La Tate Modern lleva el género performance al museo

– La temperatura dentro de sus imponentes paredes de hormigón es más fresca, y la oscuridad hace que uno tropiece con el pie del otro. El espacio lo ocupaban antes unos depósitos de petróleo, que la Tate Modern de Londres recupera ahora para el arte en vivo. Y es que con los “tanks”, el museo abre una nueva sala dedicada a proyecciones, instalaciones sonoras y performances.

La inauguración, el miércoles, coincide con el festival cultural que Londres organiza con motivo de los Juevos Olímpicos.

“Hemos pasado al siguiente nivel en la transformación de la Tate Modern”, dijo hoy el director de las galerías Tate, Nicholas Serota, durante la presentación a los medios de los “tanks”. Éstos ofrecerán un nuevo espacio al creciente número de visitantes del centro y son la base de la ampliación en marcha.

“Nos hemos dado cuenta de que necesitábamos más espacio”. Un espacio dedicado a las formas artísticas que vienen cobrando relevancia en los últimos años. Los museos de todo el mundo son conscientes de esta necesidad, pero ahora, la Tate Modern se convierte en uno de los primeros en otorgarles un sitio permanente y continuo.

“Estamos reinventando el museo”, afirmó el director de la Tate Modern, Chris Dercon. Gracias al espacio redondeado de los “tanks”, artistas y público ya no estarán separados. No en vano, la evolución hacia una mayor participación de los expectadores es uno de los elementos clave en la concepción artística del siglo XXI.

A partir del 18 de julio y hasta el 28 de octubre, la Tate Modern ofrecerá un nutrido programa para sus “tanks”, en el que se incluyen algunas obras por encargo. Mientras, la ampliación de este museo visitado por unos cinco millones de personas al año seguirá su curso. Así, Serota pudo anunciar algo que muy pocos directores se atreven a decir: la Tate Modern se ha adelantado al futuro en más de nueve años.

En realidad, la ampliación total del que es uno de los principales museos del mundo para arte moderno y contemporáneo estaba prevista para 2015. Pero “el éxito de la Tate Modern ha aplazado la fecha hacia delante”, dijo Serota. La inauguración está prevista como tarde para 2016, “incluso antes”, añadió.

En total, los costes del proyecto ascienden a 200 millones de libras (253 millones de euros/310 millones de dólares). Serota no especificó cuánto de esa cantidad ha ido a parar a los “tanks”, aunque una gran parte proviene de donaciones y patrocinadores. El objetivo es alto: en el camino, y al final, se pretende crear un nuevo modelo de museo para arte moderno y contemporáneo.

dpa


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