Las subas en la factura de la luz, el detonante del triunfo de «la blanca» en la CEB

La lista blanca está conformada por referentes del Frente de Todos, Cambiemos e incluso Juntos Somos Río Negro.

El desenlace parecía altamente improbable en los últimos años, incluso hasta hace unos meses. Pero empezó a tornarse verosímil cuando la conducción actual de la CEB se cerró en sí misma y no dio respuesta suficiente a las preguntas clave sobre el quebranto económico y el aumento imparable en las facturas de la luz.

Los asociados eligieron el último sábado apoyar a la opositora lista Blanca, con un resultado tan concluyente que derivará en la inmediata remoción de la actual conducción.

El oficialismo Rojo tenía ocho consejeros sobre un total de diez y en la previa corría poco o ningún riesgo de perder la mayoría. En la elección se renovaron cuatro lugares (tres de los cuales terminaron en poder de la Blanca) y también el cuerpo de delegados completo, donde la oposición logró el 70%.

El actual consejero por la lista Blanca Luis Barrales (elegido hace dos años) dijo que la gente se identificó con sus planteos y cosecharon el disgusto general con los aumentos de la tarifa eléctrica y con “el ocultamiento de información”, del que culpó a la actual conducción.

Sostuvo que el resultado actual “fue producto de una construcción” que les llevó más de tres años, porque “nada se gana de un día para el otro”.

Según Barrales, los integrantes de su lista provienen de distintas vertientes políticas pero confluyen “en la defensa de la gente” y eso fue valorado por el votante. “Cuando nos suben la luz nos suben a todos –argumentó–. Cuando contaminan el lago nos contaminan a todos”.

El resultado final de la elección determinó que la lista Blanca obtuvo 3.355 votos (el 61% del total) y la Roja 2.153 (el 39%). Un dato importante fue el incremento en la participación, que estuvo lejos del récord pero casi duplicó a la registrada el año anterior.

Los festejos de la lista Blanca luego del triunfo en la elección. Foto: gentileza

La nueva conducción del sector blanco quedaría formalizada a partir de la asamblea ordinaria de delegados, programada para el martes 17. El Consejo tendrá una composición emparejada de cinco integrantes de cada lista. Si la Roja no acepta ceder la presidencia y los puestos principales la oposición podría hacer valer su mayoría en la asamblea para forzar el recambio.

Barrales dijo que la prioridad de la nueva directiva será “lograr una exposición más clara de la situación económica” de la CEB, para definir luego “un nuevo plan de negocios”.

Anticipó que eliminarán “los cargos y asesorías políticas” en la conducción de las empresas que dependen de la CEB y prestan otros servicios como saneamiento, salud y tevé por cable. Esos cargos serán ejercidos por los mismos consejeros. También la lista Blanca tiene previsto reducir a la mitad la remuneración de los directivos.

Según Barrales, “será un ahorro de 12 ó 14 millones de pesos al año, no alcanza, pero es una señal importante”.

Contundente

61%
de los votos obtuvo la lista Blanca en las elecciones del sábado pasado. La Roja cosechó el 39%.

Alto impacto

El revés electoral golpeó con dureza en las filas del oficialismo. En las primeras 48 horas los principales dirigentes apagaron sus teléfonos y nadie habló con la prensa. Recién el lunes Alejandro Pozas, el actual secretario, hizo el primer comentario público. Dijo que el resultado tradujo lo ocurrido en “un año duro, con cuestionamientos, críticas y denuncias” que recayeron sobre la CEB.

Admitió que la evolución de la tarifa fue el factor principal de descontento. “No hemos sabido explicar bien el tema de los aportes directos de los afiliados”, se autocriticó.

Esos aportes fueron eliminados por la asamblea de delegados, pero ya era tarde. Igual Pozas defendió lo actuado y remarcó que la Cooperativa “no está endeudada con los bancos y no le debe cifras millonarias a Cammesa, como otras prestadoras eléctricas, que ahora tienen un problema grande con eso”.

Dijo que “el malestar de la sociedad es comprensible” y consideró que la transición con la lista Blanca no será conflictivo. “Han planteado el diálogo y es lo más acertado”, dijo el actual secretario.

Admitió que habrá recambio en la presidencia, pero no se quiso adelantar a lo que resuelva el Consejo con su nueva composición en paridad de cinco a cinco.

