La política y el dinero, de la mano

Las sospechas sobre el senador en Río Negro.

El protagonismo político de Remo Costanzo estuvo unido, en ocasiones, a sospechas de uso abusivo de fondos nacionales que el menemismo aportó para Río Negro. Varias de ellas llegaron a la Justicia, pero sólo una comprometió en forma directa al senador: la del presunto pedido de cohecho con un ATN destinado a los Bomberos Voluntarios de Allen. Aún no tuvo resolución, y Costanzo ni siquiera fue imputado en el expediente.

Es que, pese a la verborragia de campaña, nunca fue fácil hallar a dirigentes o militantes justicialistas dispuestos a dar evidencias concretas.

Hoy, este viedmense de ascendencia italiana, hiperactivo y de mal carácter, está en el centro de la escena nacional involucrado en el peor escándalo de corrupción, que puso en vilo incluso la continuidad del Senado de la Nación.

En agosto, Chacho Alvarez leyó ante la Comisión de Asuntos Constitucionales un anónimo que le adjudicaba a Costanzo el rol de negociador y distribuidor de sobornos, y también mencionó como participante al secretario del senador, Martín Fraga. Al principio, Costanzo negó todo. Desde que el juez Liporaci lo citó a indagatoria, prefirió el silencio.

Costanzo es el principal dirigente del PJ rionegrino desde 1987, pero nunca fue un líder.

Por alguna razón, sus esfuerzos por construir poder político desde el partido y sostenerlo en lo económico desde la Fundación Proyecto Sur, no le valieron afecto sino sólo adhesión, y le mezquinaron los pocos votos que le faltaron para llegar a la gobernación en 1987, en 1995 y en 1999.

Con la Fundación Proyecto Sur, Costanzo escindió las cuentas del partido de las de su propia línea interna, captando para ésta la mayoría del aporte nacional y privado y, por ende, aprovechando sus efectos.

Disentir con él no es sencillo. Si bien hace gala de compartir decisiones, más de una vez los firmantes de solicitadas negaron haber dado su conformidad, e intendentes de su partido aluden en reserva a manejos poco menos que extorsivos con ATN y planes Trabajar. Pocos han accedido a decirlo abiertamente.

Costanzo sabe que el poder político y el poder económico se dan la mano. En 1988, administró los fondos de la interna en la que Antonio Cafiero enfrentó a Carlos Menem por la candidatura a presidente. Perdió, y mejorar lazos con el menemismo le costó tiempo y contactos con «leales» al riojano, como Miguel Pichetto y, luego, Carlos Soria. De ambos, sin embargo, está hoy distanciado.

En 1989, cuando aspiró por primera vez a ser senador nacional, casi ve frustrarse su anhelo por la resistencia de los legisladores del Partido Provin- cial Rionegrino, alineados tras el exinterventor militar Roberto Requeijo. Aquel día de noviembre llegó a Viedma el subsecretario de Interior, Luis María Vernet, a completar la tarea que habían comenzado algunos operadores. Traía un maletín, y -sin que se conocieran precisiones de pagos en su momento ni bastante después- el resultado fue que el PPR se adocenó y votó a favor de Costanzo. Poco después Menem designó al general Requeijo embajador en Oslo.

El ATN de Bomberos

Cuando Costanzo aspiraba a su reelección, en 1998, la elección interna volvió a teñirse de sospechas. Uno de sus oponentes, el legislador Digno Diez, denunció ante la Justicia Federal que el senador había intentado quedarse con la mitad de un ATN otorgado a la Asociación de Bomberos de Allen. La entidad había pedido 40.000 pesos y se soprendió al recibir el doble. Un acta relata que la comisión directiva se negó a entregar 40.000 pesos «a un representante del partido Justicialista» que se los reclamó.

