Liberales argentinos polemizan sobre las consecuencias del conflicto

Escudé afirmó que Irak es un "blanco legítimo" y que en su rol hegemónico Estados Unidos tiene "derecho a desarmarlo". Benegas Lynch (h) dijo que existe el peligro de que la administración Bush esté llevando a su país a un "cono de sombras". Armando Ribas alertó sobre el enfrentamiento entre EE. UU. y Europa.

Benegas Lynch cuestionó la necesidad de las operaciones, al considerar limitada la amenaza iraquí.
LBUENOS AIRES (ABA) . – Más allá de compartir lo que representa Estados Unidos como «faro del mundo libre», tres reconocidos intelectuales argentinos expusieron sus diferencias en relación a la guerra que está librando el país del Norte y sus aliados en territorio iraquí.

Desde la defensa de los principios de una sociedad abierta, Carlos Escudé, Alberto Benegas Lynch (h) y Armando Ribas fueron desgranando sus adhesiones o rechazos frente a la primera conflagración bélica del siglo XXI.

En el foro liberal organizado por la Fundación Atlas, Escudé afirmó que el punto de vista de la administración Bush -que dijo compartir-, es que «resulta imperativo desarmar a los Estados rufianes que poseen armas de destrucción masiva, o tienen posibilidad de desarrollarlas».

En tal sentido, agregó que Irak «es un blanco legítimo, dado que en un pasado cercano demostró su vocación expansionista y su disposición a desarrollar ese tipo de armamentos para usarlos contra sus propias poblaciones (chiítas en el sur, kurdos en el norte)».

Por su parte, Benegas Lynch (h) hizo un somero repaso del ru

Escudé aseguró que EE. UU. será una potencia con presencia de Medio Oriente.
mbo tomado por George W Bush -desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 hasta la reciente invasión a Irak-, para conjeturar que Estados Unidos que «ha hecho contribuciones notables para la civilización y es baluarte del mundo libre, puede estar entrando en un cono de sombra».El director de la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE) -escenario del simposio-, se mostró muy preocupado por dos leyes que eliminan el hábeas corpus para los no ciudadanos, y permite allanamientos y registros de datos bancarios sin orden judicial. «Lo digo con tristeza, porque los padres fundadores reaccionarían muy fuertemente contra eso», añadió Benegas Lynch.

El economista y ensayista liberal no encuentra justificación para que el gobierno estadounidense haya decidido incursionar en Irak, cuando este último país no embistió contra EE. UU. ni -según asesores de seguridad de la época de Ronald Reagan- tampoco tiene capacidad para hacerlo. Además, subrayó que no se ha podido establecer ninguna vinculación entre Saddam Hussein y Al Qaeda (acusada de la voladura de las torres gemelas).

Benegas Lynch continuó diciendo que «nadie duda que el gobierno de Irak está integrado por criminales y canallas, pero hay muchos más peligrosos».

En tanto para el analista Armando Ribas, la guerra en desarrollo es la «consecuencia de una situación mundial, donde no quedaron alternativas». El mismo recordó las decisiones de la ONU todas incumplidas por Irak, y extremando su argumento deslizó que tal vez el «error» de EEUU fue no desplazar a Hussein tras la guerra del Golfo de 1991.

¿Por qué Irak?

Si bien Escudé reconoció que hay estados más peligrosos que Irak (como Irán o Arabia Saudita), sostuvo que «ninguno dio tantos justificativos para una intervención externa como Irak».

El especialista en política internacional enfatizó que en los años «90, las armas de destrucción masiva proliferaron con el colapso de la Unión Soviética, a partir de lo cual «organizaciones terroristas, ayatholas de toda laya, recorrieron los territorios de la ex URSS para comprar armas letales que se vendían al mejor postor». Escudé mencionó que «de los 70.000 científicos que trabajaron allí en el desarrollo de armas biológicas, un 42 % de ellos no se sabe dónde están».

El integrante del Servicio Exterior de la Nación, recordó su paso por Boston durante la crisis de los misiles en Cuba, donde la gente sentía que la ciudad podía desaparecer de la faz de la tierra. «Los americanos estuvieron, más aún después del 11 de septiembre, en contacto con la posibilidad de la apocalipsis en un sentido que en Argentina no se comprende porque los atentados de la embajada de Israel y la AMIA fueron percibidos como algo que «le pasó a los judíos», sostuvo Escudé.

Tomando en cuenta estos hechos es que el profesor de política internacional interpreta que «para aumentar las posibilidades de que la humanidad sobreviva, es necesario terminar con las armas de destrucción masivas».

Empero reconoció que es un momento peligrosísimo y que «si en el interín de la confrontación con Irak, Corea del Norte da un zarpazo, estamos en las puertas de la tercera guerra mundial».

El rol Norteamericano

Benegas Lynch consideró peligroso el principio de la guerra preventiva, y aludiendo al principio liberal de que para lo único que sirven las fronteras es para evitar la concentración del poder, sugirió que no es conveniente que ningún gobierno tenga el monopolio de la fuerza, ni aún el de los Estados Unidos.

Como respuesta, Escudé resaltó la importancia de que el país del Norte cumpla un «rol ordenador». En su planteo, Escudé deslizó que «la multilateralidad sería deseable, si se prescindiera del desarrollo y acumulación de las armas de destrucción masiva, pero este último dato amerita una especie de Leviatán hobbesiano (poder no deliberativo) en manos de Estados Unidos por ser el país que «produce el 30 % del Producto Bruto Mundial «.

Ribas discrepó en que la intervención de EE.UU responda a ese molde y – aunque preocupado por las restricciones a la libertad mencionadas por Benegas Lynch- se preguntó que pasaría si fuera otro país el que tuviera el mismo poder que Norteamérica.

El autor de «Entre la Libertad y la Servidumbre», apuntó que Estados Unidos es el país «inventor de la libertad a partir del concepto de los derechos individuales». En ese plano, destacó que esa nación no es un imperio sino que más bien siempre actuó de modo aislacionista (la Primera Guerra mundial la hizo solo contra Alemania ), salvo cuando tuvo que actuar en defensa de la libertad. «Si no fuera por Estados Unidos, hubiéramos tenido que optar entre el nazismo y el comunismo», espetó Ribas.

El ex integrante de la Unión de Centro Democrático calificó a Bush como alguien que actúa con «convicción», y lo comparó con un «inteligente» como Jimmy Carter que llevó al país de Washington al desastre.

Pese a ser un crítico de la guerra, Benegas Lynch coincidió en el prejuicio anti-yankee oculto bajo la fachada del pacifismo: «No se me escapa que gran parte del fastidio proviene de gente que le disgusta lo mejor de las tradiciones norteamericanas, y le envidia el colosal progreso espiritual y material, sin precedentes, que ha logrado Estados Unidos. Es lo que llamo el «complejo europeo» que adjudica a los norteamericanos regirse por parámetros materialistas, cuando Revel demuestra en «La Obsesión Antinorteamericana» que sobre población no hay sociedad que haya visitado más museos, bibliotecas o leído más libros sobre espiritualidad que la norteamericana».

Entre los peligros para la vida democrática alertados por Benegas Lynch; la confianza de Rivas en el sistema norteamericano; y la convicción de Escudé de que asistimos a una guerra necesaria , queda la sensación que asistimos a días decisivos en la conformación del milenio que apenas acaba de nacer.

Claudio Rabinovitch

crabinovitch@rionegro.com.ar


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