La salud saturada: complicaciones para conseguir un turno

El hospital y las clínicas de Roca están sobrepasados con pacientes de todo Río Negro. Faltan generalistas y pediatras, al igual que en Cipolletti, que también requiere más ginecólogos. En Viedma, la demora es con urólogos, cardiólogos y fonoaudiólogos. En Bariloche, el hospital público es la principal respuesta a las demandas.

Un turno en un consultorio privado con un gastroenterólogo en Roca implica una espera de entre 20 días y un mes; con un oftalmólogo se consigue con una distancia de hasta 45 días; con un especialista en ginecología a un mes promedio; con un cardiólogo a una semana. En el hospital López Lima, semanas atrás hubo más de 200 personas que hicieron fila un viernes desde muy temprano a la mañana para obtener un turno para un especialista. En paralelo, en su guardia externa se fichan unas 250 personas al día y el 80% no fue con una urgencia. En Viedma un turno con un cardiólogo o fonoaudiólogo conlleva una tardanza de 20 días y en Bariloche la gran demanda se resuelve acomodando pacientes con sobreturnos. Cipolletti requiere de más ginecólogos, generalistas y pediatras.

La demanda de atención en Roca es enorme. Desde distintas instituciones, médicos y especialistas atribuyen el desborde a la llegada permanente de personas de toda la provincia, pero también a un cambio en el hábito de los pacientes que ya no esperan la derivación de un médico clínico sino que deciden “acortar camino” y buscar la respuesta de un especialista sin escalas intermedias.

“Muchas veces no pasan por el chequeo con el médico clínico, sino que directamente sacan un turno con un cardiólogo o gastroenterólogo y eso impacta mucho en la disponibilidad de turnos. A veces el paciente corta camino pero probablemente pueda resolver su problema con un médico generalista que, en caso de que lo vea necesario, lo va a derivar con un médico especialista. Eso hace más llevadera la espera, porque ya se manejan los síntomas, y la derivación es más ágil”, subrayó Miguel López Fernández, pediatra del Sanatorio Juan XXIII y miembro del Colegio Médico de Roca.

En Bariloche creció la demanda en el hospital. Foto Archivo.

En tanto, el médico clínico y cardiólogo de la Clínica Roca, Juan Vignolo, opinó que la saturación del sistema se vincula a que “creció desmesuradamente la población en relación a la cantidad de médicos”.

En rubro pediatría y clínica médica también reciben una amplia demanda, pero es bastante más rápida la llegada a la consulta que otros especialistas.

En general, atienden no sólo los turnos del día sino también dan sobreturnos para dar respuesta a las urgencias de sus pacientes como fiebre, cuadros respiratorios y otros. “La clínica y pediatría son las más desbordadas, porque cada vez hay menos médicos haciendo atención primaria de la salud y medicina general”, aseguró Vignolo.

Complejidad

En materia de salud, Roca es la ciudad cabecera de Río Negro. Pacientes de toda la provincia llegan a diario a recibir atención médica y en algunas especialidades la demanda de derivados de otras ciudades equiparan la de personas residentes. “Vienen pacientes de la Línea sur, Valle Medio y de otros puntos de la provincia. Es mucha la cantidad de trabajo en todos los centros de Roca”, destacó López Fernández.

En una de las instituciones de atención oftalmológica de Roca, se reciben a diario un promedio de 70 pacientes y la mitad viaja desde ciudades de Valle Medio, ciudades de la costa atlántica y también de la zona andina, como Bariloche.

“Hasta hace dos años se mandaban a Buenos Aires los casos complejos, hoy el Alto Valle cuenta con atención especializada”, enfatizó el especialista en retina del Centro de Ojos, Jorge Mancini. Por ejemplo, para la retinopatía diabética -patología que las diabéticos desarrollan en su vida y es la principal causa de ceguera a nivel mundial-, el sistema de salud privado disponible en Roca y Cipolletti cubre su atención.

Otro punto de Roca en que confluyen habitantes de toda la provincia es el Centro de Enfermedades Digestivas (CED). “En nuestra facturación, el 30% son pacientes de otras localidades, como Regina, Choele, Cervantes, Huergo, toda la línea Sur, San Antonio, Viedma. Creemos que la demora es por la alta complejidad que se cubre, porque si abasteciera solo a Roca estaríamos bien. Ese 30% de afuera desbalancea a cualquier grilla de turnos”, consideró Héctor Mazzini, cirujano del CED, institución que atiende por mes un promedio de 900 turnos y más de un centenar estudios endoscópicos.

Suman cardiólogos al staff médico del hospital de Viedma. Foto Marcelo Ochoa

Desde un centro cardiológico, la especialista Sonia Costantini también refirió a la permanente llegada de pacientes de otras ciudades, principalmente Valle Medio y Línea Sur.

Menos médicos

“Aunque tengamos la universidad acá, los chicos no se quedan acá. Se van a hacer la residencia a otro lado, ya no quieren hacer medicina asistencial. Quieren trabajar 8 horas, el fin de semana no quieren trabajar. Son jóvenes que priorizan su familia, la realización de actividad física, como en cualquier otra profesión”, indicó Vignolo.

“Los jóvenes no trabajan más horas de la cuenta para abastecer más atención, sino que hacen su horario, o se van a hacer otro trabajo que no es asistencial y por lo que ganan mejor, como el petróleo”, coincidió Mazzini.

