«Segundo mejor sueldo del país»: la mentira oficial que esconde la precarización docente
Ese supuesto “alto salario” está compuesto en más de un 70 % por sumas no remunerativas: montos que no generan aportes jubilatorios, que no se integran al haber básico y que pueden eliminarse por decreto.

El gobernador Alberto Weretilneck afirmó que los docentes de Río Negro perciben “el segundo mejor salario del país”. Pero esa frase, tan rimbombante como falsa, encubre un modelo salarial que viola la ley, precariza a los trabajadores y estafa al sistema previsional nacional.
Ese supuesto “alto salario” está compuesto en más de un 70 % por sumas no remunerativas: montos que no generan aportes jubilatorios, que no se integran al haber básico y que pueden eliminarse por decreto. En lugar de garantizar un salario digno y legal, el Gobierno de Río Negro recurre a una simulación contable que infla el sueldo de hoy y condena a la pobreza del mañana.
Peor aún: si esas sumas fueran remunerativas, como exige la ley, el salario de bolsillo se reduciría automáticamente en un 16 %. ¿Por qué? Porque el docente debe aportar un 13 % al sistema previsional nacional (11 % general más 2 % adicional por el régimen especial con 82 % móvil) y otro 3 % a la obra social. Ese descuento no se aplica sobre las sumas no remunerativas, lo que representa un ahorro fiscal para la provincia a costa de desfinanciar el sistema previsional. Todo esto aún sin considerar la contribución patronal del 16% que debe ingresar la provincia en su condición de empleador.
Pero la maniobra no termina ahí. Cuando el docente está por jubilarse, el gobierno provincial blanquea esas sumas en el último año de servicio, haciéndolas remunerativas de forma artificial. Con esa base inflada, se calcula el haber jubilatorio como si el trabajador hubiera aportado legalmente durante toda su carrera. Así, la provincia traslada el costo previsional a la ANSES, que paga una jubilación completa sin haber recibido los aportes correspondientes. Este mecanismo no solo es desleal con el docente: es una estafa directa al sistema nacional de seguridad social y a todos los aportantes del país.
Señor gobernador, conviene recordarle que ningún emprendedor, comerciante o empresa privada en la Argentina tiene la posibilidad legal de pagar sueldos sin hacer los aportes y contribuciones que marca la ley. Ningún empleador del país puede decidir, por su cuenta, saltearse al sistema previsional, a la obra social o al régimen de seguridad social. Si lo hiciera, estaría cometiendo una infracción grave o incluso un delito. Solo el Estado provincial —bajo su gestión— parece gozar del privilegio de pagar salarios en negro encubierto, y encima presentarlos como un mérito de gestión. En la vida real, fuera de la contabilidad creativa oficial, eso se llama competencia desleal, evasión y precarización.
Entonces, señor gobernador, si de verdad quiere hablar del “segundo mejor sueldo del país”, empiece por mostrar el recibo completo. Por hacer los aportes como corresponde. Por respetar la ley nacional.
Porque lo que hoy presenta como virtud, es en realidad la institucionalización del salario trucho. Y lo que llama justicia social, es una estafa contable que hipoteca el futuro de los trabajadores y del país.
*Contador Público, General Roca.
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