La recaudación en Bariloche tuvo una caída del 9% en 2020

En números reales significa 133 millones de pesos. La mayor baja se registró en la Ecotasa, que pagan los turistas por noche de alojamiento, y también hubo una merma en los tributos a los comercios.

El freno en seco que sufrió la economía de Bariloche durante el año pasado debido a la pandemia de coronavirus causó fuerte impacto en la recaudación municipal, que registró una caída de 133,7 millones de pesos (un 9%) respecto de los números de 2019.

La pesadilla que vivieron las arcas municipales ya habían quedado en evidencia con algunos informes parciales y fue motivo de arduo debate en el Concejo cuando se votó el nuevo paquete fiscal. Pero ahora están disponibles las cifras finales de los ingresos y egresos, con el cierre de la ejecución presupuestaria al último 31 de diciembre.

En condiciones normales el municipio hubiera aspirado por lo menos a cosechar un crecimiento de ingresos que acompañe a la inflación, es decir uno 37/40% por encima de lo embolsado el año anterior.

Pero el derrumbe de la actividad económica a partir del 19 de marzo (cuando el país ingresó en cuarentena obligatoria) hizo estragos en la caja y los ingresos de “jurisdicción propia” cerraron el año con un magro acumulado de 1.352,4 millones de pesos, cuando el año anterior el municipio había conseguido 1.486,1 millones. El ingreso real estuvo muy lejos también de la meta presupuestaria, que Hacienda había fijado en 2.150 millones.

En el desagregado cuenta por cuenta la mayor caída aparece en la llamada Ecotasa, que pagan los turistas por cada pernocte. En 2020 la recaudación fue de apenas 29,9 millones cuando el año anterior había cerrado en 69,3 millones (una reducción del 57,3%).

También tuvieron bajas significativas los derechos de cartelería (un 23,1%) y los derechos de oficina (-12,2%). Los dos principales pilares de la recaudación propia son la tasa de Servicios, que aportó ingresos por 467,8 millones (un 23,5% más que en 2019) y la tasa de Inspección, Seguridad e Higiene -atada a la facturación de comercios y empresas- que recaudó 391,3 millones y se redujo un 2,8% en términos interanuales.

También estuvo por arriba de lo recaudado el año anterior el Impuesto a los inmuebles Libres de Mejoras (un 23,4%) y llamativamente por licencias de construcción el municipio recaudó durante todo 2020 un 62.8% más que en 2019.

Si las cuentas igual cerraron con lo justo fue por la postergación de algunos gastos de capital y también por la gestión de ayudas extra de Nación vía ATN (unos 200 millones de pesos) y un adelanto de copartipación por 90 millones acordado con la provincia, que el municipio deberá devolver a partir de este año.

Al pedir autorización al Concejo para ese adelanto, el intendente Gustavo Gennuso había alegado el mayor gasto social, especialmente en la distribución de módulos alimentarios, y “la pérdida de ingresos que se profundizó por la nula temporada invernal”.

Lo cierto es que la caída de la recaudación del municipio resultó estrepitosa si se la compara con la provincia y la Nación, que también sufrieron una merma provocada por la pandemia y estuvieron por debajo de lo esperable según el ritmo inflacionario, pero lograron subas en términos absolutos respecto de los números de 2019.

La coparticipación recibida desde la provincia se transformó en un sostén importante para gestión Gennuso, ya que inyectó recursos en todo el año por 1.448,7 millones, con una suba interanual del 17,3%.

En comparación, la magra recaudación del municipio por tributos propios les hizo perder peso en el total. En 2019 llegaron a representar un 55,1% de la caja global que maneja Hacienda y el año pasado esa participación se redujo al 47.1%


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