«La medicina de emergencia tiene que ser ordenada»

El vicepresidente de la Sociedad Argentina de Emergencias se encuentra en Roca dictando unas jornadas. Subraya la importancia de crear un sistema para tratar a los accidentados.

ROCA (AR).- «El problema en la medicina de emergencias en nuestro país es que no tenemos ordenado el sistema, que no están conectadas las etapas, entonces se pierde todo lo bueno que se puede hacer individualmente desde la comunidad y desde el trabajo médico», aseguró el Dr. Hugo Peralta, vice-presidente de la Sociedad Argentina de Emergencias, en el marco del primer encuentro de las Jornadas sobre Medicina de Emergencias desarrollado ayer en el centro de convenciones de la Fundación Cultural Patagonia.

El trabajo de SAE se inició a partir de un proyecto de las Naciones Unidas, con la que Peralta y otros médicos de emergencias, se contactaron a finales del 2002. En ese año se realizó también el primer congreso argentino de emergencias y, con el propósito de concientizar a los médicos y a la comunidad sobre la importancia de esta modalidad de la medicina, se creó la sociedad.

La idea de la realización del curso en Roca tuvo que ver, según explicó Peralta, con atender una de las necesidades más urgentes del sistema de salud rionegrino. Según informó Cristina Uría, directora del Hospital Francisco López Lima, los accidentes de tránsito y las afecciones cardíacas, figuran entre las 5 principales causantes de muerte en la provincia. Reducir los índices de muerte por estas dos situaciones, según el vicepresidente de SAE, depende directamente de ordenar y articular los servicios médicos con la conciencia de la comunidad.

El curso comenzó ayer, con una primera jornada destinada a profesionales de la salud. En el día de hoy, a partir de las 9:30, se desarrollará la segunda parte, que reúne a representantes de la comunidad.

– ¿Cuáles son los factores que intervienen en una situación de emergencia?

– Más que nada, se tiene que entender como un sistema. No hay que ver al trabajo en emergencias como la acción médica inmediata, sino como un continuo. Una persona accidentada, debe ser socorrida en el lugar, trasladada con los medios adecuados y atendida en la misma línea, con conocimiento de los pasos anteriores. Si todas las acciones no son trasmitidas en una forma ordenada, el paciente sufre las consecuencias. A eso me refiero cuando digo que el problema fundamental es el desorden. En esto la intervención de la comunidad y la correcta comunicación son factores fundamentales.

– ¿Aparte de estos dos factores, qué es lo más importante para mejorar la calidad de la atención?

– Además se debe planificar. En realidad, en emergencias, la única situación inesperada, es una catástrofe: algo que nos supera a todos por la magnitud del problema que ha ocurrido, pero todo lo demás se mide. Y si utilizamos la medición, vamos a tener perfectamente seleccionada todas las cosas que pueden ocurrir, durante el día, la noche, durante la época del año, etc – Eso se relaciona directamente con los recursos. ¿Se puede trabajar correctamente con los recursos actuales?

– En todos lados, la falta de recursos es una constante. El desafío que tenemos con este curso es generar un grupo de gente en Río Negro que asuma este tipo de trabajo como propio y generar respuestas con lo poco que se cuenta. Cuando uno empieza a sacar cuentas, empieza a generar soluciones. Y es ahí donde realmente se ve lo que se necesita, y puede requerir selectivamente una respuesta a tal situación.

-¿Cuál es el papel de la sociedad civil ante una emergencia?

– En ese sentido somos grandes motivadores. Sabemos que hay mucha gente que tiene idea que esto es bueno, pero también hay que convencer que no se puede trabajar solo. El efecto multiplicador surge a partir de juntarse y generar ideas – ¿Finalmente, cómo se está trabajando en la Argentina en este sentido?

– Se está trabajando muy bien, con mucho conocimiento. Pero el problema que tenemos es el que ya dije: el sistema no está. Por ejemplo, alguien trae a un paciente accidentado en la ruta, realiza todos los pasos adecuados y, cuando llega al hospital, no tiene cama. Esto es un ejemplo muy tonto que indica que ese paciente rescatado, con el que se siguieron todos los adecuados, debería tener programado un sistema, donde independientemente de su condición social o su cobertura, tuviera un lugar para acceder al próximo paso. Esto ocurre continuamente.


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