Mediático operativo que cambia muy poco
Contexto
Langlois fue recibido en San Isidro por la comisión integrada por delegados del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), la ex senadora colombiana Piedad Córdoba y el emisario del gobierno francés Jean-Baptiste Chauvin. Todos llegaron el martes a Florencia, capital del departamento de Caquetá, y ayer se desplazaron en autos del CICR desde Florencia hasta San Isidro en busca del reportero. En medio de esos discursos y actos como los de la entrega de Langlois, analistas como Alejo Vargas, profesor de ciencias políticas en la Universidad Nacional en Bogotá, dicen que son actos normales en una confrontación. “En un conflicto armado ambas partes cada vez que se puede hace show para tratar de hacer propaganda y desprestigiar al otro’’, dijo Vargas en diálogo telefónico. “La guerra no es sólo una guerra en lo militar sino es la guerra en la opinión, en lo político, en lo mediático’’. Puede que las imágenes y el simbolismo del acto “cambie algunos sectores de opinión, en uno u en otro sentido, pero en la guerra real no pasa nada en ningún sentido’’. Langlois dijo ayer que fue herido durante su captura, que su herida fue atendida por los guerrilleros y que estaba bien. En la parte de su codo izquierdo y hacia abajo se podía observar una larga cicatriz. Fue afortunado en los combates porque una bala de AK-47 lo hirió por encima del codo pero sin dañar hueso o cartílagos. Las FARC catalogaron el 6 de mayo a Langlois como prisionero de guerra porque vestía prendas militares. El Ministerio de la Defensa dijo que el periodista llevaba un casco verde y un chaleco por seguridad y que se los quitó para identificarse como civil. (AP)
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