La Patria Grande

No quiero usar, ni una vez, puntos suspensivos en este texto. Tampoco en esta frase. Aunque tengo que hacer fuerza, mucha fuerza, para prescindir de ellos.

¿Cómo convencer a todos de que este es un deseo útil y plausible? ¿Cómo encolumnar a todos, libres, para colaborar con este objetivo? ¿Qué cosas nos unen y cuáles nos separan?

El siglo XXI está empezando. ¿El siglo XXII nos hallará unidos, decorosos y sanos como hermanos de buena cepa y cuna de noble madera?

Díscolos, displicentes y crédulos, vivimos en espanto conglomerados, malolientes y procaces. América Latina, ¡respeta el ritmo y afina tu instrumento! Música en nuestro continente no falta, pero hay más tragedia que poesía.

Vamos para atrás, por ahora, pero si nos tomamos de la mano, como niños que salen a pasear por las calles, de la mano y atrás de la maestra, podremos atravesar las calles congestionadas, hasta llegar a la plaza y hamacarnos.

Sin ruidos y sin promesas vanas, con un día a día valiente y esforzado, nos verán llegar las águilas y palomas a los toboganes, los sube y baja y hasta a la calesita para intentar atrapar la sortija, y así dar otra vuelta.

Todos tienen un lugar en ese paseo, los niños, los adultos y los viejos, y se lo ganan por derecha, cada uno con el sudor de su frente. Y sin andar a los manotazos por lo que no es nuestro; lo mismo a nadie le debe faltar nada.

Fieles a lo poco recibiremos mucho, eso en un reino de justicia coronado por Dios, el Altísimo.

Alberto Félix Suertegaray

DNI 14.169.481

Roca


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