Las dudas en el caso del policía que mató a un hombre y está libre en Neuquén

Restan pericias y testimoniales para despejar los interrogantes. La causa quedó sin imputados ni detenidos. Qué se sabe hasta ahora.

La fiscal de Homicidios, María Eugenia Titanti, sigue con la investigación de la muerte de Gerardo Villa (41), baleado por el policía Marcos Damián Merino (23) el lunes a la tarde en el barrio San Lorenzo de Neuquén durante un intento de robo. El autor del disparo, y damnificado por la tentativa del robo, quedó en libertad el martes a la noche y todavía no está acusado de ningún delito. Tampoco fue imputado el hombre que acompañaba a la víctima fatal, Marcos Tecker. Hay muchos interrogantes que aún esperan respuesta.

La información reunida hasta ahora, según relató la fiscal Titanti esta mañana en una entrevista con Río Negro, permite reconstruir que el lunes 10 alrededor de las 14.30, Villa y Tecker forzaron la puerta de ingreso al monoambiente ocupado por el policía Merino, quien en ese momento dormía la siesta.

El ingreso fue con fines de robo, según confesaría al día siguiente Tecker. Pero se toparon con Merino, quien arma en mano les gritó «alto policía».


Gritos en el viento


Los frustrados ladrones salieron corriendo hacia el Chevrolet Astra gris que habían dejado estacionado listo para escaparse. Y el policía detrás, dando la voz de alto con la pistola reglamentaria en la mano.

Titanti informó que un vecino que estaba arreglando el techo de su casa observó la escena, pero no escuchó las voces. Lo mismo sucedió con otra mujer del barrio. Al parecer por el fuerte viento de esa hora, las palabras de Merino no se escucharon, sólo se vieron sus gestos como pidiendo ayuda.

Villa y Tecker subieron al Astra. ¿En qué ubicaciones? Merino dice que Tecker tomó el volante, pero él lo niega, y asegura que manejaba Villa.


El arma que no está


El policía tomó la puerta del conductor y la abrió. La fiscal Titanti relató que en ese momento observó que el hombre sentado en el asiento del acompañante le apuntó con un arma de fuego.

«La describe como una pistola, negra, igual a su arma reglamentaria», indicó la fiscal.

Merino dijo que se sintió amenazado y disparó dos veces, al mismo tiempo que el auto se ponía en marcha a toda velocidad.

Uno de los proyectiles atravesó el vidrio de la ventanilla trasera izquierda e impactó en Villa, a la altura del homóplato izquierdo, y quedó alojado en el hemitórax derecho, casi a nivel de epidermis, según la autopsia.


«No fue por la espalda»


Titanti dijo que «no fue un disparo por la espalda. El proyectil ingresa casi lateral porque el vehículo se pone en movimiento». La distancia estimada fue más de un metro.

Tecker, que todo indica mintió al decir que no conducía, dejó a Villa abandonado en la calle cerca de una verdulería y escapó en el Astra. La víctima, malherida, fue llevada al hospital Heller primero y al Castro Rendón después, donde llegó en otro auto y falleció pasadas las 17.

Mientras tanto, el policía Merino permaneció detenido en averiguación del hecho. Se lo comenzó a investigar por homicidio calificado, pero su situación cambió el martes a la mañana cuando Tecker se presentó en la fiscalía.

Admitió que habían ingresado con intenciones de robo, pero negó que hayan llevado armas. También dijo dónde había dejado escondido el Astra: en una vivienda abandonada en el barrio Alto Godoy.

«Tecker fue perdiendo credibilidad como testigo», explicó Titanti. «Dijo que el auto lo manejaba Villa, lo cual está desacreditado; ocultó el auto; se ocultó él mismo hasta el otro día; entonces cuando dice que no llevaban armas, su credibilidad ya está dañada», agregó.

Sobre Tecker no pesa aún ninguna acusación, aclaró.

De todos modos la investigación dista de estar cerrada. Faltan muchas pericias y tomar más testimonios para tratar de determinar si el arma existió. Sería la manera de encontrar una causal de justificación para la reacción del policía.


Antecedente


La justificación de Merino recuerda un poco a la de Claudio Salas, el policía que disparó por la espalda al niño Braian Hernández en Cuenca XV en diciembre de 2012. Aquel hecho ocurrió de noche; el chico de 14 años iba en un automóvil y el policía, que fue condenado a 15 años de prisión, dijo que disparó porque creyó que le apuntaban con un arma a una compañera, en un control.


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