Neuquén será el tercer distrito en votar con una máquina

Los diputados sancionarán este martes una nueva ley electoral que introducirá el voto electrónico en las elecciones del 2019 y convertirá a Neuquén en el tercer distrito del país, después de Ciudad de Buenos Aires y Salta, en adoptar este sistema. El oficialismo se valerá de los votos de las bancadas macristas para aprobar la reforma, que también incorpora la paridad de género en las candidaturas legislativas.

La continuidad de las listas colectoras y espejo fue la “prenda de negociación” para despachar el proyecto, que sin los votos aliados tenía escasas posibilidades de llegar al recinto. La mayoría de los bloques opositores quedó disconforme por el apresuramiento en la discusión y porque no se consideraron propuestas como la boleta única de papel, la introducción de primarias abiertas y obligatorias, los debates de candidatos o el financiamiento público de campañas.

A fin de cuentas, el cambio más significativo será la boleta electrónica que se usará desde el 2019. El sistema será similar al utilizado en Neuquén capital, que implica emitir el voto seleccionando la opción en una pantalla que la imprime en una boleta con dos registros: uno escrito y otro legible por medios electrónicos (chip o código de barras).

El sistema fue criticado por profesionales e investigadores de la materia, entre ellos la Facultad de Informática de la Universidad Nacional del Comahue, que nunca fue convocada por los legisladores para manifestar su opinión. Las objeciones residen en la vulnerabilidad del sistema ante posibles hackeos y la posibilidad de violar el secreto del voto utilizando elementos simples como un celular inteligente o una radio de onda corta. Los expertos también cuestionaron que el sistema es caro e introduce complejidades que hacen más difícil su fiscalización para una persona sin conocimientos específicos.

El texto que llegará al recinto contiene modificaciones que introdujo el oficialismo para intentar salvar algunos cuestionamientos. Por ejemplo, agregó que las máquinas de votación no deben tener “ningún tipo de dispositivo de comunicación con red alámbrica o inalámbrica” –lo que pone en duda cómo se transmitirán los datos para el recuento provisorio– y que cada boleta se debe contar manualmente antes de hacerlo de manera electrónica. Aquellas que no puedan ser leídas por la máquina serán consideradas votos observados y tendrán validez si así lo define la Junta Electoral.

Otro cambio negociado por el MPN fue la posibilidad de que convivan el sistema electrónico con el tradicional en el 2019. Las boletas partidarias podrán usarse ese año en municipios de tercera y comisiones de fomento.

El sistema fue criticado por profesionales e investigadores, entre ellos miembros de la Facultad de Informática de la Universidad Nacional del Comahue.