“Participación independiente”

Durante años a través del grupo Valor propiciábamos las candidaturas independientes de ciudadanos honorables. Presentamos proyectos de ley, hablamos con diputados pero fue en vano. Nos decían que sólo participaban en las elecciones los partidos políticos legalmente constituidos, que sí y sólo sí deberíamos participar a través de ellos. Toda una complicación: reuniones, arreglos, asambleas, acuerdos, peleas; no era lo que realmente queríamos. Cada uno tenía su ocupación y poco tiempo disponible para discusiones estériles. Nuestra idea era simple: buscar el mejor equipo de trabajo y proponerlo ante la ciudadanía como simples vecinos. Hoy nos damos cuenta de lo fácil que era en realidad participar como independiente. Sólo hay que ver cómo se comportan los demás. El candidato utiliza un partido inactivo o crea un sello nuevo. Junta los afiliados correspondientes para cumplir con el mínimo requerido –por supuesto encabeza la lista– y se sienta a esperar arreglar con un partido de los grandes para ser “colectora” u obtener un puesto de relevancia en el gobierno. Salvo las excepciones conocidas, muchos políticos se adueñan del “partido”. El mismo periodismo lo refleja en sus notas y reportajes cuando habla por ejemplo de “el partido de Ricardo” o “el partido de Daniel”. Los candidatos hacen lo que quieren y muchas veces sin el apoyo ni el control necesario. En definitiva no es su culpa, ocupan el lugar que nadie se atreve a ocupar. ¿Cuántos dirigentes políticos tenemos en la ciudad de Neuquén: 50, 100? Supongamos 200, sobre una población de 250.000 habitantes. ¿Es razonable tan baja participación ciudadana y que el 0,1% decida por el otro 9,9%? Si como ciudadanos que somos participáramos un poco más en la vida política, podríamos tener nuestros genuinos representantes. Pero claro, eso significa un esfuerzo extra que por el momento nadie valora como una inversión a mediano y largo plazo. Los que peinamos canas, y a veces bastante pocas, no nos damos cuenta de que somos parte del problema. Hemos dejado pasar el tiempo, pero no hemos dejado ningún ejemplo a seguir, sólo la indiferencia y el consabido dicho “Alguien lo hará”. ¿Ese alguien debería ser alguno de nosotros, no? Debemos darle a la política el sentido que debe tener: vocación de servicio y propender al bienestar general. Como Lista Ciudadana (vehículo político de participación ciudadana), elegiremos nuestro propio candidato y lo pondremos a consideración de la población en las próximas elecciones municipales. Para ello necesitamos la participación de los que se sientan identificados con la necesidad de cambiar la manera de hacer política y tengan la voluntad de producirla. De nada vale estar individualmente bien cuando nuestro entorno padece de privaciones de todo tipo. Debemos aumentar el número de políticos honestos generando las condiciones que hagan atractiva dicha participación. Sólo se podrá lograr si predicamos con el ejemplo y, por supuesto, empezando a participar. Hay muchos lugares donde hacerlo: cooperadoras vecinales, clubes, cooperativas, federaciones deportivas, ONG. Anímese, seamos protagonistas, dejemos de ser espectadores. Ricardo Dougall DNI 10.532.537 Neuquén

Ricardo Dougall DNI 10.532.537 Neuquén


Durante años a través del grupo Valor propiciábamos las candidaturas independientes de ciudadanos honorables. Presentamos proyectos de ley, hablamos con diputados pero fue en vano. Nos decían que sólo participaban en las elecciones los partidos políticos legalmente constituidos, que sí y sólo sí deberíamos participar a través de ellos. Toda una complicación: reuniones, arreglos, asambleas, acuerdos, peleas; no era lo que realmente queríamos. Cada uno tenía su ocupación y poco tiempo disponible para discusiones estériles. Nuestra idea era simple: buscar el mejor equipo de trabajo y proponerlo ante la ciudadanía como simples vecinos. Hoy nos damos cuenta de lo fácil que era en realidad participar como independiente. Sólo hay que ver cómo se comportan los demás. El candidato utiliza un partido inactivo o crea un sello nuevo. Junta los afiliados correspondientes para cumplir con el mínimo requerido –por supuesto encabeza la lista– y se sienta a esperar arreglar con un partido de los grandes para ser “colectora” u obtener un puesto de relevancia en el gobierno. Salvo las excepciones conocidas, muchos políticos se adueñan del “partido”. El mismo periodismo lo refleja en sus notas y reportajes cuando habla por ejemplo de “el partido de Ricardo” o “el partido de Daniel”. Los candidatos hacen lo que quieren y muchas veces sin el apoyo ni el control necesario. En definitiva no es su culpa, ocupan el lugar que nadie se atreve a ocupar. ¿Cuántos dirigentes políticos tenemos en la ciudad de Neuquén: 50, 100? Supongamos 200, sobre una población de 250.000 habitantes. ¿Es razonable tan baja participación ciudadana y que el 0,1% decida por el otro 9,9%? Si como ciudadanos que somos participáramos un poco más en la vida política, podríamos tener nuestros genuinos representantes. Pero claro, eso significa un esfuerzo extra que por el momento nadie valora como una inversión a mediano y largo plazo. Los que peinamos canas, y a veces bastante pocas, no nos damos cuenta de que somos parte del problema. Hemos dejado pasar el tiempo, pero no hemos dejado ningún ejemplo a seguir, sólo la indiferencia y el consabido dicho “Alguien lo hará”. ¿Ese alguien debería ser alguno de nosotros, no? Debemos darle a la política el sentido que debe tener: vocación de servicio y propender al bienestar general. Como Lista Ciudadana (vehículo político de participación ciudadana), elegiremos nuestro propio candidato y lo pondremos a consideración de la población en las próximas elecciones municipales. Para ello necesitamos la participación de los que se sientan identificados con la necesidad de cambiar la manera de hacer política y tengan la voluntad de producirla. De nada vale estar individualmente bien cuando nuestro entorno padece de privaciones de todo tipo. Debemos aumentar el número de políticos honestos generando las condiciones que hagan atractiva dicha participación. Sólo se podrá lograr si predicamos con el ejemplo y, por supuesto, empezando a participar. Hay muchos lugares donde hacerlo: cooperadoras vecinales, clubes, cooperativas, federaciones deportivas, ONG. Anímese, seamos protagonistas, dejemos de ser espectadores. Ricardo Dougall DNI 10.532.537 Neuquén

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