Los desafíos para Díaz-Canel en la Cuba que le deja Raúl Castro

El afán reformista se enfrenta además con una vieja guardia revolucionaria que mantiene mucho poder y que ha bloqueado otros intentos de apertura.

El estancamiento económico, el envejecimiento de la población y el creciente desencanto entre las generaciones más jóvenes serán los principales desafíos que tendrá que enfrentar el nuevo presidente cubano, Miguel Díaz-Canel. Además tendrá que negociar cualquier reforma política o económica con una “vieja guardia” revolucionaria refractaria a la modernización y que se reservó espacios claves en el poder.

Cuba abrió una nueva era en seis décadas de revolución: el octogenario general Raúl Castro entregó la presidencia a Díaz-Canel, un civil 30 años menor comprometido a dar continuidad a sus antecesores pero también a reformar el modelo socialista.

En su primer discurso ante la Asamblea Nacional, aseguró que Cuba seguirá siendo “verdeolivo”, y que tendrá a Raúl como guía, en una señal hacia el ala dura de los militares históricos .

“El mandato dado por el pueblo a esta legislatura es dar continuidad a la revolución cubana en un momento histórico crucial, que estará marcado por todo lo que debemos avanzar en la actualización del modelo económico”, dijo tras conocer el resultado de la votación en el Parlamento.

Según analistas, los cambios iniciados por Raúl Castro han sido tímidos y no logran reactivar una economía dependiente de las importaciones y de su aliada Venezuela, hoy en crisis. La tarea más urgente es la unificación de las dos monedas nacionales que circulan en el mercado, además de la eliminación de tasas de cambio preferenciales para empresas estatales –que son la mayoría en la isla–, que distorsiona la economía. A nivel diplomático, lidiará con el recrudecimiento del bloqueo que EE. UU. le aplica desde 1962. Este se endureció con la llegada de Donald Trump al poder, quien dio marcha atrás al acercamiento de 2014, con Obama.

El cambio de mando fue sencillo, sin pompas, pero muy aplaudido. Tras alzar el brazo izquierdo de su sucesor, Raúl Castro dejó su asiento en la mesa principal del Palacio de las Convenciones de La Habana, el que fue ocupado por Díaz-Canel. Con él fueron elegidos también los demás miembros del Consejo de Estado: el primer vicepresidente –el sindicalista Salvador Valdés de 72 años–, cinco vicepresidentes, un secretario y 23 miembros.

Raúl Castro se reservó un espacio de poder: permanecerá como líder del gobernante Partido Comunista (PCC, único) hasta 2021. En la clausura, Castro dejó en claro que la elección de su sucesor “no es casualidad ”, añadió. Recordó que el partido preparó “a una docena de jóvenes, la mayoría de los cuales llegaron al buró político pero no logramos materializar su preparación”. Díaz-Canel “fue el único sobreviviente de ese grupo”.

El nombramiento de Díaz-Canel fue saludado por sus aliados de China, Xi Jinping; Rusia, Vladimir Putin; Venezuela, Nicolás Maduro y Bolivia, Evo Morales. También por México, Panamá, España y Reino Unido. Estados Unidos criticó el “proceso de transición antidemocrático” en Cuba. “Los ciudadanos cubanos no tenían poder real para afectar el resultado de este proceso ”, indicó el Departamento de Estado.

Los guardianes de la

ortodoxia socialista

Datos

Ministro de las FF. AA., se incorporó a los 16 a la guerrilla. Héroe en Angola y Etiopía, es muy popular entre los oficiales. Leopoldo Cintra Frías (76 años)
Vicepresidente primero, el único afro-cubano. Máximo líder sindical y ministro del Trabajo. Fue anfitrión de Obama en 2016. Salvador Valdés (72 años)
Lleva nueve años como canciller y fue artífice de acuerdos con la UE y el deshielo con Estados Unidos durante la era Obama. Bruno Rodríguez (60 años)

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