Los artesanos de Bariloche tienen un verano “muy flojo”

En las dos globas del centro ofrecen sus productos casi 180 emprendedores y artesanos. La venta promedio por visitante es de 150 a 200 pesos. Los turistas este verano recorrieron, consultaron, pero fueron moderados al momento de comprar.

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La globa de microemprendedores de Bariloche tuvo una prueba piloto pero no resultaron las ventas. Archivo

La globa de microemprendedores de Bariloche tuvo una prueba piloto pero no resultaron las ventas. Archivo

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Las semanas de alta temporada son esperadas con impaciencia por todos los sectores de la economía turística, pero a la hora de sopesar resultados no hay mejor termómetro que los artesanos y microemprendedores.

Son alrededor de 180 los que tienen presencia permanente en las dos ferias ubicadas en los jardines del Centro Cívico, donde en esta época -según calculó uno de ellos- pasan a diario más de 3.000 visitantes.

Salvo excepciones, casi todos ellos viven de las ventas hormiga, los descuentos por cantidad y una cierta cultura del regateo. Esta forma de trabajo requiere método y constancia, muchas horas diarias de dedicación y la necesidad de “producir” a la vista, en el mismo puesto.

Gustavo Hernández, referente de Asociación de Microemprendimientos Productivos de Bariloche y de la feria Ecosureños, dijo que el actual “es un año muy difícil para todos” y que la cantidad de público y el nivel de gasto “está por debajo de las expectativas”.

En el mismo sentido, Victoria Carabelli, dirigente del grupo de artesanos de la calle Urquiza, subrayó que “en enero hubo mucha gente pero compró poco, menos que otros años”.

El verbo más empleado por los feriantes cuando describen su situación es el de “sobrevivir”. Carabelli explicó que todos tienen asimilada la fluctuación entre altas y bajas temporadas y que otros años ella solía juntar en verano el dinero necesario para pagar el alquiler de su vivienda hasta junio. “Eso se perdió. Hoy sólo alcanza para pagar el mes próximo y nada más -aseguró- . Después veremos cómo seguir”.

A su modo, los niveles de venta de los microemprendedores que trabajan en el Centro Cívico y la llamada “economía social” suelen reflejar con exactitud el momento turístico.

Un dato sintomático es el tipo de artículo y el precio de las ventas promedio. En ambas ferias señalaron que en la actualidad ronda en los 150/200 pesos y que la gente pregunta mucho y compara precios y calidad antes de decidir.

En ambas globas es posible encontrar tejidos artesanales, platería, trabajos en madera, sahumerios, textiles, cosmética natural, mates, macramé, cueros, cerámica y vitrofusión. En Ecosureños, sobre la calle San Martín, también hay dulces y embutidos regionales.

Hernández dijo que el “colchón” que podían acumular tiempo atrás entre enero y Semana Santa para afrontar luego la baja temporada “ya no se ve más”. Afirmó que “falta gente” y también “capacidad de gasto”. Dijo por ejemplo que en noviembre y diciembre solían trabajar con turismo social “y eso se perdió”.

El dirigente aseguró que “desde el verano de 2016 la actividad viene en baja” y culpó “al proyecto del gobierno nacional, que está pensado para un 5% de la población y excluye al resto, porque desprecia el consumo interno”.

Ventas acotadas

Cada puestero, al contar su caso personal deja sentada su mirada personal de la crisis. “Yo vendo anillos de plata, que no son baratos. Hoy si vendo tres en un día salto en una pata. Antes podía vender 10 ó 12 por día -contó Carabelli-. Habia gente que compraba más de uno. Eso no se ve más”.

Otra artesana de la feria de Urquiza, Graciela Madorrán, definió a la temporada como “floja” pero también dejó un mensaje de optimismo: “somos privilegiados porque vivimos en un lugar único, al que todo el mundo quiere venir”.

Un colega suyo, Andrés Clox, refirió que los precios que manejan son muy similares a los del año pasado, a pesar de que los insumos aumentaron al ritmo de la inflación. Dijo que los ajustes fueron como máximo del 20% y la conducta general es “resignar ganancia” para que las ventas no se derrumben.

“La circulación de la gente es mucha, pero gastan poco, especialmente el turismo nacional”, afirmó.

Esta es una economía particular. El artesano tiene un nivel de vida bajo y aun así le cuesta subsistir. Hay que administrarse bien»

Graciela Madorrán, feriante de la globa de calle Urquiza.

Patricia Surita, que vende tejidos en Ecosureños, destacó el avance logrado el año pasado con la globa permanente pero admitió que las ventas no repuntan y el gasto es bajo.

“La temporada baja baja va a ser durísima” vaticinó Mariana Aldaco, que vende mates y bombillas en otro puesto.

Hernández fue más allá de lo micro y consideró que “para que Bariloche despegue hacen falta propuestas turísticas de otro tipo” y que “si la gente viene menos días y tiene un nivel de gasto menor hay que triplicar la cantidad de gente”. Propuso entre otras cosas que haya programas culturales gratuitos de calidad, promociones y políticas integrales para “hacer algo masivo”.

Sostuvo que la feria Ecosureños se justifica no sólo porque es el sustento de casi un centenar de familias sino “porque es un valor agregado de turismo en sí misma. Un paseo más para la gente, aunque no todos compren”.

En el espacio circundante del Centro Cívico existen dos ferias permanentes. Ecosureños, en la vereda sur, alberga a 94 emprendedores. La de “la calle Urquiza”, sobre la vereda este, agrupa a 72 artesanos en forma permanente, a los que en temporada se agregan unos 30 “visitantes”.

Ambas cuentan con globas que les permiten funcionar todo el año.

En la feria de Urquiza la relación es con la subsecretaría de Cultura. Los artesanos pagan un derecho de 320 pesos mensuales y aportan 40 pesos por día para el funcionamiento.

Ecosureños está integrada por tres entidades: la Asociación de Microemprendimientos Productivos Bariloche, Bariloche Emprende, y microproductores “Independientes”.

Cada puesto paga un canon mensual de 400 pesos a Desarrollo Económico del municipio, más 50 pesos por día para la luz, el sereno y otros gastos operativos.

Esta asociación de emprendedores tiene además otros puntos de venta en Catedral, el puerto y próximamente en la Terminal de Ómnibus mediante un acuerdo de comodato con la municipalidad.

Según señalaron semanas atrás, el espacio en la terminal será acondicionado por los propios emprendedores. Allí se exhibirán y comercializarán productos de 30 artesanos con un sistema de atención al público por rotación.

Al local lo recibieron en enero, con la temporada en curso, por eso le realizarán las mejoras a partir de marzo con la expectativa de habilitar las ventas para Semana Santa.

En el último año llegaron a un acuerdo para que lo aportado por canon deje de ir a Rentas Generales del municipio y se conforme un fondo “que retorne al sector”. Son alrededor de 500 mil pesos anuales que se usarían para “mejorar el espacio”.

Los emprendedores de Ecosureños además mantiene intercambios con grupos de emprendedores de Cipolletti y de Las Grutas.

Gustavo Hernández, referente de los microemprendedores, dijo que uno de los proyectos es replicar el modelo de feria permanente en toda la provincia.

Entre las estrategias de venta está la de mantener los precios sin cambios o con aumentos mínimos, ofrecer descuentos en una segunda unidad y algunos feriantes incorporaron el cobro con tarjeta. Uno de ellos calculó que con ese instrumento “se vende un 30% más”.


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