Las carpetas en las oficinas estatales


Los planes oficiales de desarrollo varían según el nombre de la persona que ocupe la gobernación. El nuevo tira a la papelera el plan de su antecesor.


En los últimos 30 años, los gobiernos neuquinos han cambiado de planes al unísono con el cambio de gobernador. Todos partieron de la base de la relación del petróleo y la política, aunque hubo diferencias en el norte.

El de Pedro Salvatori, “Estrategias para el desarrollo”, que lo hizo con el Copade, preveía 10 empresas petroquímicas en funcionamiento y al Estado le daba el papel de gastador social. El de Jorge Sobisch, “Propuestas y lineamientos para la gestión”, tenía un sesgo que propiciaba la iniciativa privada.

Después volvió Felipe Sapag, desempolvó el Copade y lanzó el mítico Plan 2020. “Cuando tengamos las 150.000 hectáreas programadas en producción, ciertamente seremos una provincia distinta y mucho mejor”, dijo en la presentación del plan.

Recargado, volvió Sobisch, inauguró el concepto de alianzas estratégicas con las petroleras y le puso la frutilla al postre. Emitió bonos por 250 millones de dólares para hacer, finalmente, megaobras de infraestructura como el tren trasandino.

Jorge Sapag fue el gobernador más petrolero, renegoció los contratos en plena recesión y corrió la cortina para que se vea Vaca Muerta. Emprolijó los enclaves productivos con semillas del Banco Provincia e impidió que se continuara con el tendido férreo en Zapala.


Los proyectos grandes quedaron en carpetas y para hacer obras nuevas que requieren volumen de inversión hay que pedir plata prestada afuera.


Omar Gutiérrez, con una continuidad a medias y mediada por Guillermo Pereyra, tomó la posta pero le puso nombre y apellido: Plan Quinquenal. Consiste en una descripción provincial con objetivos sociales pero no productivos.

Cada uno que llegó a la gobernación se encargó de guardar las carpetas que encontró en las oficinas públicas y mandó a hacer nuevas. El resultado presenta un escenario donde se prevé pagar más intereses que la inversión en capital. Esta representa el 12% de los desembolsos totales.

El ministro de Economía, Norberto Bruno, informó que se contemplan obras por aproximadamente 17.000 millones de pesos. Arguyó que se buscó que esas obras tengan equilibrio territorial, que estén distribuidas en toda la provincia. Enumeró rutas para que haya mejor conectividad, tres hospitales en marcha y obras de agua y saneamiento.

Tierra productiva

8.001
hectáreas bajo riego y en producción había en Neuquén hace diez años y ahora hay 6.233, según el último dato estadístico del Senasa.

Las carpetas que encontraron los ministros de Gutiérrez nominaban los montos que le correspondían a las 209 obras que se iban a financiar con dinero prestado de los bonos Ticafo en sus dos versiones. Es que la cantidad de obras tenía que ver con la forma de convencer a los diputados de las localidades para que votaran los pedidos de préstamo.

En las nuevas carpetas que armaron los gobernadores no se cumplieron objetivos. Hace diez años había 8.001 hectáreas bajo riego y en producción y ahora hay 6.233, según el último dato estadístico del Senasa. El trasandino quedó a medio hacer y tampoco se vieron avances en emprendimientos emblemáticos como la zona franca (ahora se pidió un cambio en la ley nacional para asimilar beneficios a los que tiene General Pico, La Pampa) y el polo petroquímico aún no tiene servicios, dicen que hay empresas interesadas en instalarse, pero hay que ver si se lo deja a orillas de la 22 o se lo muda a la 17.

Las rutas turísticas aún están en carpetas y se pidió plata a organismos internacionales para asfaltarlas. Cuando se repite una acción se la toma como normal, por lo que, desde la ley 2505, cuando hay que hacer una obra hay que pedir plata prestada.

Durante el período que se observa hubo un proyecto transversal que fue la regulación del río Neuquén con las represas Chihuido I y II. La maldad ontológica del centralismo hizo lo suyo, es decir nada.

En definitiva. Para el año próximo se anotaron unas 300 obras públicas con expansión territorial por unos 17 500 millones con algunas perlitas. Para asfalto urbano hay 45 millones, de los cuales 30 serán para Zapala.

Ahora lo urgente es asegurar ingresos y con el nuevo gobierno no están seguros. ¿Vaca Muerta quedará en modo espera?


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