Para arriba, con el sueño olímpico como meta

Gala Altieri, con solo 15 años, ya tiene pergaminos de sobra para la competencia internacional. La cuarentena no le impide seguir entrenando duro.

“Yo de chiquita hacía karate y otros deportes, pero a un costado del gimnasio había una palestra, siempre me quería subir, y me retaban. Hasta que empecé con la escalada y dejé todo lo demás. Siempre fue lo que quise hacer”. Así resume Gala Altieri su historia de iniciación en el deporte que hoy ocupa buena parte de su vida, que ya le permitió acceder a una preselección nacional y la tiene a las puertas de una experiencia olímpica.

Desandar una ruta vertical a pura fuerza y coordinación es definitivamente lo suyo y así lo confirmó también su entrenador, Alejandro García Micocchi, quien acompaña su plan de preparación durante la cuarentena y la ayudó a montar un pequeño muro de escalada en su casa, para no perder terreno.

Gala tiene apenas 15 años y llegaría con la edad ideal a los próximos Juegos Olímpicos de la Juventud, que se realizarán en Dakar dentro de dos años. Con esa meta excluyente el equipo nacional de escalada que está bajo la dirección del barilochense Tomás Vilariño realizó ya varias convocatorias, entre las que Gala fue superando etapas y quedó en el grupo final, integrado por cuatro chicas y cinco varones. Con ese grupo participó de un “campus” de una semana en el Cenard en febrero pasado y había otros programados para este año, que por ahora están en suspenso.

Gala avanza a paso acelerado y ya comenzó también a cosechar logros en competencias. Es campeona regional en su categoría y se destacó también en torneos de nivel nacional, donde la vieron los delegados a cargo del programa olímpico.

Entre sus performances más importante está el tercer puesto en la general (sin límite de edad) logrado este verano en Pucón, en un premáster clasificatorio para el máster de Santiago, donde estuvieron las mejores escaladoras a nivel sudamericano.

Fui sin expectativas y además estaba un poco enferma, pero me fue muy bien”, dijo Gala. Se encontró con una palestra distinta, con tomas de escalada propias de un mundial, y no defraudó.

Su progreso es constante y se frenó un poco con la cancelación de la concentración que estaba prevista en el Cenard para abril, pero ahora los entrenadores de escalada ya pidieron fecha para agosto, en una “competencia” para conseguir cupo en el centro de entrenamiento nacional, al que aspiran también otros cientos de atletas de deportes con proyectos mundiales y olímpicos.

“Me olvido de todo”

La escalada tiene tres especialidades: el ascenso de velocidad, el de dificultad y “boulder” que se practica en todo el mundo (aun donde no hay roca natural) porque necesita sólo muros de hasta cuatro metros, con colchones de caída.

Gala Altieri tiene epecial facilidad para la escalada de dificultad. La ayuda mucho el entrenamiento en roca –con abundancia de lugares aptos en Bariloche–, que le permite desarrollar habilidades poco comunes en una ciudad del llano. De todos modos su entrenamiento ahora está orientado al boulder, porque ése será la disciplina olímpica.

Cuando te subís a la palestra no te importa si tenés dolor de cabeza, si te aprieta la zapatilla, si tenés un mambo en la escuela. Es pura concentración, te olvidás de todo y lo disfrutás”, aseguró Gala con naturalidad.

Dijo que le gusta la “dificultad”, que se practica en paredes de 15 ó 20 metros. Y su ventaja en ese caso pasa por los entrenamientos de verano en paredes naturales como las de Valle Encantado, el Psicobloc de Lago Moreno o Laguna El Trébol. También hay lugares ideales para escalar en el cerro López, Piedras Blancas, Villa Los Coihues, refugio Frey. La variedad es enorme.

Claro que ahora dejó todo eso de lado y su entrenamiento es “indoor”, en su propia casa. Dijo que le va mejor que nunca porque ya no llega tarde a la palestra (como cuando salía de la escuela a las 16) y puede combinar sin problemas las clases virtuales con la preparación física, que realiza a razón de cinco días por semana, con dos de doble turno, “escalada a la mañana, físico a la tarde”.

Al comienzo de la cuarentena había dejado la escalada, por imposibilidad de ir a La luna (su gimnasio) y sólo cumplió un plan de trabajos físicos. Pero hace alrededor de un mes, con ayuda del profesor, armaron en una pared apta de su dormitorio un muro de tres metros por tres que le permite cumplir con las rutinas. Aseguró que otros compañeros hicieron lo mismo en sus casas.

Todo para crecer

Alejandro Micocchi es el propietario del centro de escalada La luna y uno de los impulsores de la actividad en Bariloche, que practican en varios niveles unas 500 personas de todas las edades. Dijo que la ciudad tiene todo para ser el centro nacional de ese deporte, porque “hay muy buena roca” y a los competidores les permite prepararse mejor, ya que complementan salidas a la montaña con el entrenamiento en palestras indoor, que son la única posibilidad en Buenos Aires y otros centros con desarrollo en la escalada.

Dijo que Gala tiene “físico y predisposición para la escalada de dificultad” y todavía está “en pleno crecimiento”, de modo que sus posibilidades son difíciles de pronosticar. Pero aseguró que le sirve muchísimo estar en la preselección nacional y compartir concentraciones y entrenamiento con chicos de gran nivel, que además “forman un grupo”.

Señaló también que Gala se destaca por su fuerza y coordinación y que “le gusta volar, caerse, no tiene miedo”, algo que no les resulta tan natural a otros competidores sin experiencia en roca. La posibilidad de entrenar en paredes naturales, dijo Micocchi, les da a los barilochenses y a los escaladores de zonas de montaña “más versatilidad, resistencia, más lectura y una capacidad distinta para regular los descansos”, cuando compiten en indoor.


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