Pandemia y educación

Carta de Lector

Por Carta de lector

“La pandemia es una oportunidad para repensar la educación” (diario Río Negro, 25 de octubre de 2020, entrevista a Alejandro Castro Santander).

Es evidente que el tema central de la entrevista gira alrededor de los efectos de la pandemia en la calidad de la educación, de hecho, alrededor de diez preguntas sobre el mismo lo confirman.

Sin embargo, el especialista minimiza esos efectos desde el comienzo, oponiéndolos a los de otra “tragedia” que para él es “una educación de mala calidad como la que tenemos en el país”.

Rescato algunos conceptos del entrevistado que me parecieron importantes:

“Lo lamentable es que cuando volvamos haremos lo mismo de siempre”, “Esto se arregla con educación”, “Si tuviéramos un sistema educativo exigente, el último año del secundario debería ser diferente…”, “El gran desafío de la educación es entender cómo articular el secundario con la universidad…”, “(…) hay que repensar…”, “(…) educación vieja y de mala calidad”.

También es evidente que Castro Santander insiste en un problema grave al que desea referirse y lo hace desde un lugar profesional que lo respalda. Y sus conceptos sobre la calidad de la educación son verdaderos.

Uno de los comentarios que leí minimiza la validez de sus aportes desvalorizando la tarea de los investigadores que “no pisaron el aula”. Sin embargo, la realidad es tan palpable que, en términos de calidad, podríamos decir que está a la vista de todos. No podemos tapar el sol con una mano. Los padres de un alumno que cursa cualquiera de los niveles educativos, sin haber “pisado un aula” como docente, pueden advertirlo, entre otros ejemplos.

Por último, comentaré la siguiente expresión de Santander: “Si tuviéramos un sistema educativo exigente, el último año del secundario debería ser diferente…”.

Se refiere, entre otros conceptos, a la necesidad de articular el último año del secundario con el ingreso al nivel superior: necesidad innegable.

Sin embargo, tal como se muestra la realidad educativa al día de hoy, la tarea de repensar la educación -agrego- nos remite al conjunto de los niveles preuniversitarios. Esto implica observar con atención dónde se produce el “cuello de botella”. Al parecer, el primero, en el ingreso al secundario. El segundo, en el ingreso al nivel superior universitario o no universitario.

Y hay un tercero, el profesional. Lo menciono especialmente y desde la experiencia: gran cantidad de profesionales tienen dificultades para escribir los textos propios de su área o bien los trabajos académicos de posgrado y necesitan pedir ayuda para producirlos y/o corregirlos.

Finalmente, me disculpo por no poder desarrollar ni profundizar en este texto todos los aspectos señalados. Se trata de una gran variedad y complejidad para cada uno de ellos.

Nélida Esther Cantero

DNI 10.045.711

Roca


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