Para no perder el trabajo, rearmaron el invernadero incendiado en Neuquén

El emprendimiento se quemó el 25 de noviembre. Al día siguiente, los empleados comenzaron a trabajar para reconstruir sus fuentes de trabajo.

El olor a humo aún emana del esqueleto de las instalaciones del invernadero de hidroponía que se quemó hace casi dos semanas atrás, el 25 de noviembre. El siniestro puso en jaque 40 puestos de trabajo que dependen del emprendimiento. Lejos de quedarse en sus casas a la espera de que el propietario les dé el adiós definitivo o les proponga una solución, los trabajadores llegaron a la mañana siguiente al predio de Parque Industrial de Neuquén para comenzar a rearmar el invernadero.


Cristian, uno de los empleados, fue quien se encontró con el fuego cuando se dirigía hacia el baño. El viento, que corría a más de 100 kilómetros por hora, propagó el incendio en pocos minutos.

Foto: Florencia Salto
Foto: Florencia Salto

Las llamas cerraron el acceso de salida, por lo que tuvieron que cortar un alambre en el margen derecho para escapar hacia el terreno lindante. Algunos pudieron sacar sus vehículos antes de que los alcance el fuego, aunque uno de los trabajadores perdió su motocicleta durante el siniestro, según contó Ignacio Irarzi, el propietario del emprendimiento.

Al ver que su fuente de trabajo era arrasada por el fuego, los empleados intentaron apagarlo con baldes con agua, sin lograr extinguirlo. Como la electricidad estaba cortada, producto del temporal, no pudieron hacer funcionar la bomba de agua que tienen para casos de emergencia.


Tras notar que todo lo que intentaran sería en vano, se rindieron ante las llamas que seguían avanzando hacia el final del predio. Cuando los bomberos llegaron, 40 minutos después, de acuerdo a lo indicado por Iranzi, ya no había mucho por hacer.

Sí se pudo rescatar algo de la producción de hidroponía que quedó en el medio del incendio. Los trabajadores explicaron que las llamas treparon las estructuras del invernadero por los laterales y el techo, pero que el fuego no llegó por completo hacia el centro. De todas manera, el propietario señaló que fue muy poca la cantidad que se pudo recuperar, ya que sobre la plantación cayeron los desperdicios del incendio.

El siniestro los dejó abatidos, pues los trabajadores se fueron pensando que ese era el fin de lo que para muchos fue su primer trabajo formal. Iranzi remarcó que sus empleados son en su mayoría jóvenes que viven en la meseta, que en el invernadero encontraron mucho más que una fuente laboral con un salario digno: “Para el que trabaja la tierra es una forma de vida”.



El jueves 26 de diciembre, los empleados se presentaron a las 6 de la mañana “con escoba en mano” para juntos volver a levantar el emprendimiento. A casi dos semanas del hecho, retiraron todos los desperdicios del lugar y retomaron sus tareas de cultivo en el invernadero.

Iranzi indicó que recibieron ayuda del sector privado y que entablaron comunicación con el Ministerio de Producción y el Centro Pymes, aunque no concretaron hasta el momento ningún tipo de asistencia.

Emprendedores les proveyeron semilla y fertilizantes, para que repongan el stocks, ya que todo se quemó en el incendio. “Walter Mela nos provee los plantines para no cortar con la cadena de producción hasta que nos podamos reponer”, agregó y señaló que el Consorcio Administración Parque Industrial Neuquen (Capin), les prestó una autobomba para lavar todo con una manguera a presión. Además también les facilitaron un tráiler para que los empleados “tengan un lugar a la sombra para almorzar”.

La cámara de frío, que según detallaron los empleados explotó durante el incendio, es uno de los factores que más los apremia, pues no tienen un lugar para conservar los cultivos. “Eso va a ser un problema muy serio”, aseveró Iranzi. En cuanto a la inversión que necesita para construirla, explicó: “Hoy no tengo la cabeza para pensarlo”.

Mientras tanto, sostienen el emprendimiento con los ingresos de la planta de reciclaje que también se asienta en el predio. Las compresas se habían quemado, pero ya pudieron arreglar una para empezar a trabajar. Ello será de gran ayuda, ya que los cultivos en el invernadero de hidroponía tardarán tres meses en comercializarse. Irarzi explicó que es así ya que el incendio afecto las tres etapas de plantación, desde la germinación de la semilla, pasando por los plantines, hasta el producto final.

El invernadero de hidroponia de Ignacio Irarzi fue una de la pymes afectadas por la maniobra para licuar deuda y evitar la quiebra de Electrificadora del Valle SA (EDVSA) a principio de año. El propietario indicó que la firma le debe 300.000 dólares. «Con eso rearmo el emprendimiento». Sin embargo, no tiene ilusiones de que la Justicia resuelva la situación a favor de los afectados y con celeridad.

Saben que les tomará tiempo, pero tanto el propietario como los empleados harán todo lo posible para levantar el emprendimiento del que dependen 40 familias. Pero hacerlo solos será difícil, por lo que les será necesaria algún tipo de asistencia.



Aún no se conocen las causas del incendio en el invernadero de hidroponía ubicado en el Parque Industrial de Neuquén. Cristian, el empleado que se percató del fuego, contó a Río Negro que inició en la planta recicladora y con el viento se extendió hacia el taller mecánico, las oficinas y el sector de las plantaciones.

El temporal de aquel 25 de noviembre creó el clima ideal para desarrollar un siniestro de tal magnitud: las ráfagas de más de 100 kilómetros por hora propagaron el fuego y provocaron cortes eléctricos. Ello fue crucial, pues no pudieron utilizar la bomba de agua que tienen para esos casos.

Irarzi indicó que los Bomberos Voluntarios de Centenario fueron los primeros en llegar, 40 minutos después de que se originara el incendio. Luego arribó el personal del Cuartel N°6 y del Cuartel Central.

El propietario señaló que los bomberos hicieron todo lo posible para extinguir el incendio, pero que no cuentan con el equipamiento necesario para manejar incendios de semejante envergadura. Por eso, remarcó que es tiempo que se conforme en la provincia un cuartel de bomberos industriales. Agregó que las mismas dificultades existieron en el siniestro del galpón de empaque que se desató al día siguiente en Obrero Argentino y Aguado.

El emprendedor afirmó que no había contratado un seguro contra incendio: “Jamás me imaginé que se me iba a incendiar el invernadero”. “Fue terrible lo que pasó”, remarcó, aunque confía en que junto a su equipo van a poder sortear los obstáculos y rearmar el invernadero para sostener las 40 fuentes de trabajo.


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