Las jubilaciones son 23% más bajas que en el 2000

La política previsional de la última década se basó en regalar 2,2 millones de jubilaciones sin requerir aportes y generar una gran cantidad de regímenes especiales. Esto se financia transitoriamente con la apropiación de los aportes personales del ex régimen de capitalización y la negación a la movilidad de los haberes superiores al mínimo. El esquema no es sustentable. Por eso, más que comparar la crisis de Grecia -donde un factor causal decisivo es la irresponsable gestión previsional- con la de Argentina de 2001, el paralelismo relevante es mirar a Grecia para prever la situación que la Argentina enfrentará a estos años. Grecia tiene un déficit del orden del 13% del PBI y un nivel de deuda pública de 115% del PBI, el Estado griego sólo puede tomar nuevos créditos a tasas de interés muy altas. Por eso al gobierno no le quedó otra opción que aceptar el financiamiento de la UE y el FMI, a cambio de un fuerte aumento de impuestos y la baja del gasto público. Las autoridades griegas además debieron revisar las reglas del sistema previsional, básicamente subiendo la edad jubilatoria de 57 años a 65 y eliminando el aguinaldo. En función de las similitudes en las políticas previsionales entre nuestro país y Grecia, los paralelismos más relevantes son con el futuro probable de la Argentina. En tal sentido, la evolución de los haberes en la última década sugiere el tipo y la magnitud de los problemas que se acumulan. Según datos de la Secretaría de Seguridad Social, entre el 2000 y el 2010 los haberes previsionales tuvieron el siguiente comportamiento: • El haber mínimo subió en un 597% que, corregido por inflación mayorista, arroja un aumento real del orden del 55%. • El haber medio se incrementó en un 296% que, corregido por inflación, implica un deterioro del poder adquisitivo del haber del orden del -23%. • Los haberes que en el 2000 eran superiores a $1.000 aumentaron sólo un 212% que, corregido por inflación, implica una pérdida de poder adquisitivo del -45%. Los datos testimonian un intenso proceso de licuación de los haberes previsionales que, a casi una década, sólo se han recompuesto de manera parcial y discrecional. Esto motiva la acumulación de cientos de miles de juicios en contra de la ANSES. A lo anterior se suman los 2,2 millones de nuevos beneficios otorgados indiscriminadamente sin requerir aportes. En paralelo, se está creando una gran cantidad de regímenes especiales que contemplan requisitos de edad y de aportes menores a la regla general y prestaciones más altas. En la mayoría de los casos el argumento son meros privilegios. Los pasivos que esta política previsional genera son enormes. La particularidad, respecto a otros factores de la inconsistencia fiscal, es que en materia previsional es muy difícil corregir los perjuicios de acciones irresponsables. La comparación relevante con la crisis griega no es en relación a la Argentina del 2001 sino con la situación que tendrán que enfrentar los próximos gobiernos. Los motivos de preocupación crecen cuando se observa que parte de la oposición lejos de aportar racionalidad se enrola en las filas de los que suman propuestas que potencian las inconsistencias y la falta de sustentabilidad.

INFORME

idesa (Instituto para el Desarrollo Social Argentino)


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