Paula Drazul vuela alto y rompe récords
Desde el Aeroclub de Cutral Co y Plaza Huincul, Paula Drazul rompió el récord nacional de altura en la disciplina de vuelo a vela. En diálogo con Río Negro, contó cómo hizo para elevar su planeador a más de 3000 metros y la pasión con la que vive este deporte.
Romper un récord nacional en el deporte que practicás no es algo de todos los días. En el caso de Paula Drazul, sus más de 20 años de experiencia en el vuelo a vela le sirvieron para llegar, literalmente, más alto que cualquiera.
El 1 de marzo pasado alcanzó los 3263 metros a bordo del Jantar Standard 2 en el aeroclub de Cutral Co y Plaza Huincul. La confirmación llegó la última semana, cuando la Federación Argentina certificó la marca.
“La homologación lleva un proceso, va a asamblea, se presentan los papeles, chequean los registros. Con el coronavirus llevó un poquito más. La sensación es increíble, me parecía que lo tenía pero hasta que no lo confirman no sabés”, contó Drazul en diálogo con Río Negro.
Aunque reconoció que “todos los días de vuelo intentamos algo”, reveló que no esperaba romper el récord aquella tarde.
“Ese día si bien el pronóstico daba las condiciones salimos al mediodía a volar y no podíamos subir. Bajamos y tipo 4 se pudo dar todo, fue raro el horario porque solemos hacerlo de mañana”, relató.
Alta en el cielo
- 3263
- Son los metros que alcanzó Drazul en su planeador para el récord nacional. La marca anterior era de 2750m.
Pilotear un planeador tiene, de por sí, una dificultad grande. Es elevado por una avión remolcador y una vez que se suelta, quien conduce debe maniobrar a partir de un uso certero de los aspectos climáticos y las corrientes de aire. Es clave la formación de cúmulus, que son las nubes que se ven de manera escalonada, algo presente en el día del récord de Drazul.
“Lleva mucho entrenamiento, para tener un rendimiento acorde tenés que estar muy adaptado al planeador. Ahora que llevo dos meses sin volar se pierde la práctica”, aseguró.
Paula nació en Buenos Aires pero vive en Plottier desde los 4 años, por lo que se siente neuquina. A la hora de volcarse por esta disciplina, lo suyo fue un amor a primera vista y de ahí en adelante pudo cumplir todos sus objetivos. En 2019, integró el equipo argentino en el Panamericano de Canadá.
“Empecé hace 21 años, de casualidad me llevaron a volar, siempre me gustó la aviación pero no conocía el lado deportivo. Quedé enamorada del planeador, ahí mismo sentí que era lo que tenía que hacer. Soñaba con ir a nacionales, sudamericanos y mundiales, pude ir a todos”, expresó.
Tras romper el récord de altura, Drazul no se conforma y va por más. “Creo que podemos volver a romper el récord y también el de velocidad”, destacó. Los próximos objetivos son el nacional en diciembre y enero próximos y el mundial femenino de Inglaterra que se pasó de 2021 a 2022 por la pandemia.
El vuelo a vela es amateur en Argentina y juntar el dinero para competir cuesta mucho. Además de un aporte del ministerio de deportes neuquino, organizaron diversas actividades en el aeroclub para reunir los fondos.Ir a un mundial cuesta alrededor de 10 mil dólares.
“Es una actividad que lleva un gran esfuerzo de tiempo y económico, se hace todo a pulmón”, comentó Paula.
Además de pasar horas practicando y como instructora de vuelo, tiene un comercio de lencería en Neuquén capital y vive sola con su hijo de 6 años, lo que hace aún más valiosa su carrera deportiva.
Otro aspecto importante es el de superar las barreras de género, en una disciplina sin mujeres que compitan a este nivel. “Ojalá se sumen más, sería buenísimo”, deseó Drazul que es, sin dudas, un ejemplo a seguir.
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