La cumbre radical resultó un fracaso

El radicalismo volvió a mostrar fisuras en el encuentro realizado en Junín, al cual no asistieron sus principales autoridades partidarias. En un principio, en la cumbre se iba a definir qué estrategia adoptaba la UCR frente al gobierno de Néstor Kirchner. En este sentido, no hubo definiciones políticas.

por CLAUDIO RABINOVICHT

CLAUDIO RABINOVICHT

JUNíN (Enviado especial).- El trago amargo vivido por los dirigentes radicales que concurrieron ayer por la noche a la cumbre partidaria en la localidad bonaerense de Junín, fue una clara señal de la desorientación y las divisiones internas que aquejan a la fuerza.

A la reunión estaban citados el presidente del partido Roberto Iglesias y la influyente secretaria Margarita Stolbizer. Sin embargo, al mediodía ambos se excusaron de participar, el primero alegando cuestiones partidarias de su provincia (Iglesias sostiene una dura puja con el gobernador de Mendoza Julio Cobos, alineado con el presidente Néstor Kirchner), mientras Stolbizer argumentó cuestiones personales.

El dato no es menor ya que el encuentro se anticipaba como definitorio a la hora de adoptar una estrategia como un partido con fuerte sesgo opositor, o permitir a algunos de sus hombres estar cerca del presidente Néstor Kirchner.

En el caso de la ausencia de Stolbizer, «Río Negro» pudo saber que la ex diputada bonaerense declinó la convocatoria por ser aliada del anterior intendente juninense Abel Miguel, enemigo político del actual jefe comunal Mario Andrés Meoni (aunque ambos son radicales).

El primero se mueve en la línea que busca perfilar a la UCR como fuerza opositora, mientras su sucesor, aunque se mantiene en la estructura, suele tener buen «feeling» y apareció en varias fotografías junto al presidente Kirchner.

«No debimos ser tan pretenciosos convocando a una cumbre, debimos hablar de encuentro», deslizó en voz baja el titular del partido centenario en Junín el ex diputado nacional Julio Ginzo.

De cerca, tan cabizbajo como el organizador del evento por el fiasco, lo escuchaban el presidente de la Convención Nacional, Adolfo Stubrin y el ex legislador y diputado, Juan Manuel Casella.

Ginzo destacó que los 40 intendentes radicales que gestionan comunas en la provincia de Buenos Aires son una muestra de que la fuerza sigue teniendo vigencia. y aunque cree que no habrá más pases como el del intendente de Olavarría (Helios Eseverri) al kirchnerismo, reconoció que a nivel nacional el partido está «sin liderazgo y sin proyecto».

Siguiendo la conversación estaba el hijo del legendario Moisés Levenson (Héctor Moisés) dueño del diario «Democracia», uno de los dos más importantes de Junín.

Todos los presentes coincidieron en que el radicalismo debe integrar un frente de centro izquierda, aunque hubo desde el lado de Casella un guiño a Ricardo López Murphy.

Cayendo las primera luces, comenzó el debate con los presentes (se estaba por sumar el ex gobernador rionegrino, Osvaldo Alvarez Guerrero) que amenazaba prolongarse hasta cambiar el calendario. Los retratos de Hipólito Yrigoyen, Marcelo T. de Alvear, Arturo Illia, Ricardo Balbín y Raúl Alfonsín miraban desde lo alto la escasa concurrencia, como preguntándose si algún día el partido al que dedicaron sus vidas podrá retomar el rumbo que lo saque de la agonía para que vuelva a ser lo que alguna vez fue.


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