En ese sentido, los consultados aludieron al bajo incentivo para trabajar en guardias de medicina general, pediatría y de las terapias intensivas. “Tienen una dedicación horaria muy grande y baja retribución. Cada vez hay menor cantidad de gente dedicada a eso y mantener el staff de guardias externas y de terapia intensiva es complicado. Ese es el problema más grave, que llegó para quedarse y que puede ser muy largo de revertir”, remarcó López Fernández.

Guardia, una opción

En este contexto, la asistencia a un servicio de guardia es la opción. Incluso para quienes cuentan con obra social -que alcanzan el 50% de la demanda del servicio- pero que cada vez llegan más al hospital tanto para no pagar plus con especialistas como por la disponibilidad de médicos.

Julio Fernández, jefe del Servicio de Emergencias del hospital, indicó que los pacientes que codifican verdes -estado poco crítico-, ingresan a la revisión entre las dos y tres horas posteriores al fichado. Los pacientes que califican rojo -riesgo de vida- se asisten en forma inmediata. “Pacientes en rojo recibimos unos 10 al día. El 20% son amarillos -afecciones dolorosas y estados que se pueden complicar- y todos los demás son verdes. Deberíamos tener oferta más grande de consultorios externos”.

Cipolletti: faltan pediatras, ginecólogos y generalistas


“La principal demanda que tenemos en el hospital es en el área de pediatría”, indicó una fuente del hospital de Cipolletti.

Si bien la demora de atención generalmente se responde en el mismo día, de las especialidades básicas es la principal demanda en el principal centro de salud público de la localidad.

Además el nosocomio cipoleño es cabecera del Alto Valle Oeste, que abarca de Catriel a Fernández Oro.

“En el área de ginecología también necesitamos más profesionales ”, explicó la fuente consultada.

Otro de los problemas en salud pública se ve en la intensa demanda en los centros de atención primaria.

Es necesario, según explican los operarios del sistema de salud que atiende en las salas periféricas, incorporar nuevos médicos generalistas.

En los últimos años la demanda en salud pública creció considerablemente.

Los profesionales atribuyen este fenómeno a la crisis económica y aseguran que la población de atención se incrementó notablemente.

“Como sucede en las crisis socio-económicas la demanda crece mucho en el sistema y se ve reflejado con mucha fuerza en los centros de salud”, describen. Y agregan: “Nos ha superado la cantidad de demanda en algunos lugares críticos como todo lo que significa la zona del Anai Mapu y la zona de los asentamientos de esa zona”.

En ese dispositivo trabajan entre dos y tres médicos generalistas lo que hace “imposible” que cubran esa población.

“Necesitamos reforzar esa atención porque ahí es donde se hace la verdadera atención de las patologías prevalentes”, sostuvieron los profesionales consultados.

Ante la crisis, el hospital público sostiene la demanda de Bariloche


Los “entreturnos” en los consultorios privados, la falta de infraestructura en sanatorios y clínicas, y la crisis económica forman un combo que termina empujando a muchos barilochenses al hospital. La ciudad más poblada de la provincia tiene 300 camas de internación. La mitad está en el hospital Ramón Carrillo. Las otras 150 plazas se distribuyen entre el Hospital Privado Regional, el Sanatorio del Sol, la Clínica San Carlos y el Instituto Materno-Infantil. En los últimos dos años el hospital recibió 10.000 consultas más entre la guardia, los especialistas, las cirugías, los centros de salud. “Nosotros tenemos un 30% de ausentismo en pacientes”, dijo uno de los médicos. Para evitar los baches que generan los que piden turno y no van, en los consultorios privados se usa el eufemístico “entreturno”, que consiste en convocar a los pacientes a armarse de paciencia en las salas de espera hasta que el médico lo pueda atender. Eso sí: a las obras sociales y a las prepagas les facturan lo mismo.

A pesar de la falta de infraestructura privada, las guardias no tienen colapsos.

Los cuellos de botella del hospital de Viedma


Hay más demanda que oferta en varios servicios especializados del hospital Zatti de Viedma, como el caso de oftalmología, fonoaudiología y urología que cuenta con un solo profesional, y en consecuencia, los turnos se van extendiendo el tiempo.

En unos 20 días, según estimaron las autoridades, se podrán reforzar el servicio de cardiología ya que están próximos los nombramientos de dos nuevos profesionales en dicha área.

Si bien el sistema de turnos está funcionando dentro de los términos normales, en las mencionadas especialidades no se pueden otorgar más de la cuenta.

Lo que si se nota en la ciudad que algunos servicios privados tienen una importante demanda como consecuencia de que el sector público no puede cubrirla totalmente y por caso se ven los consultorios abarrotados en algunas instituciones de modalidad mutual como la Casa del Jubilado Rionegrino (Cadejur).

Qué dicen los pacientes de los turnos en Roca


“Vine acá a la guardia porque era fin de semana y era una infección urinaria. Cuesta mucho conseguir turnos…”. Jorge Vargas (64), de Roca.

“Busco un turno con un flebólogo pero hasta junio no hay. Vivo a 350 km, es muy caro venir, pero no queda otra”. Alicia Giménez (51), de Sierra Colorada.

“Vengo de Regina, esta es la cuarta vez para conseguir un turno con gastroenterólogo y hay recién para junio…”. Mónica Giles (50), de Regina



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