las mujeres físicamente y psicológicamente, también las estigmatiza, igual que a los niños que son producto de esos actos, subraya Denis Mukwege.

“Las víctimas son condenadas a perpetuidad. Pero ¿y sus verdugos?” se indigna.

Pero la toma de conciencia internacional está progresando.

Adoptada en 2008 por el Consejo de Seguridad de la ONU, la resolución 1820 estipula que la violencia sexual “puede constituir un crimen de guerra, un crimen contra la humanidad o un elemento constitutivo de crimen de genocidio”.

“#MeToo y los crímenes de guerra no son lo mismo”, puntualizó Reiss-Andersen. “Pero tienen en cambio un punto en común: es importante ver el sufrimiento de las mujeres, ver los abusos y permitir que las mujeres renuncien a la vergüenza y se atrevan a hablar”.

La onda expansiva ha alcanzado hasta la Institución Nobel pues un escándalo de violación condujo a la Academia Sueca a postergar un año el Nobel de Literatura 2018.

Denis Mukwege y Nadia Murad se repartirán el Nobel, que consiste en un diploma, una medalla de oro y un cheque de 9 millones de coronas suecas (unos 865.000 euros, 990.000 dólares), que se les entregará en Oslo el 10 de diciembre.


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