Nuevo juicio por corrupción divide a Brasil

RÍO DE JANEIRO.- Tres meses después de las masivas protestas, Brasil volvió a verse ayer sacudido por una gran polémica, ante la decisión de la Corte Suprema de realizar un nuevo juicio a 12 de los 25 condenados por nexos con un escándalo de corrupción en el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. Entre los beneficiados por la decisión adoptada por estrecho margen –seis votos a cinco- están algunos exponentes del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) acusados de organizar y comandar el esquema ilegal, entre ellos el ex ministro del Gabinete Civil de Lula da Silva, José Dirceu. Según los juristas, la celebración de un nuevo juicio sobre algunos de los delitos podrá resultar en una reducción de las penas dictadas. La nueva oportunidad a los reos del llamado “escándalo del mensalao” dividió a los brasileños y alimentó la indignación popular ante un sistema jurídico que, para muchos, favorece la impunidad de los poderosos acusados de delitos. “Tendremos un nuevo juicio, lo que puede fomentar una sensación de impunidad en la opinión pública brasileña”, expresó el director de la organización Transparencia Brasil, Claudio Weber Abramo. Además, el politólogo Ricardo Ismael, de la Pontificia Universidad Católica (PUC) de Río de Janeiro, opinó que la decisión del STF demostró que, en Brasil, “no todos son iguales ante la ley”, ya que, para “los poderosos, los juicios pueden arrastrarse por años”. Muchos juristas, sin embargo, defendieron la decisión del STF, argumentando que la reapertura del juicio para los acusados que no fueron condenados por unanimidad asegura el respeto al principio de amplia defensa, y revela que la Corte Suprema cumple su papel de garantizar los derechos individuales, aun cuando enfrenta la presión de la opinión pública. (DPA)


RÍO DE JANEIRO.- Tres meses después de las masivas protestas, Brasil volvió a verse ayer sacudido por una gran polémica, ante la decisión de la Corte Suprema de realizar un nuevo juicio a 12 de los 25 condenados por nexos con un escándalo de corrupción en el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. Entre los beneficiados por la decisión adoptada por estrecho margen –seis votos a cinco- están algunos exponentes del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) acusados de organizar y comandar el esquema ilegal, entre ellos el ex ministro del Gabinete Civil de Lula da Silva, José Dirceu. Según los juristas, la celebración de un nuevo juicio sobre algunos de los delitos podrá resultar en una reducción de las penas dictadas. La nueva oportunidad a los reos del llamado “escándalo del mensalao” dividió a los brasileños y alimentó la indignación popular ante un sistema jurídico que, para muchos, favorece la impunidad de los poderosos acusados de delitos. “Tendremos un nuevo juicio, lo que puede fomentar una sensación de impunidad en la opinión pública brasileña”, expresó el director de la organización Transparencia Brasil, Claudio Weber Abramo. Además, el politólogo Ricardo Ismael, de la Pontificia Universidad Católica (PUC) de Río de Janeiro, opinó que la decisión del STF demostró que, en Brasil, “no todos son iguales ante la ley”, ya que, para “los poderosos, los juicios pueden arrastrarse por años”. Muchos juristas, sin embargo, defendieron la decisión del STF, argumentando que la reapertura del juicio para los acusados que no fueron condenados por unanimidad asegura el respeto al principio de amplia defensa, y revela que la Corte Suprema cumple su papel de garantizar los derechos individuales, aun cuando enfrenta la presión de la opinión pública. (DPA)

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