Niñas atacadas por Whatsapp: así son los casos de grooming en Neuquén

La Justicia alienta a denunciar los casos. Los agresores conocen a la víctima de forma previa.

Ninguna fuente oficial pudo confirmar que el de Zapala fuera el primer juicio por grooming que logra una sentencia en la provincia, pero sin dudas marcó un hito en la justicia para difundir este tipo de delito. Actualmente se investigan tres casos, pero desde las fiscalías sospechan que hay más hechos, aunque no llegan a ser denunciados.

Legalmente se define al grooming como el contacto con “una persona menor de edad”, a través de medios electrónicos, con el objetivo de atacar su integridad sexual. Para la justicia es relativamente nuevo investigar esta clase de delitos porque la ley que lo incorporó en el Código Penal se sancionó en el 2013.

La dificultad que encuentran no es la de acceder a las pruebas en sí mismas porque se realizan pericias informáticas que se utilizan en otros casos, sino probar que la persona acusada estaba utilizando ese celular o computadora.

En Zapala, el hombre, de 54 años, aprovechó que era amigo de la familia para iniciar el contacto con la hija mayor, de 14 años. Todo se descubrió cuando la mamá encontró los mensajes al utilizar el celular para contactarse con su marido.

Las claves para que el agresor sea declarado responsable del delito fueron dos: que se recuperaron los celulares y que no se habían borrado los mensajes de Whatsapp, lo que permitió demostrar la correspondencia.

Pero en todos los casos no se tiene la misma “suerte” que tuvo la fiscal Laura Pizzipaulo, quien dirigió la investigación. En otras de las investigaciones aún se busca recuperar fotos o videos, que identifiquen de forma directa al victimario. Por eso se han solicitado pericias más complejas, para recuperar la mayor cantidad de material posible, y se espera avanzar en los procesos durante 2020.

El más importante será el juicio contra un hombre de 27 años por seis denuncias de ciberacoso sexual, abuso sexual simple y, en uno de los casos, con acceso carnal. Los hechos ocurrieron entre agosto de 2017 y marzo de 2018, cuando las víctimas tenían 15 y 16 años. Un padre descubrió lo que pasaba controlando el celular de su hija y alertó a las demás familias.

Además, el fiscal jefe, Fernando Fuentes, desarrolla otra investigación en el norte neuquino. Es una denuncia reciente y espera formular cargos en febrero: el victimario tiene 21 años y la víctima, 12. La madre descubrió lo que pasaba leyendo el celular de la niña.

En el tercer caso que trabaja la fiscalía pasó lo mismo y la víctima también tiene 12 años, pero se investiga en Neuquén capital. El hombre detrás del chat de Whatsapp es un vecino de la familia. La denuncia se realizó en abril y la formulación de cargos se hará a comienzos del 2020, con el resultado de las últimas pericias, según informó el asistente letrado, Juan Manuel Narvaez, del equipo del fiscal Pablo Vignaroli.

Para hablar del caso, Narvaez eligió citar al especialista Gustavo Abdo: “el contacto indebido es la antesala para la comisión de una agresión sexual”. El victimario ya está ejerciendo violencia sobre la niña, manipulándola y planteando situaciones de neto contenido sexual, pero su intención es llevar el abuso al plano físico.

Así, recurrir a la justicia se convierte en una herramienta útil para detener el accionar del agresor.

“Hay que trabajar para que la gente entienda que tiene que denunciar”, reflexionó el fiscal Fuentes. Esta es una tarea pendiente en la Provincia, que, según algunos anuncios sobre capacitaciones, comenzaría a revertirse el año próximo a la par del avance de las causas. Además, la reciente puesta en funcionamiento de la oficina de estadísticas permitirá contar con los datos exactos, información que -a diferencia de Río Negro- Neuquén aún no tiene sistematizada.

Hay que trabajar para que la gente entienda que tiene que denunciar»,

resaltó el fiscal jefe de Chos Malal, Fernando Fuentes.

Hay un vínculo previo entre el victimario y la víctima. En la caracterización más habitual del grooming se hace referencia a un adulto que crea un perfil falso en redes sociales para crear el contacto simulando ser un niño o niña.
El contacto se realiza por Whatsapp. El victimario aprovecha que la víctima lo conoce para conseguir su número de celular.
Los chats son la vía para generar encuentros con las víctimas y, así, cometer el abuso sexual. Previamente, los victimarios someten con engaños, promesas y/o amenazas a las víctimas para que les envíen fotos o videos de desnudos.
Los casos fueron descubiertos por madres o padres que controlaron el celular de sus hijas. No suele haber sospecha previa o una búsqueda específica.
Ocurren tanto en la capital como en el interior de la provincia. Las modalidades que se registran en las denuncias se repiten tanto en grandes como pequeñas comunidades.


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