México pone a prueba a Vicente Fox

El presidente mexicano ha logrado sortear con éxito los primeros meses en el gobierno, manteniendo elevados índices de popularidad. Pero, pasada la euforia por la caída del PRI, ahora le esperan los primeros desafíos concretos: la ley de derechos indígenas reclamada por los zapatistas y la polémica reforma fiscal.

MEXICO DF (Reuters).- El presidente mexicano, Vicente Fox, asumió su cargo hace cuatro meses con botas vaqueras y grandes planes.

Fox aún calza sus botas, pero rápidamente se acerca el momento para que el mandatario demuestre con hechos que puede dar forma a su visión de un nuevo México o enfrentar el riesgo de ser calificado como el hombre que prometió más de lo que pudo dar.

«Estamos en una coyuntura muy crítica», dijo Damián Fraser, analista de la oficina en México de UBS Warburg. «Fox es aún muy popular pero ha logrado muy poco. Ahora veremos en dónde está la carne, si es que la hay», agregó.

Fox, quien al asumir la presidencia puso fin a 71 años de gobiernos ininterrumpidos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), aún mantiene una alta popularidad en encuestas de opinión. No obstante, ahora los votantes descubrirán si Fox puede traer paz duradera al conflictivo y sureño estado de Chiapas -que alguna vez dijo que conseguiría en 15 minutos- mientras prepara una crucial reforma fiscal.

Hasta ahora, el mayor logro de Fox ha sido una suave transferencia de poder con su predecesor Ernesto Zedillo, libre de los violentos sobresaltos económicos que tradicionalmente acompañaban los cambios presidenciales en México.

Dos temas clave

Existen dos temas de gran importancia en la agenda legislativa de Fox: la reforma fiscal y una ley que podría reconocer el derecho de la minoría indígena de México a tratar sus asuntos con autonomía.

Fox dijo hace poco que su reforma al débil sistema fiscal del país representa el reto más importante del primer año de su administración.

Pero la iniciativa indígena, en manos del Congreso, es crucial para lograr la paz en Chiapas, testigo desde 1994 de una guerrilla pro indígena encabezada por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

El destino de la dos iniciativas está en el Congreso, en donde ninguno de los partidos tiene la mayoría absoluta.

Para complicar aún más la situación de Fox, el conservador Partido Acción Nacional (PAN), al que pertenece, ha mostrado profundas diferencias internas sobre la iniciativa indígena.

Los rebeldes zapatistas, que subieron el miércoles pasado a la tribuna del Congreso, ponen al reconocimiento constitucional de la ley indígena como una condición para reanudar el diálogo de paz, suspendido desde 1996.

Para evidenciar los problemas de Fox, integrantes del PAN boicotearon ese día los discursos de los encapuchados zapatistas en el Congreso, como una forma de protesta a lo que ellos llamaron una ruptura del protocolo parlamentario. La propuesta fiscal, que será enviada la próxima semana al Congreso, incluye una controversial extensión del Impuesto al Valor Agregado del 15 % a alimentos y medicinas, hoy exentos, y elevar la recaudación tributaria, entre otros. Fox ha dicho que es crucial para México elevar la recaudación, que actualmente asciende a 11.6% del Producto Interno Bruto (PIB), para destinar esos recursos a programas educativos y sociales y reducir la dependencia de las exportaciones petroleras.

«Es un momento muy delicado para él (Fox). Es difícil para él mantener el grado de aceptación que ganó desde las elecciones», dijo Joel Estudillo, analista político del Instituto Mexicano de Estudios Políticos (IMEP).


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