Mutko, ministro multifunción y polémico

AP

Vitali Mutko es el hombre fuerte del deporte ruso. Desde su cargo de ministro de Deportes, es titular de la federación de fútbol, jefe del comité organizador de Rusia 2018 y miembro ejecutivo de la FIFA y de la UEFA. Estuvo en la vanguardia de la planificación para los Juegos Olímpicos de invierno en Sochi 2014.

Ser un funcionario multifunción no es algo nuevo para Mutko, ya que en su vida privada muestra títulos en tecnología marina y en derecho.

Mutko volvió a quedar en el ojo de la tormenta después de que la comisión independiente de la Agencia Mundial Antidoping (AMA) acusara en un explosivo informe a Rusia de practicar el doping sistemático y encubrir los controles positivos.

Su figura en Europa ya era controvertida por su lealtad inquebrantable con el suspendido presidente de la FIFA, Joseph Blatter. Pero ahora, su imagen quedó más expuesta, más allá de sus estrechos contactos con su amigo Vladimir Putin, en el Kremlin.

Mutko, de 56 años, comenzó su campaña política en San Petersburgo, donde llegó a postularse como alcalde, aunque perdió la elección. Putin le agradeció su lealtad y lo colocó al mando de otras oficinas.

Su alto perfil y su verborragia le provocaron más de un conflicto. Hace unos meses consideró que la decisión de la federación internacional de natación (FINA) de dar luz verde a los duetos mixtos en nado sincronizado en los Mundiales de Kazán fue “tonta” y “errónea”. “Nunca hubo algo así en la historia de la natación. En mi opinión, la natación sincronizada es una modalidad deportiva sólo para mujeres”, señaló.

También relativizó los numerosos excesos racistas en el fútbol ruso, entre ellos los denunciados por figuras de renombre como el brasileño Hulk o el camerunés Samuel Eto’o.

Ante el informe explosivo de la AMA, Mutko intentó apaciguar el tema con una estrategia similar: “Tenemos los mismos problemas de doping que el resto del mundo”, afirmó.