Los acusados de matar y quemar no declararon

La pareja presa en Viedma por la muerte de Gómez se negó a dar su versión ante el juez Igoldi. Misterio sobre el paradero de un hijo de los imputados, también reclamado por la Justicia.

Marcelo Ochoa

VIEDMA (AV).- Estela Neira y Armando Morete, detenidos por el crimen de Osvaldo Gómez, se mantuvieron en silencio ante el juez Penal Favio Igoldi. Ambos fueron trasladados ayer a Tribunales a declarar en calidad de indagados, pero se abstuvieron. Por otra parte sigue vigente el pedido de detención del hijo de ambos, cuyo vehículo fue secuestrado y su vivienda allanada en la calle Nahuel Niyeu al 500 del barrio Castello de esta capital. Ahora Igoldi tiene 10 días para resolver la situación procesal de ambos. Varios fueron los allanamientos y los secuestros realizados en las primeras horas luego del hallazgo del cadáver calcinado de Gómez de 72 años, en un baldío aledaño a la cancha de Santo Fútbol Club en el barrio Mi Bandera, a unas cuantas cuadras de su vivienda y del “Bar 14”. Ahora la investigación espera los resultados de los peritajes realizados y, sobre todo, de los exámenes de ADN dispuestos, así como las pruebas de luminol que detectan manchas de sangre a pesar que la superficie haya sido lavada. Esa prueba podría determinar cuál fue la escena del crimen, sobre la que se manejarían por lo menos dos hipótesis: el lugar donde apareció el cuerpo calcinado del desafortunado hombre o el mismo “Bar 14”, propiedad de la víctima y que alquilaba a la pareja detenida. En el interior de este local, ubicado en Mitre y bulevar Sussini, habría llamado la atención de los investigadores al momento de allanarlo la limpieza que aparecía como reciente, aunque tal vez esta sea una modalidad habitual de los encargados de este comercio donde sólo se observa una mesa de pool y se expenden bebidas alcohólicas a parroquianos. No obstante no se descarta que bajo esa fachada podría ocultar otra cara, según los comentarios. Gómez fue asesinado con un profundo corte en el cuello, situación que habría provocado un derramamiento de sangre importante que no sería fácil de ocultar. Luego su cuerpo fue calcinado en un intento de su destrucción con el fuego. Lo que resta establecer es dónde se produjo la puñalada mortal. Los peritajes son también importantes en los autos secuestrados –el de la víctima, que fue arrojado al río Negro; el de Morete que estaba estacionado frente al bar y el de su hijo– teniendo en cuenta que Gómez habría sido trasladado vivo o muerto hasta el baldío donde apareció calcinado. De allí la importancia del resultado de las pruebas realizadas de ADN en elementos secuestrados, entre ellos, varios cuchillos.

VIEDMA


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