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Propuesta de reforma: ¿Educación digital o educación virtual?

La alfabetización digital crítica es urgente, así como en otros momentos lo fue alfabetizar en la lengua escrita para no tener una sociedad analfabeta privada de la vida democrática.

La Resolución 476/24 del Consejo Federal de Educación propone una “transformación digital educativa” que aproveche las oportunidades que ofrecen las tecnologías digitales. El lector pensará que por fin la escuela dejará de ser esa institución conservadora desconectada de la realidad social de las infancias y las adolescencias. Pero veamos:

La resolución indica que un docente de cualquier nivel debe tener en cuenta “la inmersión en la cultura digital y los vínculos con los medios y tecnologías digitales” que tienen los alumnos.

Por otra parte, un docente de nivel primario debe ser capaz de “dirigir la enseñanza y gestionar la clase”, para lo cual “son necesarias las tecnologías y los recursos pedagógico-didácticos de la cultura digital; utilizar, diseñar y producir una variedad de recursos, en diferentes formatos, integrando diversos contenidos y dispositivos digitales, así como espacios virtuales de aprendizaje”.

Para esto la formación docente debe problematizar el uso de las tecnologías digitales “con sentido educativo”, no sólo como recursos o soportes para la enseñanza, sino “como criterios de la educación híbrida que favorezcan los aprendizajes”.

Estas son las únicas referencias a la transformación de la escuela en relación con las tecnologías digitales. Con lo que, si sólo se espera que un docente utilice recursos digitales con fines didácticos y sepa administrar plataformas digitales, simplemente estamos hablando de una educación virtual -o híbrida- para todos los niveles.

¿Por qué el interés en virtualizar?

Si tomáramos en serio la expresión “no hay plata”, con la que el presidente Milei hizo su campaña electoral, y que muchas personas aceptaron, esto podría entenderse como una búsqueda de eficiencia que “ahorraría” gastos al Estado, como el mantenimiento de edificios escolares o la mutación de los educadores a tutores de plataformas, lo que significa, entre otras cosas, un barajar y dar de nuevo en las condiciones laborales.

Se sabe que las condiciones laborales en entornos digitales aún están pobrísimas de legislación, y especialmente de derechos, con lo que la explotación tiene mejor vida que en los trabajos tradicionales. Además, esto tiene otra cara: el gran negocio que significa para las corporaciones digitales que, como podemos ver, tienen muy buena amistad con el presidente Milei.

De lo que no habla la resolución -oh, casualidad- es de una alfabetización digital o -como le llama el especialista Cristóbal Cobo en su libro “Acepto las condiciones”- de una alfabetización digital crítica.

Dice Cobo que hoy lo importante no es sólo tener o no acceso a dispositivos o conectividad, sino que el valor está principalmente en lo que podemos hacer cuando estamos conectados, en cómo sacar provecho a esos instrumentos para amplificar las capacidades, para desarrollar nuevas competencias o bien para generar nuevas oportunidades en beneficio propio o de la comunidad.

Saber utilizar software, producir contenidos o saber administrar la identidad digital sigue siendo relevante, pero además de esto, hoy es necesario saber con profundidad qué pasa con nuestros datos en la red, quiénes tienen el poder sobre ellos y qué negocios hacen o podrían hacer; en qué medida nuestras decisiones están más o menos influidas por algoritmos que ajustan la realidad a determinados intereses; en qué juego entramos cuando “aceptamos los términos y condiciones”; cómo nos llega la información, quién la filtra; reconocer una fake news, etc.

Hace pocos días este medio publicó una columna donde se indicaban los peligros de la venta de datos biométricos, a propósito de un caso que generó escándalo en Zapala. Estos temas no deberían interesar sólo a los medios de comunicación, sino que es urgente que formen parte de la educación básica a través de una alfabetización digital crítica.

Porque saber usar competentemente los medios digitales hoy es condición de ciudadanía y, si nos pretendemos democráticos, es función de la escuela dar las herramientas para la vida ciudadana.

Tal es así que la Provincia de Río Negro impulsa una “modernización” que busca concentrar los trámites y la relación de los ciudadanos con el Estado a través de una plataforma digital. A esto el gobierno provincial le llama “ciudadanía digital” (concepto que también debemos discutir porque ciudadanía es mucho más que trámites; pero no lo haremos aquí).

La alfabetización digital crítica es urgente, así como en otros momentos lo fue alfabetizar en la lengua escrita para no tener una sociedad analfabeta privada de la vida democrática.

Pero las actuales propuestas de reformas educativas sólo ofrecen educación virtual, no sabemos si con el propósito de “ahorrar”, precarizar y disciplinar el trabajo o repartir -una vez más- negocios del Estado a los amigos del poder.

* Lic. en Comunicación Social. Prof. de Lengua, IFDC Fiske Menuco y Villa Regina.


La Resolución 476/24 del Consejo Federal de Educación propone una “transformación digital educativa” que aproveche las oportunidades que ofrecen las tecnologías digitales. El lector pensará que por fin la escuela dejará de ser esa institución conservadora desconectada de la realidad social de las infancias y las adolescencias. Pero veamos:

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