Le dieron 8 años de prisión por matar al amigo de una puñalada
Fue después de una pelea en una fiesta de cumpleaños en Villa Ceferino.
Archivo
El crimen ocurrió a las 8 de la mañana en la planta alta de la vivienda.
NEUQUÉN (AN)- Carlos Aigo y Rafael Martínez eran amigos. Coincidieron en la fiesta de cumpleaños de un vecino, y por razones que nadie termina de comprender se pelearon feo, tanto que Aigo se fue con un corte en la cara. Quienes lo vieron dicen que estaba “sacado”, como nunca antes. Volvió al rato a la casa del vecino, donde el festejo había terminado. Entró a la habitación en la que Martínez se había quedado a dormir como huésped, gritó “acá estás hijo de puta” y le aplicó una puñalada mortal. El dueño de casa abrazó a la víctima, que murió con una sonrisa triste en la cara. Aigo “se fue llorando”, declaró. La Cámara Criminal Segunda, en fallo unánime, condenó al autor a 8 años de prisión. Según el fallo distribuido ayer, Aigo (31 años) fue acusado de cometer el crimen el 5 de abril del año pasado en la manzana M lote 35 del barrio Villa Ceferino. Había pasado toda la madrugada allí festejando el cumpleaños de un vecino, y tuvo la pelea con Alberto Rafael Martínez (22). Se retiró y volvió a los 30 minutos, para entonces eran casi las 8 de la mañana. Ingresó a la vivienda por una puerta que se encuentra en la habitación de la planta alta, llevaba un cuchillo y “le asestó directamente en el pecho a Martínez una puñalada que le causó la muerte en instantes”. El crimen ocurrió delante de testigos. Uno de ellos fue el que relató que Aigo entró a la habitación, gritó “acá estas hijo de puta” y tiró el puntazo. El testigo dijo que abrazó a “Rafa”, quien “quedó mirando con una sonrisa”. Aigo salió corriendo, y lloraba. “Capaz que se dio cuenta de que lo había matado”, especuló. Eran amigos, y al final del juicio el imputado le pidió perdón a la familia por “este tiempo doloroso que les toca vivir”. El fallo consta del voto del camarista Fernando Zvilling, al que adhieren sus pares Florencia Martini y Héctor Dedominichi. Encuadra el hecho en homicidio simple. Al momento de fijar el monto de la pena, Zvilling escribió: “la personalidad del autor debe ser analizada (…). El carácter no se elige. Se trata de una persona con antecedentes familiares y que en su infancia modelaron su carácter temperamental. Esto fue explicado por los peritos. Por ello, debe ser considerado como un factor de especial atenuación general. Por otra parte, también pondero su juventud y que tiene hijos, por lo que la pena a imponer debe ser en la medida en que trascienda del menor modo ‘posible’ a terceros”. Así, la sentencia fue al mínimo para el homicidio simple, 8 años de prisión.
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