La disputa por la Procuración

Panorama de río negro

Más allá de la controversia que se podría haber ahorrado el gobernador cuando anunció que sus representantes en el Consejo de la Magistratura votarán al abogado Jorge Crespo como nuevo procurador, el reemplazo de Silvia Baquero Lazcano marcará el fin de una época signada por los enfrentamientos en la estructura que conduce las fiscalías (dueñas absolutas de las investigaciones penales desde hace cuatro meses) y las defensorías en Río Negro.

No es una característica específica de esta provincia: en la Justicia, especialmente en el fuero penal, abundan intereses personales, las estrategias políticas, las cuestiones de ego, las ansias de crecimiento y un clima de neurosis que ayudan muy poco a que los crímenes se castiguen en tiempo y en forma.

No hay que ser un especialista ni un académico para advertir esta situación. En este diagnóstico debe haber hecho fuerte el gobernador Alberto Weretilneck su idea de colocar en la Procuración a un “civil”, alejado de la carrera judicial y las internas.

Durante los primeros años de su gobierno intentó aplicar la misma receta en la Policía y, a juzgar por la designación, este año, de Daniel Jara, un comisario de carrera, los resultados no fueron los esperados. Cuando mataron al oficial Lucas Muñoz, en Bariloche, el año pasado, el jefe era un civil (aunque, como abogado de la fuerza, con mucho conocimiento de la tropa), Mario Altuna.

La salida de Baquero Lazcano fue un proceso tan largo (la reforma procesal estaba en cierne y la decisión fue no cambiar de caballo en medio del río) que terminó desgastando a todos. La relación de la procuradora estaba dañada con su segundo, el fiscal general Marcelo Álvarez; con el sindicato judicial y hasta con la comisión que redactó el nuevo Código de Procedimientos.

Además los enfrentamientos con la vocal del Superior Tribunal de Justicia Liliana Piccinini, que fue procuradora antes que Baquero Lazcano, ya habían desnaturalizado más de una reunión.

Si finalmente Weretilneck lograra imponer a Crespo (calcula que cuenta con 11 de los 13 votos que precisa en el Consejo de la Magistratura), llegará a la Procuración un abogado muy preparado desde lo jurídico y no sólo desde el punto de vista penal, según coinciden en el reducido y vanidoso mundo del derecho.

Lo que se desconoce del favorito del gobernador es qué experiencia acumula en liderazgo, conducción y gestión, que son aspectos claves en este escenario. Después de todo, en la Justicia sobran los relatores que -ya se sabe- son en más de una ocasión los que terminan escribiendo los fallos.

La reforma procesal mantuvo unidos dos intereses bien diferentes porque soslayó la creación de un Ministerio Público de la Defensa. No hay que ser muy perspicaz para advertir que intereses entre los que acusan y los que defienden son bien diferentes. Y en Río Negro seguirán teniendo una misma conducción.

Las Defensorías, además, no se circunscriben al fuero penal. Hay defensores además de pobres y ausentes, y de menores e incapaces.

Raúl Ochoa es uno de los cuatro candidatos a la Procuración que irá el 5 de diciembre a la audiencia previa a la elección del Consejo de la Magistratura. Los otros son Crespo, Héctor Leguizamón Pondal (no es la primera vez que intenta el salto) y Gustavo Herrera, un fiscal de Cipolletti que ya tenía las maletas listas para tomar la Ruta 22 hacia Viedma.

Ochoa es un abogado reconocido y valorado en Bariloche. Esta semana protestó porque entendió que con su inclinación por Crespo, Weretilneck le había quitado razón de ser a un proceso en el que se había mantenido prescindente hasta entonces.

El proceso es político; Ochoa debería saberlo. Pero una cosa es prestarse a un proceso constitucional con la seguridad de que el gobernador no ejercería su derecho a proponer un candidato y otra muy distinta presentarse ante un cuerpo colegiado que, escuche lo que escuche, ya tiene la decisión tomada.

El Consejo de la Magistratura elegirá en dos semanas al jefe de los fiscales en uno de los momentos más complicados del Ministerio Público en los últimos años.

Weretilneck, que había optado por la prescindencia, decidió hacer público su apoyo al abogado Crespo. Le quitó así sentido a la audiencia del 5 de diciembre.

Datos

El Consejo de la Magistratura elegirá en dos semanas al jefe de los fiscales en uno de los momentos más complicados del Ministerio Público en los últimos años.
Weretilneck, que había optado por la prescindencia, decidió hacer público su apoyo al abogado Crespo. Le quitó así sentido a la audiencia del 5 de diciembre.

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