Tras un arduo debate, el Concejo de Bariloche le dio el sí a la nueva concesión del cerro Campanario

La prórroga directa de la concesión del cerro Campanario por otros 25 años a la empresa que lo explota en la actualidad pasó el primer examen en el Concejo Municipal, que la aprobó por mayoría, con el rechazo de dos concejales opositores. Debido a sus características el proyecto deberá ser sometido a segunda vuelta y los concejales se comprometieron a convocar antes una nueva audiencia pública.

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Vecinos objetan la prórroga de la concesión del cerro Campanario en Bariloche

Esto último fue resuelto a partir de las voces en contra expresadas por varios referentes barriales del Oeste de Bariloche y de la comisión mixta de la reserva natural El Trébol, afectada por el emprendimiento.

El proyecto impulsado por el intendente Gustavo Gennuso apunta a otorgar una prórroga, sin licitación, sobre el contrato que vence en marzo de 2024. A cambio la empresa que integran las familias Jerman, Fleré y Ovrum (y que administran el Campanario desde la década del 60) se comprometió a realizar mejoras y ampliaciones por un monto de 3,7 millones de dólares.

La inversión incluiría la construcción de una nueva confitería en la cima del cerro, con un mecanismo giratorio y una capacidad que triplicará al actual. Además estaría previsto construir un auditorio, entre otras mejoras.

El cerro Campanario está ubicado sobre el kilómetro 17,5 de la avenida Bustillo, en un área de valioso bosque nativo y cuenta desde hace más de 50 años con una aerosilla que permite acceder a la confitería y miradores de la cumbre.

La excursión ya constituye hoy un clásico entre las propuestas turísticas de la ciudad y la proyección indica que el complejo recibirá una media de 1.000 visitantes por día.

Los cinco concejales oficialistas lo votaron a favor, con el acompañamiento de Ariel Cárdenas (Bariloche por el Cambio), Gerardo del Río (PUL), Marcelo Casas (Frente de Todos) y Roxana Ferreyra (Unidad Ciudadana).

Carlos Sánchez (JSRN) ejerció la defensa con una larga exposición, en la que justificó la contratación directa y la propuesta presentada por la empresa, a la que calificó de “superadora”. Destacó que la firma pagará un canon que comenzará en el 12% de su facturación bruta y que crecerá a lo largo de la concesión hasta llegar al 21%.

Por modificaciones introducidas al proyecto original se estableció que ese dinero sea destinado en un 60% a obras viales y a mejoramientos del transporte. Además, la firma Campanario pagará un aporte extra de 103.300 dólares por única vez, a modo de “responsabilidad social empresaria”.

El concejal Pablo Chamatrópulos manifestó fuertes críticas hacia la iniciativa y puso el foco en la decisión de omitir un llamado al licitación. Dijo que ese mecanismo es obligatorio para las contrataciones públicas y que le hubiera dado otra legitimidad a todo el proceso, aun cuando “probablemente” hubiera ganado la empresa actualmente a cargo del emprendimiento.

También expresó su oposición Julieta Wallace (FdT) quien asoció el caso Campanario a la conflictiva concesión del cerro Catedral, aprobada hace cinco años con un mecanismo parecido. Recordó que aquella vez una medida cautelar frenó durante casi dos años la firma del contrato, con el retraso consiguiente en las inversiones, y advirtió que en este caso podría ocurrir lo mismo.

Wallace señaló que la empresa debía tener en cuenta los problemas de “seguridad turística” que arrastrará con una concesión directa. Defendió también el recurso de la licitación, porque “la competencia mejora los proyectos”.

Ambos concejales quedaron en minoría y el proyecto terminó aprobado en primera vuelta por 9 votos a 2. La sesión fue seguida por vecinos que esperaban un rechazo (alguno de ellos con carteles) y también otros a favor, en general trabajadores de la empresa y guías de turismo.