“La culpa es del cartero”

El domingo 26 de julio, en el programa de Luis Majul se presentó un informe sobre nuestra querida ciudad de San Carlos de Bariloche. El informe no dijo nada diferente a lo que la realidad indica y que lamentablemente desde nuestra llegada con mi familia, allá por el 94, venimos viendo. La conclusión es que lo único que crece de forma exponencial en nuestra ciudad es la pobreza y la exclusión; luego crecen algunos empresarios o hipermercados, luego crece Invap, pero la realidad es que ¡la pobreza se lleva el primer lugar! Desde el 94 a esta parte pasaron muchos años, por lo que no es patrimonio sólo de algún gobierno municipal, provincial o nacional en particular, sólo un triste dato de la realidad, y creo que todos y todas han contribuido para que así sea. Tal vez uno pueda centrarse en estos últimos veinte años para ver si ese crecimiento exponencial de la pobreza y la exclusión obedece a algún factor común que nos pueda indicar a su vez como evitar que este triste hecho siga creciendo. Para ello también habría que analizar el comportamiento social de cada uno de nosotros y colocarnos dentro de un nomenclador de responsabilidades. Un ciudadano común tiene x% de responsabilidades, un comerciante xx%, una empresa mediana xxx%, el Estado xxxx%, y así sucesivamente. El porcentaje de responsabilidad social tiene que ver con la posibilidad (poder, influencias, capacidad, etc.) que cada uno tiene de poder cambiar la realidad, o simplemente se puede dejar todo como está. Esta última apreciación es lo que creo viene ocurriendo: dejan todo como está, se pasan las culpas. El empresario dice que el Estado no funciona y el Estado dice que el empresario sólo sirve para cobrar y no invierte en proporción de sus ganancias, y los ciudadanos comunes decimos que el Estado y los empresarios tienen algún grado de connivencia. Y tal vez todos tengan alguna cuota de razón y también haya alguna cuota de sacarse el recado de encima porque es muy pesado. Bariloche está tal cual lo mostró Luis Majul, mal que nos pese a todos, y esto convierte a Majul en el cartero. Pero el cartero no escribe las cartas que nos llegan, simplemente las lleva a nuestra puerta, por eso quienes quieren tapar el sol con las manos y darle a la nota de Majul un sentido detractor u opositor se equivocan, porque sólo hace falta caminar por los barrios, hablar con nuestros vecinos y entender que de nada sirve culpar o denostar al cartero, hay que hacer algo para que la próxima vez la carta diga que todo está mejorando, que nuestros vecinos viven mejor, que tienen trabajo y esperanza. Eso debe decir la próxima carta, y no es muy difícil escribirla, sólo hace falta que todos, absolutamente todos, pongamos algo que esté a nuestro alcance, sabiendo que quienes han tenido la suerte de estar mejor deben contribuir para que el otro salga del pozo en el cual se encuentra. Un gran acuerdo ciudadano comprometiendo a todos los sectores sociales puede ser el puntapié inicial. Jorge L. Fernández Avello, DNI 12.862.056 Bariloche

Jorge L. Fernández Avello, DNI 12.862.056 Bariloche


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