Los indicios que vinculan a los presuntos asesinos de Heisler

Se conocieron detalles que tomó en cuenta el juez para dictar el procesamiento de los acusados del crimen.

VIEDMA (AV).- El delito de “homicidio calificado y con alevosía” tiene la máxima sanción del Código Procesal Penal: perpetua. En esa dirección parece encaminarse el juicio a los procesados por el asesinato de Carlos Heisler, quien habría sido sorprendido mientras dormía, disminuyendo sus posibilidades de defensa a lo que se suma la incapacidad física que padecía. Los imputados son su esposa, Marta Baffigi, quien esperará el juicio en su casa a cargo de su único hijo, mientras que el parapsicólogo Ceferino Fabián Almeyra lo hará en la Alcaidía de esta capital, donde está detenido desde principios de septiembre. El juez Penal Juan Bernardi interpretó que con la mujer no existe riesgo de fuga ni de entorpecer la investigación. Si bien se espera el resultado de varias pericias, la investigación realizada por la fiscal Daniela Zágari y personal de la comisaría 34 permitió esclarecer el hecho que se inició con la búsqueda de dos encapuchados que habían entrado a robar a la casa de los Heisler, según la denuncia de la mujer, quien no tardó en caer bajo sospecha. Según el procesamiento, manchas de sangre en la remera que vestía cuando dijo que no había estado cuando le pegaban a su marido y no haber sido lesionada con sangrado fueron indicios contundentes tanto como otras en el borde de sus pantuflas como si hubiera pisado sangre que para el juez “no tiene otra explicación que haber estado en el momento de la agresión”. El golpe de puño en el ojo cuando ingresaron los ladrones sin afectar sus anteojos de uso permanente que quedaron intactos tanto como describir de jóvenes a sus agresores a pesar de haber sido agredida y de estar ellos encapuchados sumaron más contradicciones como para descartar un robo seguido de muerte. La aparición en escena de Almeyra como alguien sentimentalmente cercano a Baffigi cerró el círculo de la investigación aunque su nombre había aparecido previamente como destinatario de un giro postal de parte de la mujer. El parapsicólogo que en Viedma ejercía su actividad bajo el seudónimo del “profesor Barón” y viajaba con frecuencia a esta capital, el día del crimen lo habría hecho por un par de horas. Mientras hablaba con conocidos recibió un mensaje de texto y partió con su mochila en dirección al barrio San Martín, donde vivía el matrimonio Heisler. Quienes lo conocen señalaron que fue extraña su permanencia ese día en Viedma por la vestimenta, el tiempo, el cambio de ropa que lavó y se fue a Villa Regina sin llevársela. La campera que vestía fue una de las prendas lavadas y a pesar de ello aún tenía sangre humana cuando fue secuestrada. Otro dato importante que surge de la investigación es la cuchilla que Heisler con frecuencia afilaba y mantenía en su mesa de luz, muy cerca como un elemento de defensa personal en caso de sufrir un robo. El día del homicidio fue encontrada en un armario, lejos de su alcance. “La dificultad motora de Heisler le impedía acceder a la cuchilla con rapidez, lo cual también estaba previsto y calculado en la idea del crimen”, sostuvo el juez en el procesamiento. En esa cuchilla como en otros sectores de la escena del crimen fueron encontradas huellas de Almeyra.

Archivo

Marta Baffigi está procesada por el crimen pero sigue en libertad.


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