En el expediente federal constan testimonios coincidentes que señalan que el propio Costanzo -junto al diputado provincial Miguel Pichetto- tuvo un encuentro con el presidente de Bomberos durante el cual le consultó si entregarían el dinero «que excedía del pedido original». La respuesta fue que cuando tuvieran el dinero, resolverían. Cuando llegó el ATN, la comisión directiva recibió llamados telefónicos indicando que debían entregar 3.000 pesos a la unidad básica de Allen y 37.000 a «una persona de apellido Franco, de General Roca», quien personalmente fue a solicitar la entrega.

La negativa tuvo como respuesta amenazas telefónicas de muerte a integrantes de la comisión. El chofer de Costanzo fue tres veces al cuartel, y una mujer, que se identificó como María Piedrabuena, espetó a los dirigentes de Bomberos calificando su actitud como una «mejicaneada», sustantivo utilizado para definir cuando alguien se queda con dinero que otra persona obtuvo como producto de una acción ilegal.

La jueza Federal archivó la causa porque entendió que el ATN había sido solicitado en forma legal y que no había funcionarios nacionales implicados, aunque admitió que advertía una maniobra «entre particulares» materia de análisis de la Justicia provincial.

El fiscal rionegrino Luis Galeano promovió acción por «amenazas y malversación de caudales», pero el expediente ha tenido pocos avances.

No era la primera vez que una denuncia los enfrentaba. Años antes, Diez había acusado a Costanzo de querer coaccionarlo para que el bloque de legisladores provinciales que presidía alquilara como sede el hotel del escribano. «Me ofrecía que yo administrara la confitería», dijo.

El tema no pasó de verborragia.

Una fundación subsidiada

Cuando accedió al Senado, Costanzo creó la Fundación «Proyecto Sur». Sólo en el último año del gobierno de Menem, la entidad recibió subsidios por 329.165 pesos de la secretaría de Desarrollo Social de la Nación: En diciembre de 1998 fueron 76.000 pesos, en junio de 1999 113.165 pesos en cinco desembolsos y en agosto de ese mismo año 140.000 pesos.

La Fundación creó sedes en toda la provincia y canalizó dineros nacionales destinados a ayuda social, capacitación y promoción comunitaria. Además recibe donaciones de particulares. Manejó alimentos, planes Trabajar, subsidios y publicidad. Sobre todo en épocas preelectorales. Fundó un coro en Viedma y cada víspera de Navidad hizo una Fiesta de la Música sin medir gastos. Todo esto pareció acabarse a fines de 1999: El PJ nacional perdió las elecciones, y Remo también. Sin gobernación y sin proveedor de fondos en Buenos Aires, toda la estructura pareció agonizar. Sólo en Viedma, donde el hijo de Costanzo ganó la intendencia, pareció tener algún sentido seguir «invirtiendo». En la Fundación hubo recorte de gastos y de personal.

Está registrada en Personas Jurídicas rionegrina, autorizada por decreto del 3/10/1991. Su titular, María Eugenia Fulvi, no entregó los balances a «Río Negro». El roquense Pedro Monasterio es vicepresidente, y dijo a este diario que «las cuentas no se mezclaron con la campaña. Yo no lo hubiera permitido». El mismo confirmó que la fundación obtuvo un subsidio de 100.000 pesos de Telefónica, empresa con intereses en la política de comunicaciones que vote el Senado. El reginense Domingo Vallejo es secretario, y prosecretaria Martha Minichelli de Costanzo -cuñada del senador y ex senadora-. Es tesorero el saltense Cristóbal Fernández Ansola y protesorero Domingo Abasto. Los vocales son Alfredo Innamorati, Felipe Ludueña, el ex senador chubutense César Mac Karthy, el fallecido Jorge Héctor Franco, el cipoleño Raúl Naffa, Juan Prates de Río Colorado, el actual director provincial de Tierras de la UCR, Daniel Tait, el ex diputado Alcides Pinazo y el ex diputado nacional Héctor Ganem. Mac Karthy dijo a «Río Negro» que «Costanzo me incluyó, pero nunca participé en nada». No conoce los balances ni el movimiento de dinero. Anticipándose a toda conclusión, dijo: «Lo que hice fue prestar la firma como se hace habitualmente, para completar los cuadros».


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