“Para transformar una sociedad se requieren lentitud, gradualidad…”

Nuestro presidente el Sr. Mauricio Macri pregona que quiere cambiar al país y extirpar ciertas lacras que impiden su desarrollo y bienestar general.

Puede que el plan de gobierno que ha pergeñado para ello acabe en un éxito de proporciones, pero mientras tanto debemos recordar que para transformar una sociedad se requieren lentitud, gradualidad, participación y rectitud moral.

Dentro de las exigencias de los tiempos, lentitud para que los cambios socioeconómicos se procesen de forma incruenta y para que los ciudadanos tengan tiempo de adaptarse favorablemente a los nuevos parámetros.

Gradualidad porque, salvo una minoría, no avanzamos a los saltos ni nos transformamos sino por la persistencia de los comportamientos y disposiciones, por la coherencia del discurso con los hechos y mediante un diálogo con argumentos honestos y plausibles.

Los cambios deben ser explicados por sus objetivos, situados en un horizonte temporal e introducidos gota a gota salvo que se luche con fraudes o acciones ilícitas que exigen la mayor celeridad posible. Hay que mantener baja la conflictividad social, lo que se favorece abriendo el diálogo con los diferentes sectores del país: participación. En principio de los tres poderes del país y luego con todo el arco social de la República.

Todos pueden aportar algo para sincronizar los procesos de transformación y hacerla más viable. Pues no es un proceso exento de luchas y contradicciones –que son parte de la naturaleza humana–, pero se trata de morigerarlas, de buscar ámbitos de colaboración y de suavizar y distribuir el shock que Argentina tal vez precise atravesar.

Pero el rasgo distintivo y que verdaderamente construye poder en un liderazgo es la rectitud moral de los que están arriba de la escala.

Que enuncien sus convicciones con honestidad y respeto por las ajenas, que no manipulen a otros con el uso espurio del poder, que se sometan a las leyes del país, que no se apoderen de los bienes del Estado, que informen confiable y fehacientemente sobre las cuentas del Estado y demás índices de la actividad económica, que no opriman a ningún sector social o político, que no valoren a las personas por lo que tienen, que protejan a los desamparados y que amen al prójimo como a sí mismos.

En fin, Mauricio y compañía, tenéis por delante grandes desafíos y media Argentina que confió en vosotros. Gobernad para todos, empezando por los más humildes, favoreced la lucha contra la mentira y la delincuencia, premiad a los patriotas y amad más a Dios que al dinero, que es fuente de muchos males.

Alberto Félix Suertegaray

DNI 14.169.481

“El rasgo distintivo y que verdaderamente construye poder

en un liderazgo es la rectitud moral de los que están arriba de la escala”.

Alberto Félix Suertegaray

DNI 14.169.481

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“El rasgo distintivo y que verdaderamente construye poder
en un liderazgo es la rectitud moral de los que están arriba de la escala”.

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