Iban a realizar una investigación interna sobre ese tema, pero nunca se conocieron los resultados. Fue un episodio que repercutió mucho

Carlos Aristegui sobre la denuncia contra Walter Cortés.

Alcances

Los pronósticos que hablaban de una buena elección de la lista Blanca no permitían anticipar una “barrida” de la conducción actual, como ocurrirá en definitiva. Una triunfo más ajustado habría resultado insuficiente, porque la Roja mantendría en cualquier caso cuatro consejeros con mandato previo y si agregaba dos más le alcanzaba para conservar el control.

Pero lo rotundo del resultado precipitó las cosas. Durante el escrutinio, en algún momento, la Blanca pareció a punto de quedarse con los cuatro lugares en juego, lo que le habría dado un predominio todavía mayor.
Lo decisivo fue el reparto de delegados, donde la oposición consiguió 70 sobre 101 y al superar los dos tercios se asegura amplia potestad para la toma de decisiones.

Según Barrales, la facilidad que encontraron para confeccionar la lista fue una primera señal de que las urnas esta vez les jugarían a favor.

“Eso nos permitió dedicarnos de lleno a la campaña, cuando otras veces nos concentrábamos en resolver las impugnaciones –explicó–. Mucha gente estaba indignada con la CEB y ni sabía que tenía derecho a votar. Todos fuimos aprendiendo y éso está mal. Es un desgaste. No hay que aprender sobre la marcha, debería ser natural. Pero falta cultura cooperativa”.

El futuro presidente podría ser Barrales –que proviene del sindicato de Peones de Taxis– o Carlos Aristegui, consejero desde el año pasado por la lista Blanca, militar retirado y excandidato a intendente por el Pro.

Aristegui dijo que este año lo que cambió para que lograran el apoyo del asociado fue “el valor de la electricidad”, inflado por el fondo de fideicomiso y el llamado “beneficio cero”, que se calculaban por encima de la tarifa homologada y se tornaron insostenibles para el usuario. Recién la conducción actual aceptó eliminarlos en el último invierno. Dijo que otro factor de peso fueron las agresiones de género sufridas por dos empleadas de la CEB, por las que fue denunciado el jefe del sindicato mercantil Walter Cortés, que desde siempre tuvo referentes propios y una cuota de poder importante en la lista Roja.

Un paralelo obligado con el recambio de 2002

La caída la lista Roja registrada este año tiene muchos puntos de semejanza con el anterior recambio de poder dentro de la CEB, cuando se resquebrajó la hegemonía que mantenía Leonardo De Ferrariis, justamente por la irrupción de los rojos. Fue en 2002, cuando la oposición encabezada por el empresario Diego Fenoglio obtuvo en la elección una mayoría superior a los dos tercios y logró forzar las renuncias en bloque de los derrotados. Antes como ahora, el enojo por el alto costo de la luz fue un detonante decisivo. Aquella vez la campaña fue “por una tarifa justa”. Hoy la oposición blanca enarboló consignas similares y cosechó también un fuerte apoyo.

También en 2002 habían arreciado las críticas contra las “sociedades anónimas” que conformó la CEB para manejar negocios ajenos a lo eléctrico. Hoy las empresas que explotan la tevé por cable, saneamiento y sepelios también son blanco de la oposición;los considera reductos de designaciones “políticas” con altos sueldos.

Pondrán la lupa en los detalles del balance

La pulseada entre el oficialismo y la oposición en el último año tuvo como eje principal el manejo de las cuentas de la CEB. Los consejeros de la lista Blanca se quejaron una y otra vez de que sus pedidos de informes fueron sistemáticamente ignorados. En la última reunión del Consejo la conducción reconoció un quebranto anual de 231.333.794 pesos, pero el balance cerrado al 30 de junio permanecía en reserva y fue entregado a la oposición recién el lunes.

El secretario Alejandro Pozas dijo que los costos en alza los pusieron contra las cuerdas. Por caso, la estación transformadora del Este fue una inversión “reconocida en tarifa sólo en un 20%”. El resto debió afrontarlo la CEB con el fideicomiso que cobró por fuera de lo regulado por el EPRE. Desde la oposición dijeron que se viene un tiempo de amplia revisión y de austeridad. Adelantaron su voluntad de escudriñar en detalle el balance y el soporte documental. Si las dudas persisten encargarán una auditoría externa.


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