Las convicciones del presidente Macri

El gobierno presentó su paquete de medidas destinadas a moderar la inflación y suavizar la situación de los sectores más castigados por el ajuste. Como se había anticipado, se trata de un conjunto de iniciativas alejadas de su mapa conceptual y cuyo centro es el congelamiento de precios y tarifas por seis meses.

Según una encuesta de D’Alessio-Irol-Berensztein conocida al día siguiente de los anuncios , el control de esas dos variables es la decisión de mayor consenso entre las tomadas por el gobierno en mucho tiempo: recibe la aprobación del 80% del universo de votantes de Cambiemos y de la mitad de los votantes del Frente para la Victoria. La llave la tenían los radicales, esos viejos zorros de la política , que presionaron por la instrumentación de las medidas. Al final no se necesitaba tanto para unir a los argentinos.

El presidente Macri abandonó la ortodoxia a la que se había aferrado desde la primera corrida cambiaria y abrazó el pragmatismo. Dejó sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada, podría haber dicho Néstor Kirchner, un hombre que solía repetir un consejo a quienes siempre buscaban desentrañar hacia dónde realmente iba: “No escuchen lo que digo, miren lo que hago”. La política nada puede reprochar al giro de Macri, que cumplió con una premisa fundamental: ante todo hay que amar el poder.

La llave la tenían los radicales, esos viejos zorros de la política, que presionaron por la instrumentación de las medidas. No se necesitaba tanto para unir a los argentinos.

Aquello que llevó un año atrás al presidente a abandonar el gradualismo y acudir al FMI, es lo que hoy lo empuja a la heterodoxia. El límite se lo había puesto entonces el mercado. Esta vez lo hicieron la urgencia electoral y la supervivencia de Cambiemos.

Como ya consignó esta columna, las mediciones muestran hoy una derrota del presidente en un eventual balotaje con Cristina Kirchner. El sitio La Política Online reveló el jueves que una medición de la consultora Isonomía en manos del gobierno muestra que la senadora aventaja por 9 puntos a Macri en una segunda vuelta electoral, con un 20%o de indecisos.

Ambos siguen recogiendo sin embargo altos niveles de rechazo en todas las encuestas. Este fenómeno inusual podría confirmar la teoría de Marcos Peña de que la polarización es un fenómeno “de abajo hacia arriba” y anticipar la continuidad de la grieta en el tiempo. Tal vez explique además el acelerado movimiento de los dos candidatos hacia el centro del espectro. Una táctica que aparece normalmente recién en los finales de campaña.

Así como Macri gira provisoriamente hacia el intervencionismo económico y cosecha adhesiones insospechadas, la senadora esconde su rabia y reafirma a través de voceros como su hijo Máximo, Alberto Fernández o Axel Kicillof que ella es una mujer del sistema y no romperá con el Fondo Monetario.

Quienes buscan quebrar la polarización enfrentan sus propios dilemas. Lavagna parece estancado en las encuestas y se complica su deseo de imponer su candidatura en el peronismo federal como eslabón de un armado más amplio. El exministro rechaza la idea de que una interna peronista potenciaría al ganador y sostiene en cambio que dispersa el voto y debilita la oferta. “El que gane seguirá siendo un candidato de 10 por ciento”, les advirtió días atrás a los senadores peronistas.

En el peronismo alternativo no seducen las exploraciones de Lavagna por fuera del espacio y advierten que podría reeditar experiencias que fracasaron, como la de Massa con Stolbizer. El ejemplo de Massa no es casual. Miguel Pichetto cuestionó una frase reciente del exjefe de Gabinete sobre la eventual renegociación del acuerdo con el FMI en un próximo gobierno.

Todo lo que rodea a Cristina es un misterio. La candidatura está otra vez envuelta en dudas. Su viaje a Cuba a horas de la muerte de su madre despertó además cierta perplejidad.

“Decir de que los muertos no pagan es una frase desafortunada”, dijo días atrás despacho. Pichetto toma distancia: viaja esta semana a Nueva York, donde participará de un desayuno en Barclays con fondos de inversión y de un encuentro en la Universidad de Columbia junto con el titular de la Corte Carlos Rosenkrantz y el asesor del presidente, José Torello.

Todo lo que rodea a Cristina Kirchner es un misterio. Su candidatura está otra vez envuelta en dudas. Su decisión de confirmar el viaje a Cuba a horas de la muerte de su madre despertó además cierta perplejidad.


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