La nueva noche de Bariloche, sin turistas

Las cervecerías y bares abrieron con un estricto protocolo. Distancia, reserva previa, planilla de datos, son algunas de las exigencias que a muchos desalienta a salir.

Resulta engorroso todo el protocolo que hay que cumplir al salir: la reserva previa, el alcohol en manos, el tapabocas, la planilla con datos personales, la distancia física y la imposibilidad de sentarse en la barra, pero el malhumor que esto puede generar se disipa de inmediato con el entusiasmo por volver a tener un encuentro con amigos o en familia alrededor de un clásico de Bariloche: la cerveza artesanal.

Los bares y cervecerías reabrieron hace diez días en esta “nueva normalidad” que exige reglas y protocolos a cumplir para el cuidado de todos ante el avance del coronavirus. Y la respuesta de los clientes fue entre buena y moderada, por los temores a salir y la falta de dinero.

Entre las pautas comunes que exigió la municipalidad para la habilitación, en esta fase 3, los locales de bebidas deben cerrar a la medianoche, colocar cartelería preventiva de la covid-19,  otorgar turnos previos para evitar la aglomeración de personas (cada grupo puede permanecer en el local entre 1:30 o 2 horas) y utilizar solo el 50% de la capacidad del local, con una distancia de 1,5 metros entre mesas. El tapabocas se puede quitar una vez que llega el pedido a la mesa.

“Los clientes tenían ganas de venir, los que se animaron a salir reservan y vienen, por eso todo el tiempo la capacidad está a full, aunque hay otros que todavía tienen temores a salir, consultan el protocolo y esperan un poco más”, dijo Agustín León, encargado de la cervecería Wesley, ubicada en el circuito cervecero del centro de Bariloche donde hay al menos cinco bares con las persianas bajas.

En Wesley el espacio es amplio y se redistribuyeron las mesas. Ya no hay lugar para grupos grandes. Foto: Alfredo Leiva

En este local, que es una vieja casona reciclada ambientada con equipamiento de nieve de otra época, cambiaron las mesas para grupos grandes por una nueva distribución para grupos reducidos (hasta 6 personas). El espacio permite tener 12 mesas. “Volvimos con los mismos precios de marzo porque la situación de crisis no permite aumentar”, señaló León que espera con expectativa que la rueda empiece a girar otra vez.

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Personas como máximo pueden compartir una mesa en un local gastronómico. La permanencia varía de 1:30 a 2 horas.

A pocos metros, en la cervecería Konna el espacio es más reducido y solo hay cuatro mesas habilitadas. “Los clientes respondieron bien porque saben que nos tenemos que cuidar todos”, señaló Ángel Perticará, propietario del lugar que admitió que hoy trabajan al 20% de lo que era antes de la cuarentena.  

Consideró que “va a demorar en reactivar” la actividad y la fluidez de público porque “la gente cuida el mango y el clima tampoco acompaña”. Eso se evidencia en que la mayoría opta por el horario del happy hour (que ofrece descuentos en la cerveza).

En Cubo marcaron la distancia en el piso y colocaron cartelería preventiva. Foto: Alfredo Leiva

En Cubo, una cervecería multimarcas de la calle Gallardo, “de a poco va traccionando pero notamos que no está la constancia de antes en la gente que venía a diario o los fines de semana, hay muchos que no se animan a salir”, dijo Adrián Damelio, encargado del lugar que potenció durante la cuarentena el servicio de delivery y en el local redujo la capacidad a la mitad.

Para esta nueva etapa tuvimos que marcar la distancia en el piso, colocar cartelería con medidas de prevención del coronavirus, establecer un sistema de turnos y reservas, y alcohol en gel en cada espacio y mesa».

Adrián Damelio, encargado de cervecería Cubo.

Más alejados del centro, en el Circuito Chico, cervecería Patagonia reabrió en horario extendido desde el mediodía hasta las 23. A modo distintivo del resto, ofrece una carta digital con código QR y se toma el registro de temperatura a los clientes al ingresar. El espacio es amplio a pesar de la capacidad reducida al 50%.

En cada mesa hay alcohol en gel y el tapabocas se puede quitar una vez que se recibe el pedido. Foto: Alfredo Leiva

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