La selección avanza hacia el piso mínimo de ser nada menos que un equipo

Por supuesto que en Riad el seleccionado argentino no escribió una epopeya, pero la valoración del triunfo sobre Brasil debe ser tomado como un capítulo más en el crecimiento del equipo.

La referencia inmediata ofrecía el cara y ceca del partido anterior contra Alemania cuando la selección estuvo al borde de sufrir una goleada y terminó igualando tras estar dos goles abajo. Los 90’ jugados con Brasil implican una evolución visible, de las que contienen las buenas señales anteriores y perfilan las virtudes por nacer.

En esta Selección se ha consolidado una saludable tendencia a competir con una intensidad y una variedad de recursos ausentes en formaciones no tan lejanas. Por caso, bastará con ir un poco atrás en la memoria y reflotar el desdichado paso por el Mundial de Rusia.
El equipo que viene de ganarle a Brasil y que mañana se probará ante Uruguay, ha demostrado carácter y acomodarse a las circunstancias en un contexto donde todos corren y todos ponen. Un concepto solidario para ir y para venir en la que Lionel Messi vendría a ser la luminosa contribución del más despierto, del distinto. El que rompe las estructuras rivales.

Los nombres propios dan respuestas positivas y el conjunto se ve cohesionado y confiado. ¿Cuántas veces se reclamó una selección con ímpetu, con ánimo, con presencia real? El compromiso sanguíneo ha sido el reclamo constante para todo aquel que se calce la camiseta celeste y blanca.
La valoración de Lionel Scaloni al frente del proyecto ha ido de menor a mayor. Desde su apurado arribo tras el desastre de Rusia, el entrenador tuvo su prueba de fuego en la última Copa América de Brasil y supo cómo superarla al imprimirle sacrificio, orgullo y compromiso a sus dirigidos. Incluso ese torneo reveló a un nuevo Messi, en un renovado rol de capitán. Combativo, maduro, haciéndose cargo de su peso específico en el equipo y hasta cantando el himno. Todo ello sucedió con Scaloni en el banco, devenido en símbolo de una renovación necesaria para la selección.

El equipo avanza hacia el piso mínimo, vital y móvil de ser nada menos que un equipo. Mañana contra Uruguay a las 16:15, en el último ensayo antes de los compromisos oficiales del año que viene, tendrá una prueba más en busca de ese objetivo.


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