Los secretos de las torres caminadoras

oil and gas patagonia 2014

“En Estados Unidos, las plataformas de perforación en busca de shale oil son como ‘transformers’: una vez que terminan un pozo tienen patas que las desplazan, sin desarmar y sin quitarles una sola herramienta”, contaba con asombro hace poco más de tres años uno de los ingenieros en reservorios que YPF había destinado en Loma de la Lata para agujerear la roca de la formación que hoy es hiperconocida en la Argentina. El miércoles, en el Espacio Duam, un auditorio absolutamente profesional y técnico escuchó con naturalidad a cinco especialistas que contaron sus experiencias con las torres que caminan. Los costos y el tiempo que significan montar y desmontar una torre de perforación sólo algunos metros para volver a perforar hacen prácticamente inviable, con la tecnología que existía hace tres años en nuestro país, cualquier plan de inversiones en procura de un petróleo aferrado a la roca que lo creó. Desde el punto de vista técnico, el desafío no es sólo mover la torre sino además que no se caiga, que no pierda equilibrio en campos donde el viento sopla con violencia la más de las veces. La altura, la base y la esbeltez de la estructura juegan un papel fundamental en el cálculo de laboratorio y la demostración. Ya se sabe que para perforar una roca madre como la que está presente en la formación Vaca Muerta es necesario crear las condiciones de permeabilidad que, naturalmente, no tiene mediante un ejército de fracturas hidráulicas de enorme potencia y a muy poca distancia entre ellas. Los casos La mesa redonda quedó presentada como “Descripción de los nuevos equipos que están ingresando al país; ventajas operativas”. Ramón Aguiño, de DLS Argentina, contó la experiencia del equipo 152 al servicio de Total. Explicó que contrataron los servicios del Invap para calcular el peso, las dimensiones y el centro de gravedad exactos de la plataforma para evitar que el movimiento del traslado provocara un vuelco de la estructura, especialmente en días de viento. Contó que con el sistema de skiding lograron hacer caminar el equipo dos milímetros por segundo. El venezolano Luis Ávila Romero, supervisor de performance de Helmerich & Payne en Argentina, habló de los equipos Flex, que están cerca de comenzar a operar en nuestro país. Se trata de una plataforma “diseñada para reducir el ciclo de pozo, con una potente bomba de lodo y altamente móvil para una “mudanza muy rápida”. La automatización de las torres, uno de los avances que hace años aparecen en el mundo petrolero argentino, es otro de los ingredientes de estos equipos. Ya se sabe: cualquier achique de los plazos representa un recorte de los gastos. Ávila Romero, en este sentido, remarcó el acortamiento de los tiempos de operación en esta estructura. Marcelo Crovetto y Oscar Sánchez son dos especialistas de Nabors Internacional Argentina. Mostraron las ventajas de su torre caminadora y ponderaron la incorporación cada vez más decisiva de la informática en las estructuras de perforación, al punto de llegar a decir que se trata de una computadora que tiene un equipo de perforación”. En este sentido, es asombroso cómo, no sólo en este caso, sino en general, los relojes, los botones y la palanca de freno fueron reemplazados por pantallas táctiles y un joystick. La ventaja de esta última característica de los nuevos equipos fue centro de una de las refutaciones que lanzó Jorge González, de PanAmerican Energy. ¿Qué pasa si la computadora se cuelga, como ocurre en una casa, una oficina y hasta en un diario? González contó que estuvo frente a una situación semejante y que la solución no estuvo a la altura de la alta tecnología: forzar el apagado y volver a encender. Hizo notar además que se precisa personal mucho más calificado. Ya no sólo se trata de ajustar la sarta o las herramientas o aplicar el freno.

Los equipos de nabors que incorporó YPF son de última tecnología.