Para clientes especiales la originalidad no tiene precio

Los comercios no tradicionales ofrecen artículos de colección. Comiquerías, casas de jabones veganos, de maquetas o tabaquerías conquistan a clientes con otros intereses.

En un mundo cada vez más diverso, la originalidad es ganancia. Con una dosis de imaginación nacen negocios distintos capaces de explotar nuevos mercados. Es así que en un comercio de la ciudad los fanáticos de los cómics hablan de las andanzas de algún superhéroe. En otro, los ingenieros lúdicos buscan armar aviones de guerra. Hay locales que venden jabones para los que cuidan el cuerpo tanto como el medio ambiente o en los que la bohemia neuquina disfruta de fumar en pipa.

En Deadpool, desde su fachada hasta su contenido, es parte de una propuesta diferente. La pared frontal del local, es la página de un cómic y en la vidriera el Joker –uno de los personajes supervillanos- se toma la cabeza con gesto burlón e invita a pasar.

Según su dueño, llegó a estar atrás de ese mostrador por su propia pasión. Aunque no todos los clientes entienden a qué se dedican y entran a pedir que le cambien una pila o a comprar un pino de navidad. Pese a la confusión de algunos, aquí no manda Papá Noel, sino personajes con poderes sobrehumanos, amigos de la ciencia ficción.

“Es una comiquería y lo que más vienen a buscar son figuras de acción, comics, juegos de play station o accesorios. Siempre quise tener este comercio y hace tres años me animé y me va bien”, dice Juan Pablo.

Mientas el propietario del local habla, muestra los comics, los muñecos y lo que vende. Dice que la franquicia Marvel Studios estrena películas en estos días, basadas en los personajes que aparecen en las publicaciones de la editorial de cómics estadounidense creada en 1939 y revive el negocio. Años de aventuras hacen que, en el local clientes de 60 años convivan con chicos de 5 años.

Juan Pablo muestra un giratiempo o la snitch dorada, y para los que no saben, todo tiene misterio. La ficción envuelve el comercio, pero los precios proponen una vuelta a la realidad más urgente. Muchos de los productos son importados y se encarecen en días que la moneda verde escala.

Los comics van de los 200 pesos a los 1.500 pesos. Las figuras, como la de Batman, de plástico, vestido con ropa de tela y articulado sale unos 4.800 pesos. A su vez, Juan Pablo relata que Harry Potter mantiene su magia y es uno de los que más vende.

Bañémonos juntos

A unas cuadras de allí no hay luchas de superhéroes, pero tirar una bomba para el baño puede provocar una contienda de placer. El local ens MIES, cosmética gourmet y tiene en sus góndolas esferas coloridas, óvalos rugosos y todo huele bien. Allí se venden jabones, cremas y productos veganos y vegetarianos. Según su dueña, los principales clientes son los que gustan de productos naturales, cuidan el medio ambiente y amana a los animales.

“Son productos veganos porque no se hacen con materias animales, no tienen químicos, ni parabenos. Se usan cosas comestibles para hacerlos, tenés jabones de aceite de oliva y té verde. La mayoría de las cosas se hacen con vegetales y especieas”, contó Marianela.

En medio del local, la vendedora agarra una cápsula y dice que eso es un shampoo de aloe vera y salvia. Luego muestra unas cookies exfoliantes de coco, crema y caramelo e invita a que huelan. El cliente debe resistir las ganas de clavarle los dientes cuando ella explica que no es para ocmer, sino que es un jabón que da bienestar a la piel.

Al caminar una cuadra más, el letrero que dice Alpha Víctor muestra un diseño de aviación. Eugenia, su propietaria, explica que en el abecedario de aeronáutica esas son las iniciales de su hijo Astor. Allí venden maquetas para armar naves, barcos de guerra y también puzzles.

“Mi socio es piloto y cuando se quedó sin trabajo, en 2015, compró unas maquetas para armar aviones, una pasión que ya tenía. Siempre las consiguía por internet y se dio cuentra que era un negocio que acá no estaba. Empezó a vender por redes sociales, le fue re bien y hace unos meses decidimos poner el local”, dice Eugenia mientras ofrece un mate.

Sobre la estantería hay una Torre Eiffel gigante que alguien armó durante un largo tiempo. Las maquetas están compuestas de entre 30 y 400 piezas y para armar llevan días o meses de concentración. A su vez, después viene la pintura que se hace un tintes especiales que ayudan a dejarlas iguales a la real.

Eugenia y Ariel se complementan y ella también tenía su pasión de armar. En su caso lo suyo son los rompecabezas, por eso los sumaron. Los precios de los puzzles van de 600 a 5.000 pesos los murales de 18 mil piezas.

“Yo soy la fanática y quería conseguir buenos, pero no había en las jugueterías. Por eso traemos obras de arte, imágenes de paisajes. Las mujeres son las que más buscan los rompecabezas y los hombres las maquetas”, relata la vendedora.

No hay personas iguales a otras y los clientes, como los superhéroes como Deadpool, pueden tomar miles de formas. Es por eso que en estos locales de la ciudad se ofrecen posibilidades de saciar placeres especiales o de comprar objetos y juegos originales, que además de entretener completan un pasión.

Muchos de los productos que se venden en estos locales son importados, y en días que la moneda verde escala se encarecen.

Al partir, un puro y un scrabble

Hombres de barbas largas entran y salen, desde hace 17 años, de la tabaquería y regalería Las Vegas. Las chicas que atienden dicen que los que llegan allí van a buscar tabacos sin aditivos, orgánicos, pipas de madera o raíz y habanos.

“Hay que empezar con una pipa de madera. Generalmente eligen algo bajo en precio y calidad y después van subiendo. Hay accesorios, tabaco, encendedores Zippo. Además hay que tener una pipa por día y el que tiene el vicio tiene sus seis pipas”, dice Vanesa, y frente a ella hay exhibida una pipa Falcon de 10.000 pesos, la más cara del local.

Con su compañera Antonella hablan mientras cambiaban los precios, porque allí también casi todo es importado, y con la disparada del dólar todo aumentó. Comentaban que además venden los clásicos juegos de mesa, como puede ser el scrabble, el pasapalabra y las damas, entre muchos otros.

Vanesa va hacia la vitrina de los habanos. “Hay cubanos, dominicanos, nacionales, y van desde 35 a 1.200 pesos por unidad”, dice. Antonella a su lado agrega que “el tabaco va de 90 a 190 pesos y un paquete rinde más que un atado de cigarrillos”, dice, y confiesa que lo elige.

“Vienen chicos que les gustan los autos, grandes que tienen esta pasión. La verdad es que nos sorprendió el interés de la gente”.

Eugenia, una apasionada de los puzzles y socia de Alpha Victor.

“Es superpráctico. Hay jabones efervescentes. La marca la creó un argentino, inspirado en unos productos ingleses”.

Marianela, dueña de MIES, elige la materia prima que cuida el medio ambiente.

“Los adultos son los clientes que más gastan en los comics. Los nenes buscan muñecos, los adolescentes gorras, colgantes, llaveros”.

Juan Pablo es propietario del local al que denominó Deadpool.

Datos

Muchos de los productos que se venden en estos locales son importados, y en días que la moneda verde escala se encarecen.
“Vienen chicos que les gustan los autos, grandes que tienen esta pasión. La verdad es que nos sorprendió el interés de la gente”.
“Es superpráctico. Hay jabones efervescentes. La marca la creó un argentino, inspirado en unos productos ingleses”.
“Los adultos son los clientes que más gastan en los comics. Los nenes buscan muñecos, los adolescentes gorras, colgantes, llaveros”.

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