Los riesgos que generan las heridas mal curadas

Cuando los perros, gatos, tortugas o hámster se lastiman hay que tener cuidado: pueden complicarse por infecciones. Hay que estar atentos y recurrir a veterinarios.

Sin que los dueños se den cuenta, muchas veces perros, gatos, pájaros, hámsters y hasta tortugas pueden lastimarse en la casa o en una pelea, si son mascotas que se escapan fácilmente o que salen a hacer de las suyas simplemente.

El problema aparece cuando la herida no es atendida como es debido y queda expuesta y abierta por varios días, en especial si hace calor.

Y aunque sea muy desagradable, es posible que de golpe los humanos responsables se den cuenta que el animal tiene gusanos en esa lastimadura.

La infección por gusanos se llama miasis y solo puede ser tratada por un veterinario, así que el consejo de rigor es ir cuanto antes a la consulta si es el caso.

Técnicamente, la miasis es una parasitosis producida en general por larvas de moscas aunque también de mosquitos y tábanos.


La infestación se desencadena cuando las moscas adultas depositan sus huevos sobre el cuerpo del animal, afectando los tejidos y órganos de vertebrados. ​También se da en humanos.

Las áreas usualmente afectadas suelen ser pliegues de la piel, zonas de humedad frecuente por lágrimas, saliva u orina, heridas en carne viva o fistulizadas, es decir, abiertas al interior del cuerpo.

Los animales de más edad, o debilitados son los más propensos como también los que tienen una higiene deficiente y viven preferentemente en el exterior.

El cuadro puede complicarse con una infección bacteriana y si es muy grave llega a provocar un shock debido a las toxinas producidas por las larvas. En estos casos se trataría de una urgencia veterinaria.

Las moscas no solo pueden perjudicar a nuestro perro poniendo huevos en su interior. También puede originar “dermatitis”. Esta afección tiene que ser tratada por un veterinario.


* Formación de forúnculos en la piel o cavidad afectada.
* Aparición de larvas y luego pequeños gusanos en la herida.
* Úlceras y edemas en la piel que no se curan.
* Picazón intensa en el área afectada.
* Fiebre.
* Diarrea o pérdida de peso considerable.


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