El control de la pesca ilegal en Argentina

Norberto Ovando

Presidente de la Asociación Amigos de los Parques Nacionales (AAPN). Experto de Comisiones Mundial de Áreas Protegidas (WCPA)

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Esta práctica socava los esfuerzos de conservación y ordenación de las poblaciones de peces y limita el avance hacia la sostenibilidad y responsabilidad de la actividad.


Se estima que la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) representa hasta el 20 % de las capturas en todo el mundo, con pérdidas para la economía mundial estimadas entre 10.000 y 23.500 millones de U$D al año.

Los impactos de la pesca INDNR son de gran alcance. No solo quita ingresos a los países en desarrollo y amenaza los medios de vida costeros, sino que también se ha relacionado con el crimen organizado y las violaciones de los derechos humanos, como el contrabando de drogas, la trata de personas y la esclavitud, según el informe “Assessing Seafood Supply Chains: New Public-Private Partnership Will Support Companies in Assessing IUU Fishing Risks Sin Vessel Data”, (“Evaluación de las cadenas de Suministro de Productos del Mar: Una Nueva Asociación Público-Privada Apoyará a las Empresas en la Evaluación de los Riesgos de la Pesca INDNR”), publicado el 29 de abril próximo pasado.

Pesca INDNR es un término amplio que engloba una gran variedad de actividad pesquera; ilegal, no declarada y no reglamentada.

La pesca INDNR socava los esfuerzos nacionales y regionales de conservación y ordenación de las poblaciones de peces y, como consecuencia, limita el avance hacia el cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad a largo plazo y de responsabilidad.

Por otra parte, la pesca INDNR representa una gran desventaja y discriminación para los pescadores que actúan con responsabilidad, honestidad y de conformidad con las condiciones de sus autorizaciones de pesca. Si los pescadores dedicados a la pesca INDNR explotan poblaciones vulnerables sometidas a estrictos controles de gestión o moratorias, no se conseguirá restablecer esas poblaciones a niveles saludables, amenazando la biodiversidad marina, la seguridad alimentaria de las comunidades que dependen de los recursos pesqueros para la ingesta de proteínas y el medio de vida de las personas relacionadas con el sector.

Iluminar los rincones más oscuros de la pesca comercial permitirá a las empresas de la cadena de suministro de todo el mundo hacer lo correcto: para los pescadores, para los consumidores y para el planeta”, dijo Alfredo Girón Nava, líder del proyecto y André Hoffmann Fellow de la coalición Friends of Ocean Action, Foro Económico Mundial y el Centro Stanford para Soluciones Oceánicas.

Cuando se pone el sol, continúa la actividad humana en el océano, pero el Grupo de Observación de la Tierra, con la nueva tecnología satelital Global Fishing Watch que posee el sensor Visible Infrared Imaging Radiometer Suite (VIIRS), combinada con otras técnicas puede detectar la posición de las flotas pesqueras durante todo el día y la noche.

El director de investigación e innovación de la ONG Global Fishing Watch (GFW), David Kroodsma explica que, “Los barcos a menudo están equipados con luces brillantes para iluminar la cubierta o el océano circundante, lo que permite a la tripulación realizar su trabajo en las horas oscuras de la noche. Las embarcaciones que pescan al calamar, como las que se detectan en el Mar Argentino y otras áreas, utilizan luces para atraer la captura a la superficie, lo que hace posible que estos barcos se vean desde el espacio. Estas imágenes nos revelan la pesca ilegal generalizada y nos permite rastrea las flotas pesqueras en todo el mundo”.

El conjunto de datos global de las luces de los barcos que se ajustan al Sistema de Identificación Automática (AIS por sus siglas en inglés), es el primero de su tipo y revela patrones increíbles de actividad pesquera nocturna.

De los 31,5 millones de detecciones de embarcaciones probables detectados gracias al instrumento que lleva una cámara extremadamente sensible, conocida como Visible Infrared Imaging Radiometer Suite (VIIRS), solo un poco más de una quinta parte coincidieron con embarcaciones con AIS, lo que significa que, en promedio, la cantidad de embarcaciones que usan luces es aproximadamente cinco veces mayor de lo que sugieren los datos de AIS, dándonos una idea del increíble tamaño de la “flota oscura”. De los barcos pesqueros con AIS que coinciden con la detección VIIRS, poco más del 40 por ciento son poteros de calamar.

Una señal AIS deshabilitada es una forma para que los posibles operadores sin escrúpulos se escondan de la supervisión, y la evidencia apunta a un vínculo entre las señales de embarcaciones deshabilitadas o ausentes y la actividad ilegal. Si bien el AIS no es un requisito universal y la mayor parte de la actividad de la “flota oscura” no infringe la ley, es muy necesario cuantificarlo para que podamos comprender mejor los posibles impactos en la pesca y la salud de los océanos. Es difícil proteger lo que no ha sido mapeado y medido.


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