Nación analiza licitar un segundo buque regasificador

La secretaría de Energía busca evitar que haya cortes de servicio durante el invierno. Los estudios se centran en el puerto de Ingeniero White, en Bahía Blanca. Otras opciones se estudian como complementarias.

El verano está llegando a su fin y desde el gobierno nacional saben que eso implica que se acaba el tiempo para definir cómo se completará la oferta de gas para este invierno y es por esto que desde la secretaría de Energía de la Nación ya se analiza seriamente volver a contratar un buque regasificador para el puerto de Bahía Blanca.

Con las cartas sobre la mesa, el equipo que conduce Darío Martínez tiene en claro que el país necesitará incrementar las importaciones de gas para este invierno como condición para evitar los cortes de suministro.

Como anticipó Energía On, a pesar de la puesta en marcha del Plan Gas.Ar la producción local este año decaerá sobre el nivel ya pobre del año pasado. Pero en ese panorama sombrío se suma además el recorte de envíos que realizará Bolivia a raíz de la caída en la producción que tienen también los pozos del Altiplano.

Es por esto que desde Energía ya se estudia seriamente el retorno de un segundo buque regasificador, ya que más allá de la imagen política que pueda transmitir, desde el gobierno se apuesta por sobre ello a evitar una imagen aún peor que es la de los cortes de servicio que ya el invierno pasado se vieron por un par de días a raíz de una ola de frío.

Según supo Energía On desde el gobierno se está analizando la forma de volver a contratar un buque regasificador, aunque por el contexto internacional desfavorable, se avanza en la idea de realizar una compulsa o licitación internacional para tratar de conseguir el mejor precio posible para el buque, cuyo alquiler diario es de miles de dólares.

A fines del 2018 el gobierno de Mauricio Macri despidió el buque que ahora se necesitará.

El invierno en el hemisferio norte disparó la demanda de gas y luego de que el año pasado el precio del GNL llegó a desplomarse hasta menos de dos dólares por millón de BTU, haces pocos días se pagó en el mercado de Japón (JKM) cerca de 30 dólares.

Claro está que estos precios no se mantendrán para la llegada del invierno al hemisferio sur, pero sí anticipan que los precios tanto para el GNL serán más elevados (en torno a los 5,50 dólares) como así también para el alquiler del buque que permite recibir el gas licuado, lo regasifica y lo vuelve inyectar ya en estado gaseoso en las redes nacionales.

Si bien otras opciones no han sido tampoco descartadas, como lanzar una segunda mini ronda del Plan Gas.Ar solo para el invierno o importar gas por gasoductos desde Chile, fuentes del gobierno aseguran que esas alternativas son vistas más bien como complementos, mientras que el regreso del buque es la única garantía para evitar los cortes de suministro.

Qué dicen los números

El año pasado la producción nacional de gas cayó un 9,24% en comparación con el 2019 y sumó un promedio de solo 123,54 millones de metros cúbicos por día. Ese nivel de generación local es equiparable con el que los yacimientos del país tuvieron en 2017, cuando por ejemplo el yacimiento Fortín de Piedra, de Tecpetrol, estaba recién comenzado a ser montado.

El año pasado el nivel de importación de GNL fue de 4,45 millones de metros cúbicos por día, con el pleno funcionamiento del buque regasificador que opera en Escobar que recibió 28 cargamentos y gracias también a un año que, por la pandemia, tuvo una baja en el consumo.

En números

4.166
millones de metros cúbicos fue la caída en la producción que se registró el año pasado en comparación con 2019. Cayó al nivel productivo del 2017.


Pero en 2017 el país contaba con dos buques regasificadores, el de Escobar y el de Bahía Blanca que fue despedido con bombos y platillos a fines de 2018. Entre ambos buques aportaron ese año 12,52 millones de metros cúbicos de gas a diario al sistema nacional, a partir de la recepción de un total de 68 cargamentos de GNL.

Esa brecha es la que ahora el gobierno deberá buscar saldar, para no solo eludir cortes en industrias y estaciones de GNC, sino también para intentar frenar una sangría paralela de divisas que se viene registrando a través de Cammesa en la generación térmica.

Esto se debe a que la falta de gas natural se priorizó el destino residencial e industrial y en las centrales térmicas se disparó el uso de combustibles líquidos los cuales en su mayoría son importados y valen casi tres veces más que el gas.

Las cuentas, en simple matemática, son esas, pero resta ahora que el gobierno defina cómo afrontará económicamente el desafío de elevar importaciones en un contexto de crisis macroeconómica y restricción de divisas, y sin desatender que además se da en medio de un año electoral.


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