La desierta agenda política neuquina

PANORAMA POLÍTICO DE NEUQUÉN

Los analistas neuquinos están extraviados. La agenda política neuquina padece el desierto de los grandes temas. La realidad en la provincia se impone a fuerza tragedias y violencia, mientras que los ciudadanos parecen agotados por la pandemia y buscan refugiarse en la rutina diaria de la vida local. Las aperturas de sesiones legislativas suelen ser el puntapié del mapa político anual. El pasado 1 de marzo el gobernador Omar Gutiérrez pronunció un discurso de 11.601 palabras donde, después de los pronombres y artículos, “Neuquén” fue la más presente con 50 repeticiones.


Los diputados de la oposición leyeron con corrección el contenido de la presentación: lo resumieron como una generalidad. El lugar común también definió a los legisladores que, si ni bien no está en sus facultades gobernar, no parecen tener ambiciones de generar una agenda alternativa.
Es imposible pensar que la pandemia y la prolongada fatiga que impone el presente sanitario no tengan impacto en la agenda líquida de la política provincial.Los grandes temas que hoy atraviesan al coronavirus son casi resortes exclusivos de Nación: la vacunación y la recuperación de la macroeconomía, son piezas que los gobiernos locales no tallan o lo hacen desde un rol secundario y de obediencia.


La narrativa del gobierno provincial no es nueva. El discurso que busca evitar confrontaciones, en cierta medida avalada por la falta de oponentes de fuste, fue construido casi al detalle desde el minuto cero en el primer gobierno de Gutiérrez. Sin embargo, eran otras épocas. Había temas que todavía interpelaban a la ciudadanía e incluso, casi hasta la exageración, como los años dorados de Vaca Muerta. Hoy todo parece reducido a un monogámico temario que se mueve entre lo salarial, la -todavía en construcción- relación con el gobierno nacional y el reordenamiento de las cuentas.


Esa estrategia de reducción de riesgo tiene saldo positivo para el Ejecutivo. Las encuestas, que no tuvieron distanciamiento social, muestran a un mandatario que pese al desgaste de gobernar en pandemia mantiene buenos niveles de imagen positiva y buena intención de voto, algo que pondrá a prueba pero en carácter transitivo.


La oposición sigue enredada en la telaraña de las no confrontaciones y tampoco puede construir su agenda. El secretario de Energía, Darío Martínez, que no esperó el aval por unanimidad de su sector, reparte su tiempo entre su cargo y actos casi proselitistas de la administración nacional, en la provincia. Rolando Figueroa, que atesora buenos números en los sondeos, con bastante poco puso a la defensiva a la lista Azul del MPN.


El gobernador Omar Gutiérrez pronunció un discurso de 11.601 palabras donde, después de los pronombres y artículos, “Neuquén” fue la más repetida.



Al listado lo completan, en mayor grado por candidateables que por oposición, el vicegobernador Marcos Koopmann y el exgobernador Jorge Sapag. Ambos comparten una suerte de silencio protocolar.


Más extraño resulta el caso de Ramón Rioseco. El exintendente de Cutral Co tiene como principal aliado a Mariano Mansilla que, cercano al partido provincial como diputado, integra la línea sucesoria de la Provincia como vicepresidente segundo de la Legislatura. Ambos presentaron un proyecto de ley sobre violencia de género, un tema que impuso la pésima gestión judicial que se conoció tras el femicidio de Guadalupe Curual.


El caso de Juntos por el Cambio es distinto. Es una fuerza que si tiene agenda política, franquiciada nacionalmente, pero que se enfrenta a su peor fantasma: una separación. Sus competidores seguramente capitalicen la distracción que provoca el ruido interno, alentado -valga la redundancia- internamente.


Las agendas parecen haberse trasladado a las ciudades. El modelo de obras parece ser la interpelación más directa que tiene hoy una política sin marcas de ideales.



Las agendas políticas parecen haberse trasladado a las ciudades. El modelo de obras para los vecinos parece ser la interpelación más directa que tiene hoy una política sin marcas de ideales y de objetivo electoral pragmático. Pero claro, no está al alcance de todos. Solo un puñado de Municipios cuentan con recursos para darle escala al modelo que, además de ingresos, requiere de una administración eficiente. Cutral Co y Neuquén capital integran ese acotado lote. Incluso en el gabinete de Mariano Gaido balancean que, en paralelo al plan de obras, elevaron los activos financieros de la anterior gestión pasando de 2.000 a 3.500 millones de pesos.


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